Contexto

Por favor, que tu solidaridad se traduzca en acción

Es difícil escribir estas líneas luego de ver el video en donde niños se resguardaban debajo de una mesa siguiendo las instrucciones de maestra durante un salvaje tiroteo en una escuelita elemental.

Me toca muy de cerca esta situación, pues comparto mi vida con una niña en edad preescolar y solo el pensar que ella pudo haber estado en ese salón de clases, me llena de impotencia y de mucha rabia.

Imagínate, un niño de 4 años llegando a la casa y en vez de contarte que aprendió en el salón de clases, te tenga que narrar que él y sus amiguitos se tuvieron que meter debajo de una mesa, abrazarse unos a los otros, mientras escuchaban lo que creían eran disparos.

Seas padre o no, es indignante saber en esa escuela, como parte de su funcionamiento usual, el director y sus maestras practiquen un plan de resguardo y seguridad para que en la eventualidad de un evento como este, los niños se protejan de los tiros.

Esa violenta realidad, es la que viven muchos niños y niñas en el País.

En muchas comunidades, como la de Vista Hermosa, no es la excepción, sino la norma. De hecho, hay historias de terror en varias escuelas ubicadas en zonas peligrosas donde los maestros reciben alertas de los mismo dueños del punto, que ese día van a tirotear o llevar a cabo una actividad delictiva, para que estén al tanto. Es el efecto directo de una fracasada guerra contra las drogas y la marginación social de la que han sido víctimas estas comunidades, particularmente en los últimos 20 años.

Este evento pone en evidencia el estrés, fatiga e intensidad a la que están expuestas nuestros maestros y maestras en Puerto Rico.

Yo entiendo, de verdad, la indignación nacional y las muestras de afecto para esas maestras que hicieron un trabajo excepcional.

Pero no puedo dejar de pasar algo por alto.

Para que sepas, mientras lees este comentario, un maestro de escuela pública se gana 10 trapos de pesos la hora, para en promedio devengar un mísero salario de $1,750. Esto sin contar los atropellos de un sistema que no les brinda las herramientas de apoyo ni los trata como se supone. De hecho, en la mayoría de las ocasiones, ese maestro tiene que sacar de su dinero no tan solo para comprar materiales básicos para su salón de clases, sino, para ayudar a estudiantes que llevan días sin alimentarse adecuadamente, que llegan sin el uniforme completo entre mil y otros suplicios.

Este repaso es importante porque se avecinan tiempos difíciles y si la soga va a partir por lo mas fino, cómo ha ocurrido en el pasado, el magisterio puertorriqueño no se puede quedar solo.

Hagamos algo. Ese video del tiroteo, hay que guardarlo y siempre que venga un legislador, como hizo la pasada administración, a tratar de eliminar o modificar el mísero sistema de retiro de los maestros, enseñémosle el video.

Cuando alguien tenga la creatividad de denunciar que los maestros son vagos, tal y como lo hizo una ex candidata independiente a la gobernación que se ha lucrado de fondos federales que bien pudieron haber servido para mejorar las condiciones del sistema, enseñémosle el video.

Cuando vengan las medidas de recortes y salgan fotutos a sueldo y analistas políticos que ganan miles de dólares, a justificar lo injustificable, enseñémosle este video.

Claro, como todo en la vida, hay maestros que son manzanas podridas y no deben estar en un salón de clases, pues como todo árbol, no todos los frutos se dan como se debe. 

Pero cuando llegue la hora de la verdad, que la solidaridad y las muestras de afecto para nuestras heroínas, se traduzcan en acción y en exigencias de mejores condiciones y herramientas para los artífices del futuro de la Patria puertorriqueña.

Con eso, le haremos justicia a los niños y la comunidad escolar de Vista Hermosa.

Lo Último