Jarana

Los momentos que los fans de Bad Bunny no podrán olvidar

Aquí nosotros no corremos a favor de la corriente, ustedes lo saben.

Bad Bunny Most Wanted Tour
Bad Bunny Conciertos de Bad Bunny en Puerto Rico (Carlos Navarro/Carlos Navarro)

Este fin de semana fueron los conciertos del exponente urbano más aclamado de los últimos tiempos, el que dice que se va a coger un “breakcito” y trabaja más que un empleado de Krispy Kreme cuando Jenniffer González va a catar donas; pero hoy no le vamos a dedicar mucho tiempo a Benito, sino a los feligreses de la panderetera Iglesia Avivamiento del Santo Conejo, y que pueden ser tan intensos como los electores de la secta del Movimiento Victoria Ciudadana…aunque tenemos sospechas que son la misma gente.

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Vámonos para el 2016, El Calce solo tenía un añito, el sistema de electricidad “era robusto y seguro” con la AEE, y éramos inocentes y alocados. El reggaetón -siempre con acento en la O- estaba en otra transformación, los colombianos nos quitaron el género para ablandarlo con sus cabr*pat*rías, y el trap llegó a reclamar su espacio. Este sub género explícito vino a oscurecer todo lo que los meretrices sudamericanos -apoyados por el traidor de Nicky Jam- pintaron con su arcoiris. Soundcloud hizo el trabajo de esparcir esta peste, y los jóvenes dejaron de perrear porque ahora en el ritmo de moda solo tenían que menear el cuello y la cabeza como el locutor Benji disfrazado de Tortuga Ninja en Halloween como un bobblehead.

Recuerdo como ayer ese momento en que el nombre de Bad Bunny comenzó a correr. Al principio se lo vacilaron por sus pantalones cortos, sus piernas velludas, el look de vegabajeño curtío que paga los perfumes a plazos, y sus rayas en la cabeza como si fuera en Calle 13 del 2005. Benito era -sin duda alguna- el love child de Residente y Balvin, pues aunque tenía una refrescante capacidad para las metáforas, símiles e hipérboles, como el cafre de Trujillo en su momento, cargaba la eterna lloraera del niño de Medallo.

Con su noble personalidad y su pueblerina apariencia de chamaco que va a Padilla’s Pizza en chancletas de Walmart, Benito logró conquistar los duros corazones de los titeritos que se pasaban cazando música nueva en las relativamente nuevas y crecientes apps de música. Sí, corillo, parece poco tiempo, pero en el dos mil quince y dieciséis fue que un Spotify se puso bien duro (¿se acuerdan cuando Tidal vino a vencerlo?😬), y el negocio de la música cambió para siempre. Bunny pasó del Soundcloud a los yutubes, y con el sonido de la guagüita de helados en Torres de Sabana abrió la puerta a patás con Papi Arca en “Tú no vive’ así”.

En aquel entonces Bad Bunny engolaba demasiado en sus canciones -quizás intentando emular a su ídolo Alfredo Biloso Malamañoso en “Radio Quejas”-, y en cada barra soltaba un “yeh, yeh, yeh” como un penepé cuando le toca a hablar con un estadounidense en Disney. Cosa que algunos detestaban, incluso los que ahora dicen ser “fans” del trapero… y sí, estamos hablando de muchos de los que se rasgan las vestiduras en Twitter Pe Erre.

En sus primeros temas dominaban las letras explícitas que hacían referencia a las armas adulteradas, el sexo sin condón, la negación de las enfermedades venéreas, y el pastilleo. Estos temas fueron muy fuertes para los silentes Gen Xers y Millennials geriátricos, que aunque se criaron con el underground, se pusieron moralistas con el tiempo y quisieron dictar “lo que se podía decir”.

Asimismo, las letras de Bad hirieron a los boomers -la generación de cemento- quienes bautizaron a los Millennials como “la generación de cristal”, pero ambos grupos son biiiiien parecidos: de la terca izquierda a la recalcitrante derecha.

