Esta nota es para todos los gamers que le tienen la cantaleta encima de que los videojuegos son malos para la salud.
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En un giro innovador para abordar la depresión, un científico de la Universidad de Bonn ha descubierto que aventurarse en el colorido mundo de Super Mario Odyssey puede tener beneficios significativos para aquellos que luchan contra el Trastorno Depresivo Mayor (TDM).
Este estudio pionero arroja luz sobre el potencial terapéutico de los videojuegos en 3D, desafiando las percepciones convencionales sobre cómo enfrentar la depresión.
De acuerdo con una reseña de Vida Extra, el experto de la Universidad de Bonn llevó a cabo un experimento durante seis semanas, involucrando a 46 pacientes diagnosticados con Trastorno Depresivo Mayor. La premisa era simple pero novedosa: explorar si sumergirse en la vibrante y divertida odisea de Super Mario podría tener un impacto positivo en la salud mental.
El equipo científico de la casa de estudios alemana dividió a los pacientes en tres grupos:
- Grupo Experimental “Videojuegos en 3D”: Los participantes de este grupo se sumergieron en el mundo de Super Mario Odyssey, llevando a Mario y Cappy a través de sus emocionantes aventuras.
- Grupo de Control Activo: Este grupo se dedicó a entrenar con un programa de PC llamado “CogPack”, diseñado para actividades cognitivas.
- Grupo con Tratamiento Habitual: El tercer grupo siguió los métodos tradicionales de psicoterapia y medicamentos, representando el enfoque convencional para el tratamiento del Trastorno Depresivo Mayor.
Lo que hizo que este estudio se destacara fue la reducción significativa de los síntomas depresivos observada únicamente en el Grupo Experimental “Videojuegos en 3D”. Mientras que los participantes en los otros grupos no mostraron cambios notables, aquellos que se embarcaron en las odiseas digitales con Mario experimentaron mejoras notables en su estado de ánimo.
“Con respecto a los síntomas depresivos, solo se encontró una disminución significativa en la proporción de participantes que mostraron niveles clínicos de síntomas depresivos medidos por el Inventario de Depresión de Beck en el grupo de videojuegos 3D. Además, los niveles medios de motivación para realizar el entrenamiento fueron significativamente mayores en el grupo de videojuegos 3D en comparación con el grupo de control activo”, dijo uno de los líderes de la investigación, según informa el medio citado.
“Y no solo eso, mientras que el grupo de videojuegos 3D solo mejoró significativamente en una prueba de memoria visuoespacial, el grupo de control activo mejoró en todas las funciones de la memoria visuoespacial”, añadió.
Este estudio plantea preguntas intrigantes sobre el papel de los videojuegos en el ámbito de la salud mental. ¿Podrían los mundos virtuales ofrecer un respiro terapéutico para aquellos que enfrentan trastornos del estado de ánimo? A medida que la ciencia explora nuevas fronteras, Super Mario Odyssey podría haberse convertido en un inesperado héroe contra la depresión, demostrando que, a veces, la mejor medicina puede tener un toque de magia digital.