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¡Qué rico! El chorro de la ducha es mejor que un vibrador

Hablamos de la masturbación femenina un lunes con Capela Love.

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Trabajo mínimo 50 horas a la semana. Salgo temprano del apartamento y llego en la noche. Y en esas largas horas de hacer algo por la patria, siempre se cuelan las ganas de tener un buen orgasmo. Pero pensar en buscar a alguien que le meta bien al foreplay, me da una flojera increíble.

Así que cuando llego a casa, corro a la ducha para bañarme… y masturbarme con el chorro hasta llegar al climax yo solita. Porque yo soy mi mejor amante. Así de sencillo. Friendo y comiendo. Sin hablar con nadie, sin tener que complacer a alguien sexualmente. Porque hay días que lo que quiero es estar esnúa en casa y masturbarme cada vez que me entran ganas. Con o sin porno, me meto en la ducha, estiro la manguera  y apunto el chorro donde muchos amantes no han sabido apuntar. Aunque tengo vibradores y dildos, este es como el vibrador casero que me deja moderar la intensidad del agua y así, pasito a pasito, suave suavecito, lo voy adaptando al tipo de orgasmo que quiero. Dependiendo de la potencia del chorro me imagino que es la lengua de mi jevo o un chipihammer rompiendo acera o el chorro de la piscina. (Amiga, tranquila, no eras la única niña bellaca en los pool parties) Este ritual, además de bajarme el estrés, me ha ayudado a tener orgasmos más largos y hasta multiples de cantazo. Así que, amiga, ¡deja que te venga el chorrooooooo! Mira más de nuestra experta en sexo, Capela Love, incluyendo su boutique dónde puedes adquirir juguetitos sexuales, pulsando aquí.

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