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Robots también ayudan en labores de rescate

Dispositivos autónomos aéreos y robots terrestres ayudan a realizar acciones que los rescatistas humanos no pueden, como en la zona del desastre en Surfside, Florida

El pasado 24 de junio las imágenes del colapso de un edificio cerca in Surfside, Florida (Estados Unidos), sorprendieron y estremecieron al mundo; sin embargo, ese desastre se convirtió en una oportunidad para desplegar la tecnología de robots rescatistas.

En las labores de rescate tras el desastre que dejó decenas de personas muertas y desaparecidas han estado participando robots apoyando las labores de las autoridades. Los dos modelos de robots más usados son los drones y los robots terrestres que pueden entrar a los escombros.

Según Robin R. Murphy, profesora de ciencias e ingeniería informática de la Universidad A&M de Texas, y que ha desplegado robots en 29 catástrofes, los robots terrestres pueden ser muy útiles en colapsos de edificios debido a que puede lanzarse o introducirse en la parte en pie de un derrumbe de manera casi inmediata, sin esperar a que algún especialista determine que es seguro hacerlo.

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En cuanto a los drones, la profesora Texas A&M University destaca que estos vehículos aéreos no tripulados ayudan a observar los detalles de un derrumbe desde el cielo y además pueden crear mapas que ayuden en la búsqueda de personas atrapadas, así como a identificar las zonas de mayor riesgo.

Los robots terrestres son los que realizan una labor más complicada y se enfrentan a mayores retos, especialmente a la hora de entrar a los escombros de un edificio colapsado, donde el terreno es totalmente irregular y pueden quedar atrapados, perder comunicación o resultar dañados.

Murphy destaca que “los robots terrestres, aéreos y marinos se utilizan de muchas maneras diferentes. Básicamente, no sustituyen a los intervinientes, sino que les permiten ver y actuar a una distancia segura”.

“Ground, aerial, and marine robots are used in many different ways. Basically they are not replacing responders but rather enabling responders to see and act at a safe distance”.

Metro entrevistó a la especialista para conocer más sobre su uso.

ENTREVISTA

Robin R. Murphy
Profesora de Ciencias de la Computación e Ingeniería, Universidad de Texas A&M

¿Desde cuándo se utilizan robots para ayudar en una catástrofe como el derrumbe de un edificio? ¿Puede darnos algunos ejemplos?

–El primer uso de pequeños robots terrestres para la fase de respuesta de una catástrofe fue el 11-S en el World Trade Center. Los pequeños drones aéreos se utilizaron por primera vez en el huracán Katrina (2005). Tanto los vehículos terrestres como los aéreos se han utilizado en más de 50 derrumbes de edificios, catástrofes naturales como huracanes, terremotos e inundaciones, y accidentes industriales como el de Fukushima en al menos 10 países.

¿Cómo ayudan estos robots en las labores de rescate?

–Los robots son más rápidos. Un robot de tierra puede ser lanzado o conducido a la parte en pie de un derrumbe sin tener que esperar a que un especialista en estructuras llegue y certifique que es seguro entrar o tener que esperar hasta que se pueda apuntalar. Los robots pueden llegar más lejos en la pila de escombros que una cámara en una varilla o un boroscopio. En el 11-S se adentraron 60 pies en los escombros frente a los 12-18 pulgadas de los equipos estándar.

¿Actualmente hay robots ayudando a buscar a los desaparecidos en el edificio derrumbado en Florida?

–Sí, aunque el Departamento de Bomberos de Miami Dade no ha hecho público qué robots terrestres y aéreos se han utilizado, sabemos que se han utilizado robots terrestres en la parte inferior de la estructura en pie y que se están utilizando drones para inspeccionar, cartografiar y documentar el desastre y la retirada de escombros.

¿Cuáles son los problemas que plantea el uso de robots dentro de los escombros?

Dentro de los escombros, los problemas son la escala y la transitabilidad. Hay muy pocos huecos y éstos suelen tener menos de 30 centímetros de ancho, mientras que los pequeños robots terrestres suelen ser más anchos. Así que los robots apenas pueden apretujarse, lo que dificulta el movimiento e interfiere con sus sensores: todo está literalmente en la cara del robot. Los huecos no son tanto túneles sino agujeros irregulares y sinuosos que dificultan el desplazamiento. Los escombros no son sólo hormigón: hay muebles, barras de refuerzo y arena pulverizada que puede estar mojada por las tuberías rotas y el agua utilizada para apagar los incendios, por lo que el robot tiene que arrastrarse por zonas que pueden estar embarradas y resbaladizas o rocosas con barras de refuerzo que sobresalen. Las comunicaciones inalámbricas no funcionan bien debido a la densidad de los escombros.

“Los drones son más rápidos, más baratos, con mayor resolución y más seguros. Un departamento de bomberos puede volar un dron en menos de 15 minutos, cuesta unos 25 dólares/hora frente a los 3.000 dólares/hora que cuesta, y puede obtener imágenes de mayor resolución sin levantar polvo ni escombros ni arriesgarse a un accidente grave” Robin R. Murphy Profesora de Ciencias de la Computación e Ingeniería, Universidad de Texas A&M

ROBOTS RESCATISTAS

EMILY

El Emergency Integrated Lifesaving Lanyard (EMILY) de Hyrodnalix es un robot de 1.20 metros y 12.5 kilos con control remoto que actúa como un híbrido de boya de flotación y bote salvavidas. en 2016 supuestamente ayudó a rescatar a cientos de solicitantes de asilo frente a las costas de Grecia durante la crisis migratoria europea.

Atlas

Este famoso robot de Boston Dynamics fue diseñado para realizar tareas básicas pero que pueden salvar vidas en condiciones peligrosas: accionar interruptores, cerrar válvulas, abrir puertas, hacer funcionar equipos eléctricos.

PackBots

Estos pequeños robots desarrollados por iRobot, la compañía creador de la famosa Roomba, fueron desplegados para buscar entre los escombros tras el 11-S y para evaluar los daños después de la catástrofe de Fukushima, Japón, 2011 para ayudar a evaluar los daños.

Thermite

Howe & Howe es el creador de dos de los robots de extinción de incendios más populares en la actualidad: el Thermite RS1-T3 y el RS2-T2. Ambos cuentan tienen motores diésel de 25 caballos de potencia, se controlan de forma remota y son capaces de arrojar más de 9.400 litros de agua y espuma por minuto. Están diseñados específicamente para hacer frente a grandes incendios industriales.

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