Era el año 2003. Mi hermano Kike y yo estábamos en “La Potera” -una Honda Civic ‘95 con más historias que una stripper de Dancers Club en Ponce- y en el cidí pirati’o que sonaba en el radio que mi bro pagó a plazos en Ortiz Tire Center, salió el tema “Me pones en tensión” de unos novatos Zion y Lennox.
La primera vez que escuché a La Zeta y La Ele, miré a mi compay y le dije “cabrón, claJe mieLda”. De hecho, Kike y yo solíamos coger canciones flojas para cantarlas en el turno del supermercado, mientras ‘feiciábamos’ las góndolas, solo para joder a nuestros compañeros de Pueblo. Obviamente, “Me pones en tensión” estaba en nuestro playlist.
Mis dúos favoritos estaban en este orden: 3. Héctor y Tito. 2. Wisin y Yandel. 1. Maicol y Manuel. Al escuchar los afeminados gemidos de Félix Ortiz en combinación con la voz de empleada de comedor escolar de Gabriel Pizarro, solamente pensé en una cosa: “hasta Magnate y Valentino son mejores que estas dos plastas”. Eventualmente, tuve que meterme las palabras por el fundillo como si fuera una enema del tamaño de Bengie Rivera.
En aquellos años -la época dorada del reggaetón- abundaban los dúos, así que los verdaderos fans del género éramos bien selectivos con esas duplas de un varón con tono grueso y el corista de voz finita. Si mi memoria no me traiciona -y me acabo de tirar una línea de millennial geriátrico que fielmente escucha a Jay Fonseca- no fue hasta que salió su primer disco que mi percepción hacia estos carolinenses cambió.
A principios de los dosmiles cuando salía un disquito nuevo, todos los cacos nos emocionábamos con la misma energía que El George Rivera Rubio cuando ve los monos en “El planeta de los simios”. Los chamaquitos que todos los viernes tienen un álbum nuevo en Spotify no van a entender este feeling de tener algo que esperábamos por muchos meses.
Esa noche, Kike le dio play al radio y salió el intro de una de una de las mejores producciones en la historia del género: “Motivando a la yal”. La carátula del CD parecía como dos lesbianas que escaparon del hospital psiquiátrico: Lennox lucía unas cejas más finitas que las de Besito Pinta’o, mientras que Zion disparaba la mirada de un caballero dosmilero cuando ASUME le daba la carta en la que pedían que pasara $250 mensuales por un bebé de ocho meses.
De camino a La Guancha sonó “Bandida”... y en ese momento me hice fan de estos molletos con sentimiento. Cuando apenas estaba procesando la emoción de esa gran canción, Z&L apretaron con un temazo: “Yo voy” con “la mamba coja”, el señor Daddy Yankee. Desde ahí, estos dos caballos se montaron en un ride que duraría un paL de años.
Zion y Lennox cocotearon con dúos como Wisin y Yandel -cuando “los extraterrestres” tenían un ascenso más anormal que Markito disfraza’o de Yeyé-, Alexis y Fido -pa’l tiempo en que eran los dueños de la brea- y el legendario Plan B estaba comandando el bellaqueo. Los que vivieron esos tiempos lo saben: La Z y La L se convirtieron en la verdadera peste estando en todos lados. O sea, estos panas fueron parte de “Los doce discípulos”, el dream team que montó fokin Eddie Dee.
Zion participó en himnos como “Noche de entierro” y “Ronca”, mientras que Lennox logró que su hermana gemela -Lizmarie Quintana- consiguiera un guiso como modelo en “Noche de travesura”, confirmando que el éxito estaba asegurado… pero cuando el triunfo se alcanza, la vanidad se hace mejor amiga del ego.
Zeta decidió emprender su camino en solitario, enviando a Lennox a su antiguo trabajo como carnicero en el Econo de la Campo Rico. Indio Soberbio -como apodaban a Zion en La Cerámica en Carola- hizo un discazo con “The perfect melody”, y se convirtió en nuestro Usher. Además, el cantante firmó a dos humildes prospectos de los que le hablaremos en otra ocasión: Arcángel y De La Ghetto.
Después de separarse, Zion se encontró a Lennox pidiendo dinero para comprar pan frente al Selectos de la avenida Galicia, y al ver a su antiguo compañero con una ropa que no se pondría ni el culiapestoso de René Monclova, le ofreció pagarle $9.25 la hora -una cifra superior al mínimo federal de la época que apenas alcanzaba los seis dólares- para que le cargara los motetes en las giras y como bono lo dejaría repetir “mamacita” en sus canciones. Siempre pensé que ese retorno no tendría mucho éxito, pues el mercado había cambiado, pero -nuevamente- Zion y Lennox me callaron la boca.
En 2010 sacan “Hoy lo siento” con el maestro Tony Dize, pa’l 2012 fueron parte de “La fórmula de Pina” -cuyo contrato terminó cuando Raphy le dio un puño a Zion y luego le pasó los genitales por la cabeza mientras el reguetonero estaba noqueado en el piso- y cuando creíamos que ya habíamos visto todo del dúo (para esos difíciles tiempos en que la industria pasó de vender discos al streaming) estos dos cabrones apretaron.
“Otra vez” con Balvin, “Te quiero pa’ mí” con Don y “La player” fueron algunos de los temitas que La Zeta y La Ele colaron pa’ ese season en el que el trap boricua estaba subiendo. Cuando ya no existían dúos, Z&L seguían metiendo palos, y con los años se volvían más abusadores que Chente orinando encima de la tumba de un impedido. Félix y Gabriel sacaron los 🥚🥚 a pasear y demostraron que -en un mundo tan competitivo- se puede sobresalir sin tener esa obsesión de ser “los número uno”.
Este 2024 anuncian su separación, y aunque atribuyen la causa de su ruptura a la participación de Lennox en una actividad del PNP, la realidad del caso (llevo como dos semanas en radio y ya estoy hablando como Moldiskein) es que desde hace unos años meses Zion no parece estar muy encaminado y anda papeloneando como cosa loca. A veces es mejor culminar los proyectos cuando se está arriba para que no se convierta en una parodia de lo cabrón que algún día fue.
Yo no quiero ser ese Will cuando apaga la última luz en “The Fresh Prince”, pero hoy tengo que mirar pa’ atrás, recordar todos esos buenos perreos y agradecer porque vi nacer y morir uno de los mejores dúos de todos los tiempos.
Zion y Lennox, gracias por darnos tan buen reggaetón, por no dejarla caer cuando la industria se les viró, por demostrar que se puede triunfar en la vida con una receta que nadie entiende, y por ayudar a subir la cifra de natalidad porque por su culpa nacieron muchos bebeses; fueron ustedes los que motivaron a la yal para que otros hombres culminaran el trabajo.
Caballos, fue un placer coincidir en tiempo y lugar con leyendas como ustedes. En mi playlist siempre sonarán un paL de sus temazos, y sepan que tienen no solo mis respetos, sino los de varias generaciones. MAMBA OUT. 🦍🫡 #RESPECT