Sufre, Juan Dalmau.
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Tal patriotismo boricua no lo veíamos desde que nuestro paladín del nacionalismo luchístico Carlitos Colón le al jincho papujo tejano de Stan Hansen que era un canalla. Ni siquiera cuando Yadi gritó puñeta en el Clásico se había sentido tanta furia naconalista. Es más, ni cuando Tito cambió su campeonato por la corona de Dennise Quiñones vimos tanta muestra de amoL poL la patria.
Nos referimos a ese gran superhéroe cibernético y ahora radial, Joshua ’Agüeybaná el Bravo’ Pauta, quien ayer ofreció su análisis nacionalista, directamente del corazón. Sip. Con poco pudor y directamente del alma, Joshua dijo algo que a algunos puede resultarles ecuánime y a otros como un buche de sangre mañanero.
Aquí está el manager de La Pauti, opinando con lagañas en los ojos y directamente desde el Sinn Féin:
De inmediato, las hordas weberas (de la web, queremos decir) se le vinieron encima.
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Y así hubo más comentarios, aunque también recibió respaldo por su valiente postura digna de la medalla de Hostos e inspirada por las enseñanzas de Mao en China y las luchas de Che Guevara en Angola. Un comentario particular que lo puso en en tres y dos fue el de Samantha Love, quien le echó maíz mientras lo invitaba a la reflexión. Excelente, Samantha.
Si usted quiere recibir más filosofía nacionalista de parte de Joshua, recuerde que pronto podrá participar de sus mítines bolcheviques, pues por ahí se acerca un nuevo espectáculo de parte de este joven, que ya logró meter su sendero luminoso criollo al Choliseoo, joya de la corona estadista del rossellato actual.