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De la mano de “Hear This Music” con DJ Luian y los Mambo Kings, el BadBo tiró sus maleanteos más exitosos. “Diles”, “Soy peor”, “Tú no metes cabra” y “Chambea” sonaban en los Corollas con un cuarto de gasolina en el tanque y las scooters con marbete vencido. Una nueva voz se alzaba, y esta era diferente porque no sonaba a un tipo que había tenido casos con la Ley, sino que era la de un chamaco que podía ser hasta tu primo; ese primito que pasó raspando la clase más fácil del semestre y nunca supo la diferencia entre “bear” y “beer”.

El portón del éxito y la fama se abrió para el ex de Carliz… pero todo eso cambió cuando Bad Bunny se desapareció por unas semanas, los fanáticos del trap sufrían y se rumoró sobre un posible retiro temprano del cajero más lento que ha pisado un Econo. Mientras sus fieles seguidores esperaban intranquilos por un trap bien maleantoso, el señor Bunny soltó: “Estamos bien”. ¿Qué pasó aquí, papeh? En ese momento todos los blanquitos de Santurce y Guaynabo esperaban por un tema para frontear en La Loíza monta’os en la Tacoma de sus papás, pero Benito los traicionó con una canción que parecía escrita por Sie7e antes de que la exesposa del bayamonés se quedara con los $155 que tenían en la cuenta de ahorro cuando hicieron la división de bienes gananciales.

Aquí fue donde todo cambió, mientras los fanáticos del trap se quedaron con Anuel y Bryant Myers, una nueva ola de seguidores que estaban bailando bomba en la terraza del Bonanza buscando ser “de pueblo”, vieron una nueva oportunidad en Badbo para ser “de la calle”... de la Calle Sésamo, donde no hay problemas porque sobra “la equidad” y están seguros detrás del portón.

Ante la llegada de una nueva ola de efusivos miembros a “la nueva religión”, muchas cosas bien intensas comenzaron a suceder, así que en El Calce nos pusimos a hacer una investigación MUY SERIA y aquí les presentamos las cosas que los verdaderos fans nunca podrán olvidar. Mera, woo, aquí andamos analizando esta pend*já desde el día uno, pana mío. 🐰

El crush con Natalia Rivera

¿Ustedes se acuerdan cuando Benito era el acérrimo enemigo de Francis Rosas, quien fue apodado como “El Cáscaras” por Gazoo Starr? Si el hostigador no fuese Bad, y hubiese sido un tipo común y pobre, como un pordiosero llamado Emmanuel, yo creo que la historia sería otra. En ese entonces, Benito estaba biiiien sediento, como ese chico vírgen y ajibara’o que piensa que las mujeres tienen orgasmos con la misma facilidad que se prende un microondas. Todos los días le ponía un comment a la modelo, a la misma vez que Francis guardaba silencio para -según el Manuel Manual de Los Cagaos- evitar problemas “porque no quería joderle la carrera al traperito con perridientes”. Pa’ ese tiempo Bad roncaba de ser “un caballero con veintiuno”, pero apenas sabía distinguir la diferencia entre el ombligo y el clítoris, mientras que Francis era un respetado comediante que cruzó el ‘friendzone’ utilizando la carta del “feo que entre risa y risa, te pone como gata y no avisa”.

Al precoz Benito sus seguidores le aplaudían las faltas de respeto, nunca le pusieron un freno y hasta querían que Natalia dejara a Francis para que se fuera con Bad Bunny. Sí, Benito fue un psycho hostigador, y ni hablemos cuando intentó seducir a la señora Glerysbet -la ex modelo de No Te Duermas- a la que quiso engatusar invitándola a Tayzan a comer sushi, ya que la cialeña lo más asiático que había probado en su vida era el restaurante Palacio Chino en su natal Ciales. Con el tiempo Bad Bunny, se convirtió en una de esas figuras a las cuales se les perdona todo, no importa lo que hagan; hay que destacar que ese limitado club está liderado por Manny Manuel, Markito y Luisito Vigoreaux.

