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Los verdaderos héroes de acción de Puerto Rico

Los niños de mi generación crecieron con grandes héroes de acción a través de la pantalla de televisión. Estos musculosos y descamisados caballeros podían entrar a cualquier guerra con solo una pistola y un peine, entrarse a tiros con un ejército de 1,000 hombres y salir con solo un tajito en el cachete. El inmortal Chuck Norris, Arnold Schwarzenegger (cuyo apellido al sol de hoy es la prueba final en las competencias de &#39spelling bee&#39 en Guaynabo) y el manisuelto Steven Seagal son solo algunos de los macharranes que podían resolver los problemas a puño limpio.

En Puerto Rico lo más cercano que tuvimos a héroes lo fueron Carlitos Colón y Chevy El Ponzoñú, pero luego comprendimos que el mal llamado acróbata de Puerto Rico era realmente un villano, y que Chevy era un bully glorificado que solo se la apuntaba con el obeso Cholón, pues este no podía dar tres pasos corriendo sin caer al piso víctima de un infarto. No fue hasta la llegada del siglo 21 que conocimos a unos verdaderos temerarios que nos hacían sentir orgullosos con cada de sus hazañas. Veamos quiénes son:

Manny Manuel

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Este paladín de las 100 vidas no solo ha provocado que centenas de chicas hayan sudado su ropa interior con sus intensas canciones de merengue y sus seductores movimiento pélvicos, sino que también es conocido por tener el reto de cargar .33% de alcohol en el sistema y aún así terminar de cantar magistralmente la canción “Querube”. Para Cruz Manuel solo hay dos formas de tener un jangueo: go hard or go home.

En una ocasión, Manny apareció bañado en sangre en una cuneta y cuando la Policía lo encontró, el señor Manuel no quiso chotear (siendo fiel a las leyes de la calle) quienes fueron los bandidos que lo prendieron. Manny hizo buche, y tendido en el suelo solo se limitó a decir “fghuyehsusg” a la misma vez que miraba al lente de la cámara de un fotoperiodista, en lo que todos creyeron que dijo “sigo vivo y perriando”. Años después de ese incidente, Manny chocó una patrulla de Policía y al ser arrestado llegó al cuartel cantando “Estrellita” con una sonrisa.

El Invader

En la lucha libre habían dos bandos: los rudos y los bobos técnicos. Por mucho tiempo la única forma de poder cargar el Campeonato Universal era traicionando a los técnicos (que básicamente era un corillo de plastas lideradas por el abominable Carlitos) y retando al señor Colón, dueño y dictador de la Capitol Sports Promotion. El Invader nunca le interesó el campeonato, a pesar de que tenía mejores habilidades luchísticas que el dictador con tetillas color ciruela.

José Huertas González, un abatido y enigmático titán del ring, nos demostró que las personas calladas suelen ser las más peligrosas. No nos referimos al asesinato de Bruiser Brody, sino a la historia que relató Huertas González en que con solo ocho años noquió a una cabra, y desde ese día decidió que los puños le llevarían el sustento a su hogar. Decenas de niños del campo aprendieron que no solo nacieron para criar gallos y casarse con sus primas, sino que podrían vivir de la violencia y el cuadrilátero como les enseñó el hombre del puño vendado.

Tito El Bambino

Quizás muchos minimizan al gran ChiquiTito, pero a pesar de que todos creen que este cantarín no es más que un delicado hombre miniatura con preferencia por la ropa ceñida, la realidad es que hay un sinfín de historias del más delgado de Los Bambinos que muchos desconocen. En la etapa donde el reguetón daba sus comienzos, Efraín era una de las personas más temidas, aunque su anatomía no alcanzaba los 5 pies. Tito era tan violento y elegante que luego de decir “Dios los bendiga”, hacía el sonido de dos balas perforando los pulmones de sus enemigos.

Tito no entra a esta majestuosa lista solo por la forma en que le roncaba a sus adversarios, sino que este fue el señorito que vio a Héctor El Father dormir en calzoncillos a través de toda Centroamérica y aún vive para contarlo. Cuando el dúo se rompió, Héctor solo se limitó a tirarle una puyita cobarde diciendo “Over the top” en clara alusión al disco de ChqiuiTito llamado “Top of the line”. ¿Por qué si El Father tenía un ejército de desalmados nunca se atrevió a mencionarlo directamente en alguna de sus tiraeras? Sí, solo es por una razón: Héctor le tenía miedo a Tito. No tenemos prueba de esto, pero se lee bastante convincente, ¿verdad?

Elvis Crespo

Hace muchos años atrás los merengueros solo eran unos payasos glorificados cuyo único talento era hacer bailar a la gente con bufonadas y coreografías ridículas… hasta que llegó el señor Elvis Crespo. Este chico de Guaynabo tenía alma de rudo, y así lo dejó saber cuando en su audición para cantar con Grupomanía llegó con uniforme de jugar pelota y le dijo a Banchy, dueño de la orquesta, unas palabras que demostraban la seguridad de este talentoso artista: “avanza que si ustedes no me firman, ya conseguí un guiso con las Mulas de Juncos”. Luego de entonar unos preciosos versos, la historia estaba escrita.

Esto no es lo importante, sino que Elvis traiciona a Grupomanía porque la realidad era que los muchachos eran un atraso en su carrera, así que no solo firmó su renuncia en una servilleta con un simple “me voy”, sino que la primera canción que zumba se convierte en un hit mundial. Después de probar la fama y haber besado a mujeres de todos los países, Elvis quiere volver a robarse las portadas. Es así como lo hace todo: desde masturbarse en un avión hasta evacuarse en el pantalón luego de coger un knock out borracho. Cuando le preguntan sobre el suceso, tranquilamente dice “no recuerdo eso” a la misma vez que regala la sonrisa de Mona Lisa.

Bryant Myers

El señor Myers lleva un tiempo consolidándose como uno de los traperos más famosos a pesar de que su vocabulario tiene unas 25 a 29 palabras. Con un extraño talento para decir lo mismo en todos sus temas, este chico de las poesías ha logrado el éxito en los países de Latinoamérica donde aceptan cualquier porquería. Bryant no está ajeno del escándalo, y ha sido acusado de tirarle un bloque al vehículo de la esposa de su colega Anonimus; además, le viró la mano a Franco El Gorila cuando recibió una bofetá con sus mejillas de acero.

En la última aventura del exponente urbano, fue secuestrado por unos malhechores. No solo eso, sino que la mamá de Bryant se mete a uno de los vehículos de los bandidos zumbándose de &#39slide&#39 por la ventana. Después de un rato en que los secuestradores le dieron una trilla a la familia Myers por todo Carolina, el cantante decide tirarse del carro y dejar arrollá a su mamá. La historia tuvo un final feliz ya que los secuestradores comprendieron que la verdadera MVP es la doña, y Bryant solo se peló la rodillas, quedando confinado por tres días a una silla de ruedas.

En otra ocasión hablaremos de las verdaderas villanas de Puerto Rico.

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