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La comedia en Puerto Rico está estancada hace varias décadas. Aparte del colectivo Teatro Breve, #SinFiltro, Esoez, el difunto Luis Raúl y algunos otros stand-up comedians, las propuestas que impulsaron en los últimos años son refritos de ideas que funcionaron en los tiempos de las guácaras.
Desde los meros lavados de cara que Sunshine Logroño le dio a sus programas, hasta el estrepitoso fracaso de 'Qué Joyita El Show’ con El Molusco, nada nuevo ha pasado en la televisión. El uso de estereotipos para lograr la risa fácil, los chistes de “doble sentido” con humor del 1980 y los 'punch lines’ predecibles son la norma en la televisión, pues los productores aún creen que el boricua tiene un humor simplón y llanito. Los pasos de comedia se volvieron tan repetitivos y sosos como el sexo en un matrimonio.
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Dentro del fracatán de comediantes mongos que abunda en esta isla, hoy en El Calce recordamos los peores. ¡Pa’ que se te hinche el corazón!
Miguel Morales
Lo conocimos como un prometedor joven con El Gran Bejuco, donde se convirtió en el favorito de los títeres de la época y la gente que pasó con C la escuela superior. En 'Con lo que cuenta este país’ se lució, pero una vez tiene su propio programa la caída era inminente. Miguel lo intentó todo, y su personaje más exitoso lo tuvo en ཐ pisos de historia’, en que básicamente se limitaba a decir “Hello, guardia”.
Al sol de hoy, la nalgona sombra de Morales deambula por una emisora de radio y hace chiripas en Telemundo donde sus trilladas frases aún resuenan. Solo nos queda orar para que René Monclova no le suceda con Lolo Bond lo mismo que a Miguel le pasó con Bejuco.
Javier de Jesús El Machazo
El Machazo alcanzó la fama en los noventa al ser conocido como el novio de Nashalí Enchautegui, además de ser modelo de calzoncillos y animador en el malecón de Naguabo. Hasta ahí todo iba bien. Javier tuvo la genial idea de incursionar en la comedia -a petición de algún desalmado o de una broma que se salió de proporción- con el personaje 'Julián Hance’.
Luego de fracasar como comediante, Javier lo intentó como escritor, donde también volvió a probar el polvo. Hay que sumarle a la cadena de derrotas de Javier el restaurante que una vez tuvo y su efímero paso como presentador en la televisión.
El nene de 'Mi Familia’
El sitcom 'Mi Familia’, que marcó la pauta en cuanto al abuso de 'product placement' y anuncios narrados en el diálogo de los actores, tuvo a un niño que se robó los corazones de los boricuas: Willie. Este chiquitín era nuestra versión criolla de Gary Coleman y representaba al típico infante travieso que con sus ocurrencias sacaba una o dos risas.
El único problema fue que Willie creció, y con la llegada de su adolescencia, perdió la gracia y el carisma. Poco se supo de Willie una vez el programa finalizó. Algunos dicen que intentó despuntar en el género del reguetón, donde fue derrotado y enviado a la fila del desempleo por el niño mimado del momento: Miguelito.
Yoyo Boing
Luis Antonio Rivera, quien una vez fue conocido como “El juglar del cacique Urayoán”, es un pionero de la televisión. Yoyo fue fundamental para una época de la comedia… pero hasta ahí. En los pasados treinta años, el señor Boing ha disparado comentarios tan hilarantes como “¿qué vino primero? ¿El huevo o la gallina?”
De Yoyo se pueden hacer mil chistes, más no así él puede ejecutar alguna ocurrencia que no haya dicho antes. Yoyo, te queremos, pero es momento de enganchar los guantes.
Yito
El ave Giro Torruella llegó a los medios de comunicación gracias a un golpe de suerte. Fue rescatado por Sandra Zaiter un 'sábado de gloria’ en el que vendían a Giro junto a una docena de pollos de colores. Rápidamente, la señora Zaiter vió potencial de artista, pues a diferencia del resto de los pollos que sueñan ser gallos, Giro Torruella no cantaba en forma varonil para marcar espacio, sino que entonaba de la misma forma que Nydia Caro cuando cantaba “La separada”.
Ya convertido en toda una gallina y pesando unas 345 libras, se cambió el nombre a G-To, pero todo entendieron mal y se quedó como Yito. Luego de eso, el ovíparo nunca dijo nada gracioso y solo provocaba risa cuando modelaba sus tennis con volantes.
Silverio Pérez
Desde Guaynabo, Puerto Rico, nos llega “el Jimmy Fallon boricua”: Silverio Pérez. El señor Pérez es conocido por su sátira política que no da risa. Aún desconocemos si sus jocosas líneas las hace con deliberada intención, no para provocar carcajadas, sino para indignarnos.
Con la ayuda de su escudero Gerardo Ortiz, Silverio siempre finaliza sus reflexiones “humorísticas” haciendo lo mejor que sabe: hablar de él mismo. En las pasadas elecciones, fue la voz del Movimiento de Unión Soberanista, cuya participación sí fue el hazmereír de los votantes, y que llegó en un sólido cuarto lugar.
Gazoo Starr y La Vampy
A pesar de no tener una larga trayectoria en la comedia local, esta dupla asesinó todo lo que se conoce como humor en tan solo un video. Con intenciones de una parodia del programa vespertino “El gordo y la pelúa”, los pintorescos Gazoo Starr y La Vampy se convirtieron en “el bolusco y la purpu”.
El video, que supera los 40 dislikes en Youtube, pasó sin pena ni gloria por el ciberespacio, siendo rescatado por este servidor. Si quiere sentir verguenza ajena, solo tiene que darle play a esto.
¿Y tú a quién nominas para pertener a esta bochornosa lista?