Rolando Gil es un cineasta del barrio Santana en Arecibo que en estos momentos cumple su sueño de hacer cine independiente.
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Sus cortometrajes Filius y Stop Asking for Permission, han viajado por distintos festivales internacionales y recientemente estuvo trabajando con el legendario director Werner Herzog en un taller intenso en el Amazonas. Es un tipo normal, un soñador que nunca se rindió en ruta a vivir ahora lo que siempre anheló.
Nos sentamos a conversar con Rolando, un director y productor de cine que quizás usted nunca había tenida la oportunidad de conocer. A continuación les traemos esta jovial conversación.
El Calce: Hola, Rolando. ¿Puedes presentarte para quienes no te conozcan?
Rolando: Mi nombre es Rolando Gil soy nacido y criado en el Barrio Santana de Arecibo. Estudie en la escuela de Escuela Segunda Unidad Federico Degetau hasta el grado de noveno donde me trasladé a la Vieja Escuela superior Dr. María Cadilla. Ahí fue donde tuve mis primera interacciones con el mundo del entretenimiento, pues participaba en el teatro como actor o escribir obras de teatro para mis compañero. Al salir de la superior decidí estudiar ingeniería, pero con la curiosidad de cómo entrar en mundo del cine, pues para ese entonces no contaba con nadie que me pudiera guiar al mundo del cine. No mucho después fui llamado para ayudar con una obra de teatro de una iglesia para recaudar fondos para la construcción de su nuevo templo. Tuve la oportunidad de escribir y dirigir el proyecto el cual fue presentado en el teatro Oliver de Arecibo. Mientras trabajan en el proyecto mi amigo me dijo que tenía la idea de ir a estudiar al los Estados Unidos para hacer animación 3D. Y yo le comenté que me gustaba el cine. Pues hay mismo hicimos un pacto de irnos los dos juntos. A los pocos días a él se le presentaron unas complicaciones y no pudo ir. Yo después de conversar con él me dije “es ahora o nunca”, y continué con mi plan de viajar a los Estados Unidos con solo un sueño que no tenía ni idea cómo lo lograría. Sin inglés y el poco dinero que saque cuando vendí mi auto viejo en PR. Así me lancé a los Estados Unidos sin tener idea qué me esperaba.
El Calce: Notamos que eres del área de Arecibo-Hatillo, que te criaste con el Autocine de Santana como patio. ¿Qué recuerdas de aquellos momentos? Reflexionando ahora al respecto, ¿cómo el Autocine, que es un baluarte de siglo XX influenció en tu acercamiento posterior al cine?
Rolando: Yo diría mejor que el Autocine de Santana fue mi cuna desde pequeño ya que mi casa estaba al frente. Mi padre me llevaba constantemente ya que era el amigo del muchacho de la entrada y nos daba un descuento. Ademas amaba ir a ver películas ahí, ya que me encontraba a todos mis amigos de la escuela y familiares. Pero las veces que mi padre o mi familia no podían yo veía las películas por entre unos arboles que tapaban la pantalla. Aveces solo las escuchabas por la ventana de mi cuarto, ya que vivía al frente del Autocine y se podían escuchar con gran facilidad imaginándome lo que estaba pasando en la película. El Autocine tiene un gran valor para mí ya que desde mi infancia era un lugar muy especial… era como una extensión de mi casa y familia.
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El Calce: Llegaste a Estados Unidos a estudiar inglés en Florida. Luego desarrollas una fructífera carrera como cineasta hasta alcanzar estudios en la New York Film Academy University. O sea, digo esto, pues tanto Florida como Nueva York son canteras llenas de boricuas que han migrado a EEUU, y ni mencionar otros migrantes. ¿Cómo fue tu acercamiento a este mundo de la inmigración?
