La energía no se crea ni se destruye, pero –tal vez– te la roban…
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1.- Consuelas a todos:
Al momento de ser el kleenex oficial de tus amigos y los intentas consolar y los tocas, es cuando se comienzan a transferir su energía hacía ti, por eso ellos terminan más aliviados y se sienten mejor.
2.- Te quejas demasiado:
Te vuelves una persona tóxica al momento de quejarte frecuentemente, además, no soluciona los problemas, es un acto inútil que te roba energía.
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3.- Sedentarismo:
Tu cuerpo no está liberando las endorfinas que causan que tu energía se eleve y comienza un círculo vicioso apático.
4.- Te estresas demasiado:
Necesitas esforzarte por relajarte día con día, desde planificar tu vida, llegar con tiempo, organizar tu hogar, paga tus cuentas a tiempo y aprende a aceptar tu situación tal y como es.