El amor de verano es eso en lo que basan los sueños de Hollywood. La idea de tener una relación casual y despreocupada llena de sexo desenfrenado, road trips y salidas hasta altas horas de la noche, parece algo inventado por un equipo de escritores mientras ríen de sus propias bromas. ¿Cómo es que algo así pueda existir en la vida y el amor? ¿Así de fácil? Spoiler: No lo es. Nunca lo es. Pero eso es algo bueno.
A estas alturas del año, cada año, sitios para consejos de dating y sexo como éste comienzan la conversación sobre el vago concepto de una aventura de verano: “Cómo asegurar tu aventura de verano”, “Obtén tu amor de verano”, y cosas por el estilo. Y cada escritor da consejos diferentes. Algunos inútiles consejos te pueden convencer en entablar conversaciones con mujeres mientras salen a correr al parque, o intentar “impresionarlas con tu excelente cuerpo de playa” en cualquier oportunidad que se presente. Y los artículos creados para la audiencia femenina siempre aconsejan, “Cómo olvidarte de él después del verano”. Esta manera de ver las relaciones es muy anticuada.
¿Hay algo del verano que haga que la gente quiera tener más sexo? Tal vez es simplemente que está soleado y estamos respirando aire fresco, organizando planes de fines de semana y nuestra piel está brillante con la sal del océano. ¿Es que hemos estado ejercitando nuestros cuerpos durante el invierno para poder estar en forma cuando llegue el verano? Sí. Claro.
Pero, ¿qué si tu vida no es una película de bajo presupuesto de los 80? ¿Qué si vives en Los Ángeles, una ciudad en la que es verano todo el año, dónde los meses más cálidos sólo hacen querer aire acondicionado y un fuerte Jim Beam en las rocas?
Esta aventura de verano no existe en el mundo real del adulto. ¿Cómo podría? Cuando tienes un trabajo y responsabilidades de adulto, esas cosas no se detienen cuando llega junio. Lo mejor que llegas a tener son dos semanas de vacaciones. Los maestros de escuelas, estudiantes de universidad y los freelancers son los únicos que verdaderamente pueden tener una “aventura de verano”, porque son los únicos que sus carreras les permiten tener “vacaciones de verano”.
Todo el atractivo de la “aventura de verano” es que es una relación que conocemos como final. Entrando en ella, ambos lados entienden que en algún punto, uno de los dos (o los dos) tiene que regresar por donde llegó y todo termina. Todo riesgo de un compromiso real se separa del asunto casual y, aparentemente, ambos son libres de tener sexo y un rato divertido todo el verano, y partir sin esfuerzo. Esta teoría es genial y puede funcionar, pero ¿para qué necesitamos el verano para tener relaciones casuales duraderas? ¿Qué a eso no se le llama dating, o amigos con beneficios, o cualquier otra cosa fuera de la estructura legal de matrimonio?
La “aventura de verano” implica que hay un entendimiento muy claro entre dos personas sobre el hecho de que su relación tiene una fecha de vencimiento y todos los involucrados han revisado esa opción diciendo: “sí, estoy bien con eso”. En vez de esperar a que el cambio de estación determine el rumbo de tus relaciones, ¿por qué no lo haces tú mismo, usando tus palabras, acciones y sentimientos? ¿Por qué no te comunicas con las persona que te interesa, en las cosas que te interesan? Mi punto es que no necesitamos del verano para hablar por nosotros: si lo que quieres es casual, sé humano y asegúrate de que sea así, sin importar la época del año. Ya sabes, como Tinder existe ahora.