Las lluvias ya comenzaron y el deber del aparato político es proteger a su gente, evitar tragedias y poner a salvo a quienes viven en zonas vulnerables. Angelito Pérez intentó hacer lo suyo con doña Elga allá en Guaynabo, pero chacho, ella es una doñita combativa y aseguró ser una experta en natación.
“Yo sé nadar, yo sé nadar”, aseguró en un sinnúmero de ocasiones la distinguida, quien también es veterana de guerra.
Desconocemos cuál fue el desenlace de esta historia, pero lo que sí es que fue una lección de país. Definitivamente, Puerto Rico vivió un momento especial para repensar la grandeza criolla en tiempos convulsos y mojaditos.