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Los secretos de la Mansión Playboy

La Mansión Playboy esconde muchos secretos que nos gustaría saber. No solo se habla de los enormes parties que se organizan en ella o de los famosos que la visitan, sino que también se habla de cómo es la vida dentro de la mansión.

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Y es que Hugh Hefner, el dueño de la Mansión no vive solo. Su compañía son modelos “conejitas” o como el las llama “sus novias oficiales”. Muchas han pasado por la mansión, y otras muchas también la han abandonado. Recientemente, una de ellas, Holly Madison publicó su autobiografía, y en ella cuenta su experiencia como novia oficial de Hefner.

La gran puerta principal

Dicen que la puerta de metal que hay en la entrada es para mantener a la gente alejada de la misma, pero después de la experiencia de las chicas que abandonaron la casa, la puerta podría significar otra cosa: “la puerta no era para que la gente no entrase sino para que nosotros no saliéramos, para mantenernos dentro”.

Si algo va mal…

Tal y como han contado modelos que han abandonado la casa, si haces algo mal recibes un email. Hay un estricto código de conducta, y las reglas hay que cumplirlas. No solo había que comportarse bien, sino que subir una imagen a Twitter o a Instagram te podía suponer un problema, y más aún si aparecías borracha, según indicó el portal Que.es.

Sentirse como en casa

Las chicas siempre querían decorar sus habitaciones con cosas personales, y del gusto de cada una, para sentirse como en casa. Sin embargo, la comodidad de las paredes no era igual que la de la cama. Cuentan que tanto las sábanas como los acolchados que les proporcionaban estaban viejos y manchados. Sentir asco era el sentimiento principal de todas ellas. Parece que el lujo que mostraban en el exterior no llegaba al interior de la mansión.

Único trabajo

Su labor principal, y única, tenía que ser dentro de la casa. No se les permitía tener otros trabajos fuera. Participar en las fiestas que allí se organizaban, ir a actos o eventos y acompañar siempre a su dueño, Hugh Hefner, ese era el trabajo de todas ellas. Además, muchas de ellas hasta tuvieron que firmar contratos de confidencialidad para ocultar todo lo que pasaba en la mansión.

Nada de hombres en la mansión

La regla número uno, y por la que muchas modelos abandonaron la casa, fue que no se les permitía llevar varones a la mansión. Parece que Hefner las quería a todas para él solo.

El peor momento de la semana

Las exconejitas de Playboy cuentan que el viernes era el día que tenían para pedir su paga semanal. Aseguran que todas odiaban ese momento ya que Hefner aprovechaba para decir todo lo que no le gustaba de ellas, y algunas veces no les pagaba con la excusa de que lo hacían mal.

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