Gracias a un estudio realizado por Berkeley, acabamos de descubrir las razones por las que “dormir como un bebé” es casi imposible después de los 30 años. Resulta que los patrones de sueño comienzan a empeorar, ya que las necesidades del cuerpo evolucionan y con este tipo de evoluciones, también envejecemos.
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El estudio sugiere que el sueño delta, fundamental para el rejuvenecimiento del cuerpo, comienza a disminuir hasta en un 25 por ciento al cumplir los 30 años, edad en la que también cambia el metabolismo, la producción del colágeno, entre otras cosas. Esta disminución delta, junto con el hecho de que los neuroquímicos que cambian del sueño a la vigilia se están secando, son las que provocan que en el día te sientas somnoliento y en la noche te de insomnio.
El sueño delta es muy importante y este tipo de cambios revelan las razones por las que reponerte de una desvelada te lleva días. El estudio titulado “El sueño y el envejecimiento humano”, fue publicado en la revista Neuron, y explora cómo la calidad del sueño erosiona a medida que envejece.
Después de los 30, las ondas cerebrales son diferentes y mantienen tu cerebro despierto en horas que debería estar relajado y no solo eso, cuando una persona entra en un sueño profundo, es también más complicado de despertar.
Según el estudio, sueño delta disminuye hasta en un 25 por ciento para las mujeres, a partir de los 30 años, mientras que en los hombres disminuye hasta en un 50%. Debido a que esto sucede de manera sutil, no somos conscientes de ello a plenitud.
¿Cómo saber si tus ondas delta están afectadas?
Necesitas una dosis más alta de café en la mañana para despertar, te sientes con mucho sueño en la noche, tu nivel de energía ya no es igual, entre otras cosas.
Lamentablemente, los científicos aún no saben cómo replicar estas ondas de sueño y por desgracia, lo único que puedes hacer para descansar más, es evitar los estimulantes nerviosos, irse a dormir temprano, realizar actividades que te cansen a lo largo del día, etc.