Rolando: Yo llegué a la Florida en el 2009 y rápidamente me matriculé en las clases de inglés en el nivel básico, ya que mi inglés era fatal. Nunca le puse interés desde pequeño y mi padre siempre me lo decía que aprendiera ingles. Me tomó como un año aprender el inglés necesario para entrar a la escuela. Traté de entrar a la escuela de Full Sail ya que eso era el plan que yo hablé con mi amigo, pero por situaciones económicas no pude entrar. Luego me trasladé a el estado de Carolina del Norte en donde trabajaba en un almacén durante el día y en las noches asistía al Instituto de Arte de Charlotte. Por el día trabajaba en unas fábricas empacando cucharas con emigrantes de distintos países de Centro y Sudamérica. El Instituto de Arte de Charlotte era una escuela bien pequeña y de muy pocos estudiantes. Ya la cerraron por cierto. No tenía nada de reputación como Full Sail pero por suerte los maestros de filmación eran unos amantes del mundo del cine y muy apasionados por enseñar las destrezas de este arte. Rápidamente, ellos me ayudaron y me trajeron a colaborar en sus proyectos personales y nos reuníamos en sus casa para hablar sobre el cine, cámaras, actuación, etc., junto con otros estudiantes. Gracias a ellos mi aprendizaje fue uno más valioso que cualquier escuela prestigiosa de filmación. En el Rincón Film Festival me gane una beca para tomar unos talleres de filmación por una semana en el New York Film Academy University.
El Calce: Háblanos de las diferencias entre Filius, tu ópera prima, y Stop Asking For Permission, la pieza que recién sometiste al Festival Joedance.
Rolando: Filius es un corto que lo hice como mi tesis antes de salir de la universidad. Bueno, mi currículo de asociado no requería hacer una tesis pero yo quise hacerlo como quiera. Sentía que debía hacerlo. La historia de Filius es verídica. Cuando trabajaba con mi padre en verano en construcción yo solía pasar por una calle en donde siempre veía a una señora con una maleta parada junto a la calle. Siempre a esos de las 4 de la tarde ella siempre esperaba con malestar junto a la calle. Eso me llamo mucho la atención. Un día pase con una persona del área para buscar unos materiales y le comente sobre esa mujer. Él me contesto que esa señora llevaba años así. Lo que pasó era que su hija la iba a buscar para irse de viaje y le dijo que la espera afuera por qué iba tarde y de prisa. La señora salió y se paro afuera esperarla. La hija tuvo un accidente y no pudo llegar. Desde entonces la señora salía a esperarla todas las tarde. Como la canción de Maná en del Muelle de San Blás.
Stop Asking for Permission fue una idea que me vino a la mente después de haber compartido con el director Werner Herzog en el Amazonas. Yo tenía muchas duda e inseguridades como artista. Siempre era que si soy lo suficientemente bueno para hacer lo que hacía. Cuando estaba en el medio del Amazonas mire a mi lado y vi a mi lado al director Werner Herzog diciéndome como todo estaba bien. Yo entré en un viaje en el tiempo en mi mente porque exactamente un año antes yo estaba viendo sus clases online que como ser un cineasta o como mejorar tu habilidades como cineasta. Ahí mismo le conté mis inseguridades y él me dijo: “You need to stop asking for permission”, “tú tienes que para de pedir permiso”, y hacer lo que quieres hacer. Eso me tocó muy profundo y tan pronto llegué a Atlanta me enteré del reto Kodak en donde ellos te dan un solo rollo de cinta de 100 pies y tienes que hacer tu corto. 100 pies de cinta son alrededor de 2:45 minutos. Esto fue extremadamente difícil ya que solo tenía una toma para cada escena. La cámara que teníamos para grabar era análoga, yo no veía lo que se grababa. Gracias a Dios todo salió bien ya que el equipo de trabajo dio todo lo que tenía en el proyecto. Grabamos todo en 18 horas.
Filius yo lo creé para sentirme que salía igual de preparado que una persona con un bachillerato. No era requerimiento, pero así yo sentía que lo tenía que hacer. Era como esa voz interna que te dicta que hacer. Stop Asking for Permission yo lo creé para consagrar mi amor por el mundo del cine, porque siempre me gusta esos anillos, cuando te gradúas de ingeniería, y te ponen muchos logos y símbolos en esos anillos de graduación, que solo es para mostrar que eres alguien. Pues creo que este corto representa mi graduación conmigo mismo en el cine. No sé si hace sentido pero para mí sí.
El Calce: ¿Cuál fue tu impresión de los dos momentos históricos recientes que ha vivido Puerto Rico: a) la reacción del pueblo al embate desastroso del Huracán María, b) las manifestaciones que hicieron que un gobernador, a todas luces corrupto, saliera de Fortaleza?
