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Científicos instalan una “Luna” artificial en la Tierra | ¿Para qué servirá y dónde está ubicada?

La instalación, llamada LUNA, no es simplemente un simulador de entrenamiento.

En un paso clave hacia la exploración lunar, la Agencia Espacial Europea (ESA) y el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) han presentado una innovadora instalación en la ciudad de Colonia, Alemania, que promete acercarnos más que nunca al satélite natural de la Tierra. Esta “Luna en la Tierra” es un entorno de prueba único diseñado para entrenar a astronautas, ingenieros y científicos de cara a futuras misiones lunares.

Este espacio de 700 metros cuadrados recrea la superficie lunar con precisión, utilizando 900 toneladas de rocas volcánicas que imitan el regolito lunar, el polvo que cubre la superficie de la Luna. Además, cuenta con un simulador solar que reproduce las condiciones extremas de iluminación, fundamentales para estudiar los desafíos que enfrentarán los astronautas en las zonas polares de la Luna.

Matthias Maurer, astronauta de la ESA y asesor del proyecto, describe esta instalación como una “navaja suiza para la exploración”, ofreciendo una plataforma multifuncional donde se podrán realizar simulaciones complejas y perfeccionar tecnologías y procedimientos antes de ser aplicados en la Luna. Según Maurer, LUNA es el mejor lugar en la Tierra para preparar a los astronautas de cara a futuras misiones lunares.

El camino hacia la exploración lunar

La inauguración de LUNA marca un hito importante para la exploración espacial europea. Josef Aschbacher, director general de la ESA, destacó que esta instalación coloca a Europa en la “vanguardia de la exploración lunar”, y subraya la creciente colaboración internacional en el ámbito espacial. Con instalaciones como esta, Europa se posiciona estratégicamente para ser parte fundamental de las misiones a la Luna y más allá.

Uno de los astronautas que se beneficiará de esta instalación es Pablo Álvarez, recién graduado en la promoción 2022 de astronautas de la ESA. Aunque actualmente se encuentra en un programa de formación con la NASA, Álvarez ha subrayado la importancia de LUNA para probar y desafiar las tecnologías que serán clave para la exploración del espacio profundo. En sus palabras, “las instalaciones terrestres son esenciales para cualificar los procedimientos y asegurar que sean efectivos en el espacio real”.

Preparando a los futuros exploradores lunares

LUNA también permitirá realizar investigaciones del regolito lunar, con capacidad de perforar hasta tres metros por debajo de la superficie simulada. Esto abrirá nuevas oportunidades para estudiar el suelo lunar congelado, un recurso crucial para futuras misiones de larga duración.

La instalación cuenta con salas de control avanzadas, conectadas en tiempo real con los centros de control de misiones en Alemania y otros países, lo que permitirá realizar simulaciones de misiones continuas, incluso conectadas con la futura estación espacial Lunar Gateway o la propia Luna.

La visión a largo plazo es clara: preparar a los astronautas europeos para que sean parte de las próximas misiones a la Luna, como las que se llevarán a cabo bajo el programa Artemis de la NASA. El astronauta Pablo Álvarez no oculta su entusiasmo por la posibilidad de ser parte de una misión lunar en la próxima década, y tras completar su formación en la Estación Espacial Internacional, espera dar ese “pasito más allá” y cumplir el sueño de pisar la Luna.

El futuro de la exploración lunar

Con el lanzamiento de esta instalación, Europa se consolida como un jugador clave en la carrera hacia la Luna. Las funciones adicionales que se implementarán próximamente en LUNA, como un sistema que simula la gravedad lunar y una rampa ajustable para probar la movilidad en terrenos accidentados, posicionan a esta instalación como una herramienta imprescindible para el entrenamiento de los astronautas que, en un futuro cercano, serán los primeros europeos en caminar sobre la Luna.

Con proyectos como este, el sueño de la exploración espacial se vuelve cada vez más real y tangible, preparando el terreno para que los astronautas europeos puedan, algún día, dejar su huella en nuestro satélite.

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