El tema del sexo es uno de los más sonados y recurrentes en redes sociales, ya sea por el tabú que aún sigue representando para parte de la sociedad, o por las muchas variantes y posibilidades que llega a ofrecer.
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De hecho, es bien conocido que tener relaciones sexuales constantes puede traer muchos beneficios para la salud, tanto física como emocional. Sin embargo, ¿qué pasa si estamos en el opuesto de no tener intimidad? Estudios revelan que la falta de sexo podría acarrear consecuencias negativas para el cuerpo.
Problemas en el sistema inmunitario
Entre las consecuencias más importantes está la falta de sustancias, como la oxitocina, dopamina y serotonina, que ayuden a regular el cuerpo y contrarrestar los niveles de estrés. Así, el cuerpo podría ser más propenso a experimentar aumento en la presión sanguínea o en los niveles de azúcar, por lo que quedaría expuesto a infecciones, bacterias y virus.
De hecho, según un estudio realizado por la Wilkes University de Estados Unidos, tener relaciones sexuales una o dos veces a la semana eleva los niveles de inmunoglobulina hasta un 30%.
Problemas en los genitales
Los genitales son músculos que, al igual que los otros del resto del cuerpo, se debilitan por la falta de ejercicio. Así, las mujeres pueden experimentar atrofia vaginal, mientras que los hombres pueden tener problemas con las erecciones. Esto puede provocar que disminuyan los niveles de placer y felicidad.
Problemas psicológicos y emocionales
La falta de sexo puede provocar un desequilibrio hormonal en la persona, por lo que podría afectar a los neurotransmisores de la felicidad y provocar cambios en el estado de ánimo. Incluso, estudios demuestran que tener sexo frecuente ayuda a mejorar la producción de nuevas neuronas y la función cognitiva.
De la misma manera, investigadores de la Universidad de Konkun, en Corea del Sur, revelaron que tener intimidad con cierta frecuencia podría ayudar a mejorar la memoria.