¡Amiguitos, ustedes lo pidieron y aquí te la damos! Macetaminofén, el mismo que en la selva de las letras es fokin King Kong, una vez más está en El Calce porque ustedes saben que los domingos solamente los prende “el escritor favorito de los cacos”. Hoy guardo al amigable Tío y libero al gorila del lápiz, porque yo andaba en modo pacífico evitando problemas, pero me obligaron y la ocasión amerita desempolvar mi papel de orgulloso bully.
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Mi esposa Sol -la mujer con los ovarios de fuego y próxima alcaldesa de Morovis- me editó varias líneas para no involucrar a terceros dio la verde pa’ zumbar, así que me di dos cachás antes de prender el teclado 🔥 y la deferencia con un paL de bobos ya se acabó. Aunque hace algún tiempo me quedé callado para mantener una tregua profesional, ahora me toca orinarle la chola al tipo más plasta, bolsón y sin talento que tienen los medios de comunicación: Héctor DePlaymaker.
Héctor Modesto Torres es un bobo criado en el área de Caguas, que creció bajo los alaridos de su padre, quien en más de una ocasión le preguntó a Dios el porqué le dio un hijo tan morón e inútil. Hectorcito era tan malo en el deporte que cuando cogía una canica se la metía como enema, y ni hablar de lo que hacía cuando agarraba un bate. Este catador del jugo de hombre siempre prefirió codearse con varones, disfrutaba los juegos de manos -como cogerle las tetillas a los compañeros del salón-, tenía involuntarias erecciones cuando veía lucha libre en la soledad de su cuarto y su pasatiempo favorito era ligar machos corriendo con una bola.
Antes de que Playmaker fuera lo más cercano a un condón de Jorge Pabón, este macaco con Seguro Social inició su carrera como miembro de una orquesta de salsa, en la que él era el integrante más flojo al punto que le decían “el eslabón más débil de N’Klabe”. Además, bailaba más afeminado que los chicos de Menudo. Recuerdo cuando esa agrupación despuntó, y para ser sincero hasta canté algunas de sus canciones, pues los otros integrantes del grupo -Felo y Ricky Luis- sí eran talentosos. Héctor era la nota discordante, como si fuera una pasa en un pastel el día de Navidad.
También me acuerdo que la voz de Héctor era la menos llamativa -al punto que hasta lo podían sustituir por un mimo-, no sabía tocar algún instrumento (solo dominaba el arte de tocar las peludas maracas en los cazoncillos de algunos caballeros), y siempre se limitaba a sonreír cuando sus compañeros estaban cantando. Básicamente, Play era tan necesario en el trío como la crayola blanca en un libro de colorear.
De hecho, Felo continuó con el grupo después que Jacob -el manejador- botó a Play sin pagarle los mil quinientos dólares por tres meses de trabajo. Ricky hizo su carrera como solista, y a Héctor no le quedó de otra que irse a trabajar en la industria de celulares haciendo lo que mejor sabe hacer: mentir mientras grita… hasta que le apareció su gran oportunidad: vender anuncios en SBS por comisión.
Por un tiempo, Héctor estuvo lamboneando con los diferentes talentos de Spanish Broadcasting System como Rocky The Kid, El Nalgorazzi y hasta Harold Rosario, pero todos lo picharon porque a nadie le gusta alguien tan mamón, pero este bambalán que come arroz con cuchara tuvo la bendición de toparse con el locutor de eternas carnes blanditas y cintura de carey: El Moluskein.
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Nadie sabe a ciencia cierta cómo fue que convenció a Moli, pero según me contó el locutor Joey Colón -que no puede leer estas letras porque es ciego- Héctor Modesto le prometió ser su más leal lacayo. Recuerden que la gente sin mucho que ofrecer solo tienen que limitarse a ser fámulos para intentar llegar a ciertas posiciones. Quizás por eso en los medios siempre se comenta que Play tiene halitosis, pues la boca le apesta a leche.
La cosa es que Moli logró hacer “La Garata” (que originalmente se iba a llamar “Vamo’ al basket”, y no estoy jodiendo) con Christian Santarrosa, El Negro Figueroa y Héctor Modesto, a quien siempre el señor Pabón le pagó con los gift cards que Fantacuca tenía como sueldo de SBS y que el carolinense olvidaba en el lunch room de la emisora. El Negro -un hombre más farandulero que una prepa de Sagrado- tenía una relación hipócrita con Play por obvias razones, ya que cuando le preguntó a Molusco la lógica en la integración del ex salsero merenguero, el locutor le dijo “el tipo es bueno convenciendo, lo descubrí cuando me clavó con un paquete de T-Mobile”.
Durante varios años, el programa de deportes -en el que los gritos son superiores a los datos- tuvo varios integrantes, y todos y cada uno de ellos se marchaban por un único motivo: el imbécil de Héctor Modesto. En una ocasión, hablé con dos de esas personas y me revelaron conclusiones similares: “Play se cree que está por encima de los demás”. Las quejas ante la gerencia siempre eran las mismas: Playmaker no sabía diferir sin insultar, tenía sed de protagonismo -como un niño que su madre nunca abrazó- y al aire olvidaba la fina línea entre su personaje de antagonista al bobolón que era cuando se iban a los anuncios.
