No me considero una persona que es amante a las cosas de miedo y de ‘Halloween’, así que cuando me asignaron ir a “Soul Scream” en el Jardín Botánico de Caguas tenía la cabeza dando mil vueltas.
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Al llegar a las 7:30pm el pasado viernes, 4 de octubre, todo estaba en preparación. Los actores entrando en personaje, la producción entrando y saliendo de las oficinas.
Antes del recorrido, hablamos con la mente maestra detrás del aterrador evento, el productor Alexis García.
“Llevamos 13 años haciéndolo [Soul Screams], ya tenemos bastante experiencia, y tenemos un ‘staff’ que lleva años con nosotros. Cuando terminamos en noviembre, ya empezamos a trabajar para qué vamos estar haciendo el año que viene”, explicó García.
Este año marcaría la decimotercera edición. Para celebrar este marco, ‘Soul Scream’ ofrecería cuatro experiencias ‘Aftermath’, ‘Blood Camp’, ‘Freakshow’, y ‘Serial Killer Survival’. Claro que entramos a todas.
La primera es ‘Aftermath’ que trata de unos experimentos con humanos que salió mal, y ahora los zombies quieren atraparte.
Al entrar a los ‘bunkers’ que son una mezcla entre espacio abierto y cerrado, te encuentras con un laberinto. La anticipación a que algún personaje salga es lo que hace esta primera casa una de las más tenebrosas.
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Siempre estuve con la mentalidad de que estaba trabajando, pero rápido se me olvidó cuando empecé a gritar tan pronto entré.
Al salir del espacio, la segunda atracción es ‘Blood Camp’ un campamento donde al principio todo era inocente, pero en los adentros ocultaban un secreto de sacrificio humano.
Definitivamente, se me quitaron las ganas de ir a un campamento, y de comer pollo (entenderán si van).
La tercera atracción, ‘Freakshow’, era una pesadilla de payasos ‘creepy’ hecha realidad. Por lo menos, fue un poco más ‘light’ comparada a las anteriores, y no tenías que caminar mucho.
La noche podía terminar con esas tres casas, pero pagando una taquilla VIP tienes acceso a una cuarta experiencia llamada ‘Serial Killer Survival’ la cual se pudiera describir como un juego de escondite con personajes que intentan de atraparte.
Algo que las personas que decidan ir deben de tener en cuenta es que el recorrido dura aproximadamente entre 45 minutos a una hora todo caminado, se corre en ocasiones, y se suda como nunca has sudado.
La venta de boletos se hace a través de Ticketera, y pueden ir de jueves a domingo, en semanas específicas. Los precios varían entre $30 hasta $45.
Para una experiencia verdaderamente aterrante, la producción recomendó ir los días 1 o 2 de noviembre que son los últimos días de la atracción, y los llaman los ‘Black-Out Days’. Literalmente, explicaron que esos días especiales apagan todas las luces en el recorrido, y solo le dan a los asistentes un ‘glow stick’ para alumbrar su camino.
En resumén, ¿Se grita como loco? Sí. ¿Asusta? Quizás tengas pesadillas. ¿Lo volvería hacer? Me preguntan el año que viene.
