Opinión

Babilonia “La gran ramera”: un evento empoderador para las “ponkas” de Puerto Rico

Tras lluvias, propaganda religiosa y el discurso transfóbico en las redes sociales, la Villana conquistó a Babilonia

Villano Antillano en concierto en el Coca Cola Music Hall.
Villano Antillano Villano Antillano en concierto en el Coca Cola Music Hall. (Carlos Navarro/Carlos Navarro)

Han pasado décadas de odio y rechazo. Y, sólo cuatro meses del último transfeminicidio, sin contar el constante acoso que viven a diario por meramente existir. ¿Cuándo acabará? ¿Cuántas personas trans, quir y/o no binarias deben morir para que la ciudadanía entienda que son personas dignas de respeto y derechos?

PUBLICIDAD

“Dañando a los niños”, hablan las bocas de personas de poder sociopolítico, pero parece sólo aplicar cuando proviene de una persona con una identidad de género fuera de lo binario. Y, aun así, Babilonia triunfó en empoderar a lxs quirs que dijeron presente.

Y, para continuar con su discurso de odio, lxs conservadores invadieron los comentarios de redes sociales de la artista, alegando de cómo el concierto era una señal de un supuesto fin, refiriéndose al libro bíblico del Apocalipsis. Incluso, estas personas procedieron a invalidar la identidad de género de la rapera, refiriéndose a ella como “él”.

El incendio de Babilonia

La luz de la luna llena alumbraba el cielo y aún se veían los residuos de la lluvia que inundó a gran parte de la isla el pasado viernes. Pero, el primer concierto de la artista urbana Villano Antillano finalmente ocurrió el pasado domingo, 29 de octubre, convocando a todas las “ponkas” del sector LGBTTQIA+ para una noche de unión y comunidad.

A minutos del comienzo de un evento, que causó tanta persecución por parte del sector cristiano conservador, el público chanteaba “¡Villana!, ¡Villana!, ¡Villana!” sin saber que el performance no solo sería uno artístico, sino también de perrería política.

El frío del Coca-Cola Music Hall y los nervios invadían tanto a Villana como a nosotrxs lxs bailarines, en efecto, a los obstáculos climáticos que impuso la posposición del performance y el revuelo social que tuvo el concierto desde su anuncio.

Pero, la pista del primer tema Hedonismo comenzó a sonar y, a su vez, el público retumbó el espacio, gritando las líricas con emoción. Sólo enfocándose en el mensaje de poder y amor que la artista brindó a la tarima mientras caminaba con sus tacones cremas.

Cuatro bailarines salieron por cada una de las dos esquinas inferiores de la tarima, con la adrenalina en alta y listxs para formar parte de un show histórico para la comunidad quir.

Mi cuerpo se movía sólo, pero mi cabeza se fijaba en el ritmo de la música y en la audiencia de la primera fila, con sus disfraces y maquillajes icónicos.

La vibración del bajo causaba un eco que subía de los pies a la cabeza. Y, el calor acompañaba la euforia que se sentía al expresar libertad sexual en la coreografía, sin miedo al juicio o el rechazo de una comunidad sencillamente humana y tolerante.

“¡Puerca!” Y “¡Mamabicha!” gritaban las “ponkas” de manera de apoyo tras nos movíamos con la Villana a la parte de la tarima que se extendía como una pasarela.

Llegando el final, uno de los temas que no se ha lanzado, Vicio, comenzó a sonar. La audiencia no tenía idea qué escuchaba, pero quedaba como en un trance al ver los bailarines y la Villana con lengua por fuera, manos en los senos y jalones de cabello mientras nos tocábamos entre todxs.

Y, para concluir, la Villana terminó con Mujer, una colaboración con Ileana Cabra, aprovechando el mensaje empoderador de qué es ser mujer, con el fin de expresar su discurso ante el revuelo que causó su concierto en personas desinformadas.

Tanto nosotrxs los bailarines como La Borivogue, la vocalista y la DJ Villana nos juntamos en los últimos segundos de la canción para gritar “presente” mientras se nombraban mujeres y hombres transgénero que han fallecido debido a la violencia de género.

Villano Antillano, como si el fuego quemara en su pecho, comenzó su proclamación contra el odio y las amenazas de muerte, conmoviendo a las “ponkas” del Distrito T-Mobile.

“Ustedes saben que llevo más de un mes bajo un escrutinio y una persecución política inimaginable. Y yo quiero que quede algo claro: yo he recibido amenazas de muerte, yo he recibido confrontaciones, yo he recibido mil cosas que no les quiero ni mencionar. ¿Ustedes saben por qué? Porque cuando un partido político se atreve a fomentar el odio de la manera en que lo están haciendo, le dan ideas a la gente loca. Para empezar, a mí me parece una locura que representantes del gobierno tengan la osadía de perseguir a ciudadanos. Me parece inconcebible. Máxime, representantes políticas que encubren el abuso de curas religiosos que violan a niños”, dijo.

Pero, como luz al final del túnel, aseguró que, a pesar de la desinformación transfóbica, “recuerden siempre que, por más odio que ustedes vean, yo recibo el triple del amor”.

Tags

Lo Último