Tras la reelección de Donald Trump en el 2024, surgieron rumores sobre la posible partida de Jimmy Kimmel de Estados Unidos. Estos rumores se originaron cuando el compañero de reparto de Jimmy, Guillermo Rodríguez, lo descubrió empacando en su camerino, expresando que no podía soportar otros cuatro años de presidencia de Trump.
A pesar de la incertidumbre inicial, se aclaró que Jimmy Kimmel no tiene planes de abandonar Estados Unidos en el futuro cercano. Su intención es permanecer en el país, brindando alivio a sus seguidores y despejando las inquietudes sobre su posible partida.
Kimmel, al igual que otros presentadores de programas de late-night, desempeña un papel relevante en la televisión en relación con la presidencia y la política del país.
Estos programas, aunque a menudo se perciben como entretenimiento ligero, representan un ejercicio importante de la Primera Enmienda y el derecho a la libre expresión.
Crítica política en late-night shows
La capacidad de criticar abiertamente a los funcionarios electos en estos programas es esencial para demostrar el derecho a expresarse sin censura gubernamental, un derecho fundamental en la sociedad estadounidense.
Aunque los presentadores de late-night parecen dirigir más críticas hacia Trump que hacia otros presidentes, muchos usuarios en redes sociales como Facebook y Twitter/X mencionan que esto puede atribuirse a varias razones.
Una de esas puede ser a inclinación política de muchos de ellos y la tendencia del ahora presidente a generar titulares llamativos para mantener su presencia en los medios.
Mientras el público se divierte con estos programas y los presidentes son objeto de burlas, los estadounidenses presencian en acción su derecho a la libre expresión, un derecho protegido y vital en la sociedad actual.
Se comenta que, a través de la sátira y el humor, se mantiene viva la tradición de la crítica política en un entorno de entretenimiento.