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Humildes consejitos para tener buen sexo anal

Toma nota

Las costumbres sexuales están cambiando: para bien y para mal, hay muchas novedades. Lo que durante mucho tiempo fue considerado como algo casi “anti natural”, ahora se ha convertido en una práctica cada vez más frecuente. ¿A cuántas de nosotras una pareja le pidió tener sexo anal? Seguramente, a muchas. ¿En cuántas ha surgido el interés de aventurar? Seguramente, a pocas.

Hay razones fisiológicas que hacen que esto resulte placentero para las mujeres: los músculos orgásmicos y todas las terminaciones nerviosas que se ponen en juego durante el acto sexual incluyen el ano. Su borde, además, se convierte en una parte súper sensible cuando es bien estimulada. Aunque cueste creerlo, no es necesario que nos introduzcan algo para que podamos vivir sensaciones increíbles: con besos y caricias es suficiente para gozar de manera plena.

Lo que sí puede parecer diferente es el acto mismo de la penetración, ya que la apertura de los esfínteres es más estrecha que la de la vagina y esto puede hacer que se sienta más intensa. Pero es un mito que siempre duele. El dolor es sólo la indicación de que el ano no está bien relajado y abierto y es un mensaje del propio cuerpo que está pidiendo más tiempo o más suavidad.

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Relájense. Es importante que los dos compartan las ganas de hacerlo y se sientan tranquilos con la decisión.

Excítense. Cuanto más excitados estén los dos, más aumentará la libido y mayores serán las ganas de intentar nuevas experiencias y probar nuevos caminos.

Estrategias. Para tener buen sexo anal, los juegos previos son fundamentales. Las caricias juegan un papel importantísimo en la “preparación del terreno” y en la lubricación de la zona. Lo ideal es que tu pareja comience la estimulación con besos suaves en la zona y hasta pueden aprovechar algún “juguete sexual” que tengan. Al mismo tiempo, pídele que te acaricie el clítoris… O anímate a acariciártelo tú misma, ¿por qué no?

Listos. Cuando ambos se sientan preparados, es el momento de la penetración. Para facilitarla, lo recomendable es usar un buen lubricante. Afortunadamente, hay muchos productos de este tipo que te pueden ayudar. Pídele a tu compañero que lo haga sin prisa y suavemente, parando cuando se lo pidas. Que vaya a tu tiempo.

Las posturas. Todas las posiciones sexuales son válidas en el momento de tener sexo anal: en cuatro, parados, de ladito e, incluso, la clásica “del misionero”. Lo importante es que estén cómodos y puedan disfrutar los dos.

¿Existe el orgasmo anal? Las opiniones están divididas. Para algunos sexólogos no existe ya que el clítoris no es estimulado. Para otros sí puede darse, pues es una zona que está llena de terminaciones nerviosas que permiten una sensación inigualablemente placentera. Será cuestión de probar, ¿no?

Lo importante es que lo hagas en pareja, siendo respetada en tus deseos y en tus límites: el sexo tiene que ser de dos, con diversión y códigos de complicidad. No tienes que sentirte obligada a probar algo que no te gusta sólo porque el otro lo desea. Si no te gusta, “no gracias”. Lo decides tú.

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