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7 tipos de jevos que han pasado por la vida de una mujer

Por: La Karla Figueroa

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Llevo más de un años (o quizás dos años, no sé) en una soltería bien relativa. Me creo que estoy con los tipos, y no estoy. Se creen que son mi pareja, y no lo son. Es una confusión bien grande.

En el proceso me he encontrado con unos seres que mi mejor amiga describe como “tráfalas” y mi mamá como “personajes”, pero yo (al momento de mi enamoramiento temporero) los veo como estos seres bien metidos en el arte y en la música, creativos, emprendedores, que visten cool… Bueno, yo les compro su desastre como si fueran la hostia.

Esto iba a ser una crónica, quería que exploraran el desastre que es mi vida sentimental. Pero no, hoy, porque me levanté de un humor raro, quiero describir (con la intención de advertir a esas muchachitas que leen) a esos jevos con los que me he encontrado en los últimos años:
 

1. El que conoces de toda la vida: Cuando regresé a Puerto Rico (después de vivir en Ohio con un gringo bien bueno pero que yo traté tan mal que siento que nunca voy a terminar de pagar ese karma) empecé a salir con un chamaco que conocía desde nena. Toda mujer tiene un pana que estuvo en el friendzone pero, como no había más nada, decidió sacarlo.

Ese muchacho no hacía mucho en defensa propia, pero “bendito, yo lo conozco de toda la vida, él va a echar pa’ alante”. Déjeme explicarles una cosa, la confianza es un asco. Y como te conoce de toda la vida ese muchacho no va a mover ni un dedo para impresionarte porque, hello, lleva toda su vida tratando que lo atiendas. Ya se quedó sin cartuchos.

No solo eso, un joven que estuvo en el friendzone intentó tanto que usted lo atendiera que, cuando al fin usted le da la oportunidad, para él, el encanto dura lo mismo que dura un shot en mi mano. Seis meses después te las va a pegar o te va a dejar, porque él te quería mientras no te podía tener.

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  1. Lección: Si un caballero entró en el friendzone, no lo deje salir. Déjelo ahí, en el cautiverio, para siempre.

 

 

2. El que te ve como su fuente de la juventud: Una nena no ha puesto a su familia a orar por ella de verdad si no ha salido con alguien que le lleve, mínimo, 15 años.

Ya yo tuve esta etapa en mi vida, y fue una en la que (en mi mente) todo era hermoso. Yo hablaba de mi viejito en cualquier lugar, lo veía como lo más inteligente del mundo, me gustaba llegar a los sitios con ese caballero que tenía las mismas arrugas que mi tío… Yo pensaba: “Mano, este es el amor de mi vida”.

Mis niñas, la norma no es que un hombre salga con alguien que es solo cinco años mayor que su hija. Estos espécimen la ven a usted como una fuente de la juventud; como carne fresca.

Pero no se confunda, la va a pasar genial. Mientras dure, no le va a faltar nada y usted se va a sentir como una reina. Pero hay una gran, gran posibilidad de que esa relación tenga fecha de expiración.

Es más, yo decía que la edad solo importaba para los quesos y los vinos. Yo no pienso igual. Importa un poquito.

  1. Lección: Disfrute esta relación… Pero cuando se acabó, se acabó. No llore mucho, desde el principio esto se veía venir.

 

 

3. El crush de toda la vida que se desvanece en 10 minutos: Toda nena tiene un crush desde chiquita. Ese amigo de tu hermana mayor que mirabas cuando estaban en la escuela o algo así.

Un día se da la oportunidad de salir. Te emocionas más que un nene chiquito con juguete nuevo, te poner regia, y sales con tu crush: Error. Esos seres siempre se deben quedar en esa lista. ¿Por qué? Los crushes son personas que en nuestra mente loca de mujer son casi dioses, son exitosos en todo lo que hacen, no mienten, son talentosos… Lo ponemos en un pedestal. El problema es que los tenemos tan “trepaos” en ese pedestal que cuando sales con ellos y ves que van todo el camino escuchando a Tito El Bambino ese encanto muere como mismo mueren las azucenas cuando se quedan dentro de un carro.

