Contexto

La gran maestra Johanna Rosaly le contesta a estudiantes atrevidos

Pa' que aprendan

Se acabó el chiste y la lloriqueadera porque ya hablé con La Cacerola Maltrada y le hice entender que nuestra gran maestra Johanna Rosaly no tuvo la culpa y fueron los estudiantes atrevidos aquellos.

Nuestra gran mentora les hizo un favor a esos chamacos mal educados en impartir, de manera gratuita, su sabiduría y cómo la repagan enviando la grabación a La Comay.

Pero no se preocupen porque la Oh Gran Maestra le zumbó con todo a esos estudiantes pa’ que lloren de verdad.

“Mi versión: Conocí a Julián, estudiante de comunicaciones de la USC, en un café de Santurce. Me dijo que mantenía un programa en WIPR-Radio y quería que le concediera una entrevista. Me resultó simpática su invitación y accedí. Le di mi # de teléfono para quedar en día y hora”, empezó a educar a la gente que se le fue en contra.

Después relató la Más Sabia que solo intentó de ayudar a los estudiantes educándolos sobre la manera correcta de cómo hacer las cosas.

“Cuándo la entrevistadora me presentó a cámara pronunció mal mi nombre y pedí que detuvieran la grabación para corregirlo, pensando que le habrían de quitar puntos en la nota por el trabajo de clase si no pronunciaba correctamente el nombre de su entrevistada”, aclaró la profesora Rosaly.

Pero el peso del regaño del cayó al estudiante Julián, el que comenzó todo, y el valiente que dejó que La Comay enseñara su cara.

“Igualmente, en la segunda entrevista para el proyecto de clase cuando el joven Julián comenzó tuteándome pedí que detuvieran la cámara para explicarle que a cualquier entrevistado que fuera tan marcada mente mayor que él como lo era yo, debía tratarlo de usted”, educó Rosaly.

Nuestra gran maestra Rosaly fue buena porque si esos estudiantes fueran míos los colgaría y les aclararía que no me traten de “tu”, ni de “usted”, si no de “realeza” y “gran maestra”. A la verdad que esta generación de hoy nos sabe respetar.

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