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Si prefieres cumplir tu deseo de algún antojo nocturno de dulce pero a la misma vez quieres tener una figura esbelta para el verano, debes cambiar el chocolate por una copita de vino.
Al menos eso fue lo que concluyó un estudio realizado por la Universidad de Harvard a lo largo de 13 años en el que se analizó a 20,000 mujeres, demostró que aquellas personas que bebían dos copas de vino al día tenían un riesgo un 70% menor de sufrir obesidad en comparación con los no bebedores.
Según el sitio www.nhs.uk, todas las mujeres obesas eran no bebedoras. Las mujeres que bebían cinco gramos de alcohol, o media copa al día redujeron su riesgo de tener sobrepeso en un 4 por ciento. Las que bebieron 15 gramos por día (aproximadamente una copa de vino de 150 cl.) redujeron su riesgo de acumular grasa en un 14 por ciento.
Las cifras son aún más sorprendentes cuando se contrastaban con los datos de obesidad. Beber 30 gramos al día o más (dos copas de vino) ofrecía a las mujeres un increíble 70 por ciento de reducción de riesgo de obesidad.
Por otro lado, otra de la sorpresa para los investigadores fue el tratamiento de los datos a lo largo del tiempo. En otras palabras, este estudio mostró que el alcohol no sólo no engorda, sino que ayuda a prevenir el aumento de peso en el tiempo.
El Instituto Nacional de Abuso de Alcohol, una entidad del gobierno federal de los Estados Unidos ha concluído que cuando se sustituye carbohidratos por alcohol, caloría por caloría, los sujetos tienden a perder peso, siendo esto es indicativo de que el cuerpo necesita menos energía del alcohol que de la comida.
Así que deja esa chocolate y la cerveza artesanal y cómprate una botella de vino tinto. A una copita diaria de este elixir te ayudará a conservar la figura y además, sus propiedades antioxidantes te ayudarán a recuperar y regenerar tu cuerpo por dentro.