  1. Lección: Si es un crush, se debe quedar como crush para siempre.

 

 

4. El que sabes que no va pa’ ningún lado pero está gufiao: Si usted tiene una barba abundante y tatuajes por todos lados, yo lo voy a mirar de manera coqueta.

Entonces, cuando “salí” con un muchacho así siempre supe que eso no iba pa’ ningún lado. No por sus tatuajes o su barba ridículamente sexy, sino porque sabía que eso no era lo él quería al momento. Sin embargo, yo me sentía tan genial andando con ese jevo, que mi felicidad era exhibirlo por ahí como si fuera un trofeo.

De todos, estos son los menos malos porque desde el principio tú sabes la que hay, los sentimientos no se envuelven y, además parece que estos muchachitos reciben conocimiento de la tinta de los tatuajes porque saben lo que tienen que hacer (if you know what I mean).

Estos seres, de buen vestir, gran sentido del humor y medios hipsters, son buenos como por un mes. Cuando se acabó, se acabó y no hay problema. Todo el mundo sigue su vida feliz.

  1. Lección: No se enamore, pero salga con un nene hipster, con tatuajes y barba. Es una experiencia divertida.

 

 

5. El que crees que puedes cambiar: Este es el tipo que te va a tratar mal, tú vas a ir a donde tu amigas llorando y diciendo que más nunca lo vas a llamar, él te va a textiar y tú vas a ir a su casa como si nada.

Estos seres han pasado por la vida de casi todas las mujeres. Este es el tipo que todo el mundo te dice que es cabrón, que tú sabes que lo es, pero te convences de que contigo no va a ser así porque te quiere.

Y, ojo, te va a tratar bien. Te va a bajar las estrellas y te hará sentir más diva que Maripily. Pero no te dejes engañar… Te va a llevar a de la mano, pero cuando te presenta ante sus panas dice: “Esta es mi AMIGA”.

  1. Lección: Si lo conociste cabr*, siempre va a ser cabr*.

 

 

6. El que se quiere casar: ¿Usted me ha leído a menudo? ¿Sí? Pues sabe que si usted quiere que yo salga corriendo lo primero que tiene que hacer es decirme que se quiere casar y tener hijos.

Cuando salgo con un muchacho, esa es una de las primeras cosas que pongo sobre la mesa: En este momento de mi vida no me interesa casarme, puedo estar contigo y ser la mejor jeva del mundo (con una chispa de locura como todas las mujeres), pero aquí no se van a gastar chavos en boda; ah, y mis sobrinos me han traumatizado lo suficiente como para no querer hijos.

Entonces, a pesar de esa notificación que doy de entrada, recientemente me encontré con un muchachito que, sin haberme visto ’á’ de levantar, ya me estaba diciendo que yo iba a ser una buena madre y que decía que no me quería casar porque estaba confundida.

Dama, este ser es más aterrador que el cabr*. Este quiere ser padre de familia y usted es su target. Usualmente no te ama con todas sus fuerzas, simplemente necesita casarse y ser papá porque todos sus panas ya lo hicieron.

  1. Lección: ¡Corra!

 

 

7. El que parece ser más bueno que una pizza de pepperoni, pero es el más HP de todos: Este es el peor de todos porque (a diferencia del espécimen del punto número cinco, que no esconde que es un cabrón) este llega a tu vida con una cara de buenazo que  una empieza a pensar que esa es la persona que el mismísimo Dios envió del cielo para ti.

Este ser tiene el poder de hacer las cabronadas más grandes del mundo y hacerte pensar que fue tu culpa. Él, porque su cara se lo permite, te puede mentir y tú (sabiendo que te está mintiendo) le crees y le dices: “No te preocupes, papi”.

Este es el ser más aterrador de todos porque puede destruirte emocionalmente y después decirte: “¿Pero de qué tú hablas? Mi intención no era hacerte sentir mal”. Este es el que tú crees que eres la jeva pero de momento aparece con otra muchacha y te dice: “Pero si tú y yo somos panas”.

  1. Lección: Si es bien, bien, bien, bueno, puede ser un cabrón. Si te hace sentir tan culpable que tú terminas disculpándote por todo (aunque no hiciste nada), es un HP.

 

 

Dicho esto, en guerra avisada mueren menos… ¡Ojo, mis niñas! Ya saben lo que se pueden encontrar en las calles de esta joya caribeña.

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