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La ruta a Wrestlemania comenzó: ¿Qué pasará?

En la noche del domingo 28 de enero comenzó la ruta hacia el evento más importante de lucha libre: Wrestlemania.

Eso quiere decir que por los próximos dos meses, las atenciones de quienes hacen todo tipo de conjeturas sobre la finita línea que divide el deporte profesional y el espectáculo pomposo, estarán siguiendo de cerca las tramas y rivalidades preparadas por la empresa World Wrestling Entertainment (WWE). Este año, Wrestlemania se llevará cabo el domingo 8 de abril en el Mercedes-Benz Superdome de la ciudad de New Orleans.

Ya la atención pública y los principales medios deportivos en los Estados Unidos se volcaron sobre el producto de la WWE luego de que la excampeona de artes marciales mixtas, Ronda Rousey, apareciera en el segmento final del popular evento de Pague Por Ver conocido como el Royal Rumble. Rousey hizo su esperado debut en la empresa tras la conclusión de la primera batalla real de mujeres en la historia de la WWE.

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Mientras Asuka, quien ganó el debutante encuentro de treinta luchadoras, trataba de decidir a cuál campeona retará en Wrestlemania, la fogosa atleta que hizo historia en el circuito de UFC interrumpió la celebración, y sin mediar palabras, comunicó su intención de participar en el principal evento de WWE en abril. Inmediatamente, las redes sociales cibernéticas explotaron y hasta ESPN dedicó varios segmentos de análisis sobre lo que podría implicar el salto de Rousey de las artes marciales mixtas a la lucha libre profesional.

Previo a la comentada batalla real femenina, la tradicional versión masculina de esta batalla había sido ganada por legendario luchador japonés y compatriota de Asuka, Shinsuke Nakamura. De manera que dos de las principales luchas titulares de Wrestlemania 34 serán protagonizadas por atletas nipones.

La gerencia de la WWE y su principal propietario, Vince McMahon, reconocen el valor del mercado japonés para la industria global de la lucha libre. Están igualmente conscientes de que la popular empresa New Japan Pro Wrestling (NJPW) continúa ganando terreno entre la afición estadounidense de este deporte espectáculo. Por tal razón, se anticipa que el combate por el título mundial de la WWE en Wrestlemania 34 sea una revancha entre Nakamura y el actual campeón, AJ Styles.

Aunque ambos nunca se han visto las caras en luchas individuales de eventos televisados de WWE, sí protagonizaron un recordado choque en el evento de NJPW, Wrestle Kingdom 10, celebrado en enero 2016. En aquella ocasión, Nakamura derrotó a Styles para retener el Título Intercontinental IWGP.

Aunque la ruta a Wrestlemania representa la época más emocionante del año para quienes siguen el producto de la WWE, debe destacarse que esa misma visibilidad mediática hacia esta empresa igualmente activa todo protocolo gerencial ante la posibilidad de que se filtre al público información que pudiera poner en entredicho la credibilidad de quienes administran el millonario imperio de lucha libre.

Una semana antes de la celebración del Royal Rumble salió a relucir la declaración de una mujer, quien acusó al luchador Enzo Amore de haberla violado durante una fiesta en la ciudad de Phoenix. Aunque el caso es actualmente investigado, la WWE optó por despedir a Amore, tras enterarse de que el luchador sabía de la acusación y nunca le informó a la empresa. El luchador niega los cargos, pero su silencio sobre el caso fue razón suficiente para que McMahon lo despidiera. Un escándalo de esta magnitud es lo menos que necesita la WWE en la época del año más importante para sus luchadores y luchadoras.

Si lo de Amore no fue suficiente para Vince, en días recientes el estelar luchador y excampeón mundial de la WWE, Roman Reigns, fue mencionado por un vendedor de esteroides anabólicos como uno de sus principales clientes, junto al actor Mark Walhberg. Reigns inmediatamente negó la acusación y dijo que no conocía al hombre que lo señalaba públicamente. Suponiendo que el luchador esté diciendo la verdad, desafortunadamente el juicio público del Internet ya ha activado a algunos de sus detractores, quienes inmediatamente hicieron referencia a una suspensión previa de Reigns por violar la Política de Bienestar de la empresa en el 2016.

Aunque por el momento no se prevé que este caso llegue a consecuencias mayores, es muy probable que McMahon desee todos los días que la acusación no se convierta en realidad. Roman Reigns es una de las caras actuales de la WWE. Se rumora fuertemente que retará a Brock Lesnar en Wrestlemania en una lucha por el codiciado título universal.

¿Cómo se dará la ruta hacia Wrestlemania? ¿Se desarrollarán buenas historias? ¿Surgirá alguna controversia que ponga a temblar a la familia McMahon? Ya veremos lo que sucede entre febrero, marzo y principios de abril. El banquete de lucha libre está servido.

 

 

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