Al enterarse, Molusco no hizo nada, pues a todos les gusta tener un alicatón de su lado, aunque ese mamón tenga otras intenciones. Recuerden que los hombres pagan por escorts aun sabiendo que esa mujer da una hipócrita felación por un precio y posiblemente esté bien podría por dentro. Molu cometió el error que hace mucha gente: codearse de lambones… y ese gran lactador era Play. Hay que destacar que Héctor siempre ha sido el más pobre de sus “amigos” de la farándula, y es por eso que lo conocen como “el chapiador de Perrier” en el Choliseo.
Todo ser humano con IQ de un humilde 100 se pregunta cómo Playmaker lleva tanto años en los medios de comunicación sin mucho que ofrecer -más allá de copiarle el estilo a Skip Bayless y decir barbaridades como el que “Peter John Ramos es mejor que Piculín”-, pero no podemos negar que ha tenido un relativo éxito… sí, ha tenido el mismo triunfo que una putita que consiguió a su sugar daddy.
No puedo comprender el nivel de masoquismo que alguien puede tener para escuchar a un gritón ultra conservador que cree que siempre tiene la razón y que ronca de superioridad moral. Esto ya lo hemos vivido con varios personajes, pero ahora tenemos a una versión con menos carisma y gracia que Kobbo, y solo nos queda un débil tipito con un manejo de emociones tan frágil como un hámster con huesos de cristal, y que se ve obligado a tener un predecible personaje que depende de criticar el esfuerzo de otros para poder ser relevante.
También me causa confusión el que hayan personas dispuestas a trabajar con un tipo tan poco profesional, que no sabe laborar en equipo, y que cree que la comunicación normal es gritando para mostrarse como “el jefe”, igual que hacen todos los débiles machitos beta que necesitan treparse en un cajón para intentar mostrar sus inexistentes 🥚🥚. Los líderes no tienen que gritar, los líderes solo tienen que hablar con base y fundamento para que los demás respeten sus palabras, Play… pero qué vas a saber tú de eso si eres la versión bruta de Eliezer Molina.
Playmaker, quien lleva más de diez años secando el sudor de su frente con la bolsa escrotal de su amo, piensa que es una figura importantísima en los medios, ya que los tres mimes que danzan en su vacía chola creen que él se inventó las entrevistas deportivas. Es bien tierno oírlo cuando él honestamente cuenta que está haciendo algo nunca antes visto, pues Playmaker está seguro que está ejecutando la misión de un astronauta llegando a Marte. Este estúpido es tan narcisista que practica el deporte de mirarse el ombligo con la misma energía que una cuarentona hace yoga.
Play es tan colérico como ególatra, y ahí es que yo pienso que detrás de un inestable emocional solo hay un tipo al que le sobran los complejos. Quiero dejar algo bien claro: Héctor Modesto no es el más bestia de Pe Erre, aunque siempre enseña los colmillos cuando se enoja como los monos… sencillamente, Play es un tipo promedio y ahí radica su trastorno mental.
Él quiere intentarlo, pero lamentablemente no tiene lo necesario para sobresalir del montón sin la necesidad de estar eternamente en disputa con alguien. By the way, recuerdo sus artículos en Vocero Xtra -pa’l tiempo en que Sixto George era su patrón-, y solo tengo que decir que él era el único columnista limitadito que usaba babero para hacer una escrito de 400 palabras. Sí, Play, esto lo hice solo para que te acuerdes que tú siempre viniste con pala, Puti, mientras habemos gente que nos fajamos sin padrinos pa’ llegar a donde estamos. Y sí, a ti te conocen más que a mí, pero tu fama es por ser un 🎣🐛, mientras a mí me respetan. 🫡
Estos días Héctor Modesto expresó en su canal de YouTube -en donde es como la versión Capítulo Uno de Jay Fonseca y sin una onza del carisma de Chente- que los jóvenes no tenían conocimiento del proceso electoral, a diferencia de “sus tiempos” en que aprendían de política desde segundo grado en la escuela elemental. Obviamente, Play quiere -una vez más- jugar al opositor del tema del momento, pues este chimpancé con mahones por intercambio descubrió que “llevar la contraria” se traduce en views… porque no podemos olvidar que Play tiene la típica necesidad de atención de aquellos pobres diablos que nacieron sin mucho que ofrecer y hacen lo que sea para que los vean. Lisha y Play no son tan diferentes… solo que Lisha sí tiene gente que la quiere, y a Modesto ni la abuela lo soporta.
Tras sus comentarios -y como típica figura pública que no aguanta que lo critiquen, pues su ego es tan sólido como un castillo de arena-, mis compañeros en La Hora Machorra hicimos unas expresiones que provocaron que a Héctor Modesto le bajara la regla a una edad en que se supone que tenga menopausia.
