Algo que quizás algunos puertorriqueños estadistas no entienden es que los estadounidenses están loquitos. Un vivo ejemplo es el caso del asesinato al CEO de UnitedHealthcare, Brian Thompson.
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A Thompson lo mató presuntamente un chamaquito llamado Luigi Mangione, y la respuesta de la gente en Estados Unidos ha sido dividida.
Hay algunos que condenan el acto del asesinato, mientras que otros lo ven como justicia divina por todos los papelones y dolores de cabeza que dan las aseguradoras de salud.
Además, hay que tener en cuenta que Luigi (aunque posiblemente no esté bien de la mente) es convencionalmente atractivo, y ya saben que eso es una debilidad para los jóvenes. (Me hace cuestionar todo esto sobre el “pretty privilege” que tanto esa misma generación crítica)
La obsesión con Luigi a llegado a tal nivel que están escribiendo canciones sobre él, están vendiendo mercancía de apoyo, y abrieron un Go Fund Me para su ayuda legal. (Todo esto son actos que pues caen bajo la libertad de expresión que tanto defiendo)
Sin embargo, lo que no se puede defender es el estado mental de algunos de los seguidores de Luigi que, según el New York Post, han llegado a tal nivel de hacerse tatuajes como forma de apoyo.
Un loquito en específico que, según su Instagram (verifiqué de verdad), vive en Toronto, Canadá, se tatuó la cara Luigi en su muslo con una máscara atrás del personaje “Ve de Vendetta”, y unas palabras que dicen “Delay, Deny, Defend”. (Traducción: Atrasa, Niega, Defiende)
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Otra persona se tatuó una imagen de Luigi que dice “Yo amo a mi novio”, y otra se puso la imagen que la Policía divulgó en los medios cuando lo estaban buscando.
Miren, yo entiendo la libertad de expresión y que son sus cuerpos, pero debe de haber una línea ¿no?