Rolando: El huracán Maria fue muy desesperante para mí ya que la mayoría de mi familia vive en la isla. Esas semana sin saber de ellos fue un poco irritante. Pero por la televisión vi cómo la gente se ayudaba unos a los otros. Y eso me llenaba mucho el corazón de alegría, de orgullo y paz, porque yo sabía que si mi familia estaba pasando necesidad o tenía algún problema, habría una mano que no dudaría en ayudarlos. Y sin pasar mucho tiempo la llamada de un teléfono desconocido entró mi teléfono. Ellos me pudieron llamar gracias a un desconocido que les prestó un teléfono y los llevó donde había señal y me pudieron llamar. Estaba contento por que los escuché pero más orgulloso de mi familia puertorriqueña. Vi los estrago que el huracán hizo a estructuras de todo tipo. El huracán dio fuerte pero más fuerte es la union de nuestra familia puertorriqueña.
Sobre las manifestaciones, creo que no han habido manifestaciones más históricas de impacto desde la masacre de Ponce en el 1937. Las manifestaciones del pueblo antes el gobierno marcan la Historia de Puerto Rico y cómo algunos artistas crearon arte para expresar su quejas he coraje ante el gobierno me impactaron. Vi muchas fotos de personas que se pintaron el sus cuerpo de una forma espectacular, muchas de ellas las compartí en mi redes sociales. Y eso deja de ver que el arte es parte de nuestra de cultura, no es tan solo sobre cómo expresar belleza si no también de expresar coraje ante algo que no estamos de acuerdo. La protesta pacífica que el pueblo hizo día tras día demostró que ya el pueblo está harto de que nos falten el respeto. La salida de Ricardo Rosselló servirá para los próximos que vengan sepan que el pueblo lo puso al poder pero también los pueden sacar si no hacen las cosas bien.
El Calce: ¿Qué le puede decir un muchacho que se crió en el norte de la isla que ahora alcanza sus sueños en el cine a cualquier aspirante de cualquier sitio de Puerto Rico que tenga grandes sueños en el cine?
Rolando: ¿Qué le puedo decir a un muchacho de la isla que quiere alcanzar sus sueños en el cine? Que no todo va a salir como lo tienes planeado. Muchos dirán qué irte pa los Estados Unidos es una locura. Que probablemente tus familiares son los primeros que no creerán en ti. Sí… tu madre, tu padre, tu hermanos, etc. y es totalmente normal. Es difícil ser profeta en su propia tierra.
Quizás no vas a aprender ingles en los 6 meses que te propusiste. Tendrás que trabajar en trabajos duros de 12 horas que ni te imaginabas. Te preguntaras a menudo que hago aquí. He iras al baño a llorar por no quieres que te vean tu compañeros. En el baño cuestionaras tus decisiones. Es normal. A lo mejor no vas a poder estudiar filmación en la tan aclamada escuela de cine que todos hablan. Que por alguna razón no vas a terminar trabajando cineastas que quieres. Muchos te van decir no tienes lo que requiere esta profesión. Probablemente te va a tomar mas tiempo poder grabar tu película que tus colegas de la industria. Quizás no vas a tener la cámara que deseas o los lentes que tanto viste por el internet. Lo más probable muchos te van a decir que tu historia no sirve para nada. Todo eso es posible y lo más doloroso es que muchos de ellos tienen la razón o es verdad.
PERO… tú eres el único que puedes cambiar todas la posibilidades a tu favor. Tú tienes que ser el primero en confíar en ti mismo. Siempre va haber una mano amiga que te ayuda poco a poco a donde quieres llegar por que Dios siempre estará contigo. Habrán días difíciles. Te frustrarás muchas veces. Pero eso no es excusa para perder la fe y el norte. Nunca te rindas por que el día que lo hagas ese es el día que todo lo que te decían se hará realidad y tu mismo te fallaste. Mientras sigas trabajando en tus sueños es solo cuestión de tiempo para verlos realizados. Hay que ser como yo llamo: un terco positivo. Como lo definen los expertos: un persona que se mantiene firme o inmovible en su actitud, aunque se le den razones en contra o se le intente convencer para hacer otra cosa. Sí, porque hay que seguir y seguir a pesar de todo, a pesar de los obstáculos, necesidades, dudas y inseguridades.
¡Todo es posible si no te rindes!