En su programa de YouTube… bueno, el programa de Molusco en YouTube que Play conduce junto a DeportesPR y Juancho, el más flojo exvendedor de celulares hizo uno de sus acostumbrados tantrum hablando mierda de nosotros porque desde que se fueron de SBS el contenido está guayándose.
Se nota el desespero del productor al hacer el rundown, y hasta ha tenido que vestirse de mujer para desesperadamente JalaL views; atrás quedó la seguridad de recibir el cheque en la quincena, pues el futuro del programa ahora es bien incierto. Diablo, que presión, Play… ¿sabes quiénes no tienen ese estrés? NoJotros en “La Hora” porque a noJotros nos paga la gente, y no nos debemos a marcas ni empresas, cula. Yo no te voy a explicar cómo nos movemos porque sé que no vas a entender, solo te digo que estamos joseando de una manera que tú nunca hubieses imaginado. Animal, después me cuentas cuál es el sabor de tener que meterse las palabras por el joyete.
Play se fue tan esbocao que en su rant -en el que sus compañeros guardaron silencio porque sabían que el fanático de los glandes estaba desatado- dijo algo de que supuestamente a mí me mencionaron para participar en un nuevo programa de radio junto a él, y él tajantemente expresó no iba a trabajar conmigo. Nunca me llamaron de esa supuesta oferta, pero él valvuleó dejando claro cómo es que se menean “los mediocres mete pies” de los medios. Héctor, lee esto bien, subnormal: de la única manera que tú puedas trabajar a mi nivel es buscándome cervezas, mientras yo ejecuto en el micrófono porque un tipo tan simplón como tú nunca podrá correr con la velocidad de mi melón.
Mono con canas, nunca olvides estas palabras: tu escasa inteligencia JAMÁS estará cerca de la mía, y aunque uses la excusa de que “no te llevas conmigo”, tú sabes cuál es la gran frontera entre tú y yo: que tú me tienes MIEDO… a mí, y especialmente a mis letras que después de los años seguirán vigentes a diferencia de tu contenido efímero. ¿Qué se siente ser un simple ave de paso, palomo?
Play, ¿sabes qué es lo mejor de esto? Que de la única forma que serás recordado es después de esta barría, porque los escritores tenemos el don de hacer inmortales a las personas y yo acabo de concedértelo, pero no de la forma que esperabas. El mama🐛metro te perseguirá toda la vida y hay muchísima gente contenta con eso, como Natalia, Yadier y Eddie.
Héctor, yo soy el rey del humor negro en Pe Erre -porque el dios siempre será mi compueblano Luis Raúl-… y mi humor es tan negro que come gatos de desayuno como los haitianos de los que habla Trump, aunque esa analogía tú no la entiendas, pues eres un equino chongo que imagina que por tener gríngolas es un caballo de carrera. Intentaste ningunear un proyecto con el que yo llevo las habichuelas a mi casa, y ahí es que las cosas cambian y hago que las puercas como tú entorchen el rabo.
Garganta Profunda, tengo algo que decirte y quiero que lo grabes bien en esa cabecita que apesta a sueños rotos: tu único talento atlético ha sido balancearte como Tarzán en la selva, pero usando los testículos de Molusco como lianas por diecisiete años. Quizás tú te sientas como Thanos… pero pa’ mí simplemente eres un pendejo.
Bravura, no valor; cero manejo de emociones, poca capacidad para escuchar, necesidad de vencer el argumento de otro a toda costa para sentir que “ganaste la discusión”, y creer que siempre tienes la razón… en mi libreta, estás leído, pues los egocéntricos como tú son bien fáciles de descifrar. Es una poesía verte intentar minimizarnos por años, y que nosotros poco a poco nos metamos en tu cabeza hasta ser esa piedrita en el zapato que no puedes ignorar. Ya te ganamos, porque te vencimos desde adentro de tu cabecita… ajá, te derrotamos, solo porque tienes que pedir permiso para decir lo que piensas y nosotros hacemos lo que nos da la real gana.
Dale las quejas a Molusco, a ver si te compra los Kleenex para secar tus lágrimas y te da otro bibí de lechita caliente -Tres Monjitas, porque Suiza no hay en las neveras del colmado- pa’ que se te baje el coraje ese que cargas 24-7 y puedas hablarle a la gente sin pensar que estás por encima de ellos. Esta fue para enseñarte la sutil diferencia entre el ajedrez ♟️ y el checkers, pero pa’ la próxima vez que me menciones -o intentes meter el pie-, no te voy a tratar con condescendencia, ni le voy a hacer caso a Sol, quien te la perdonó en el primer draft que monté y me dijo que le bajara porque yo era “un abusador”. La próxima vez mide tus palabras pa’ que no termines con unas ⚾🏀 como espejuelos. ¿Me entendiste, canto ‘e cabr*n?🦍✏️