El regreso de La Comay

Algo por lo cual nuestras tías y abuelas siempre estarán agradecidas del “muchacho ese que canta berreando” es porque sacó de la caja a la muñeca más malvada de todos los tiempos. No solo eso, sino que le dio un segundo aire para la ira de los publicistas millennials que decían que no veían el programa, pero “les llenabe de ira” el show… puse esa E adicional porque ese corillo es el fundador del lenguaje inclusivo. Jajajaja, bobolones.

En octubre del 2018, a las 5:55 p.m., mientras esperábamos que salieran los aburridos programas de chismes “Dando Candela” y “No sé un carajo” y “Lo Sé Todo”, de repente sonó el jingle de “SuperXClusivo” y reapareció La Comay junto a Héctor Travieso como si fueran Undertaker y Kane saliendo de la tumba.

Fueron unos segundos de mucha confusión, miedo, risas y llanto; no sabíamos lo que estaba pasando hasta que anuncia los boletos de Bad Bunny. Esto provocó un hype tan grande que a principios del 2019, regresó La Comay por Mega TV. Luego, Bad Bunny no quiso que lo vincularan con el regreso de la muñeca, pero la historia está ahí. Bad es el tipo de ser humano que se grajea a alguien borracho -sea nene, nena o cualquier cosa que tenga pulmones-, luego cuando en sobriedad se da cuenta que se fue a switche con to’ y chancletas, y los ignora con la culpa de los que se dejaron llevar por la borrachera… como cuando hizo una canción con Marc Anthony y Will Smith.

¿Hablamos de Oasis o eso sí lo quieren pichar?

Los fanáticos de Bad Bunny nunca hablan del peor álbum del Conejo. Sí, porque este ha hecho canciones bien malas, aunque no lo quieran bajar del altar. Muchos le adjudican el fracaso de este álbum a J Balvin, quien es más soso que una bandeja paisa -ajá, lo dijimos-, pero Benito estaba ahí haciéndole los coros a José, así que tiene que pagar el precio. ¿Ah, no? ¡La linda! ¿Hicieron un disco más mieLda que uno de Chino y Nacho y no se puede decir na’?

Precuela del Verano del 2019

En enero del 2019, en medio de una borrachera con René “Mohamed” Pérez (emoji bandera de Palestina) en el Viejo San Juan, a estos les dio con visitar La Fortaleza para janguear un ratito con el entonces gobernador, Ricardo Rosselló, en horas de la madrugada. Bad Bunny, quien tuvo que soportar una noche de tragos con René hablando de capitalismo, socialismo, neoliberalismo, las vicisitudes de los que estudian en Savannah College of Art and Design, y mil cosas más que el vegabajeño no entendía, le siguió la corriente hasta llegarle a la desorganizada oficina del primer mandatario con axilas eternamente mojadas.

Fue así como terminaron en Fortaleza, Ricky no perdió la oportunidad de recibir a los raperos -a la misma hora en que las prostitutas terminan el turno- para tomarse una foto que le ganara par de puntos en su entonces carrera a la reelección. Peeero, en el verano de ese año, los mismos artistas que lo visitaron en Fortaleza fueron las voces principales de las masivas protestas contra el gobernador luego de la publicación del chat de Telegram.

Todo esto terminó con la renuncia de Ricardo Rosselló y con un perreo woke bien malo llamado “Bellacoso”. Bueno, esto no es algo que quieren olvidar, sino al revés: ahora se supone que Bad se exprese de todos los asuntos sociales que ocurren en el mundo, y si hay algo que quedó demostrado es que a Benito es bien fácil meterle presión. Eso es lo que pasa cuando uno quiere estar bien con todos los bandos: terminas siendo mangonea’o por to’ el mundo solo por la paja de “pertenecer al lado correcto de la Historia”.

Las filas y las taquillas para los conciertos de Bad Bunny

Desde que hizo su primer concierto en el Choli, esto de los boletos ha sido un papelón. Para el 2019, recordamos a la doña que le metió cuatro cantazos al cristal de la boletería del coliseo, mientras gritaba “llama a las noticias” porque se acabaron los boletos. En el 2021 pasó algo similar, ya que el concierto en el Estadio Hiram Bithorn se llenó en segundos, por lo que pa’l 2022 al equipo de Bad Bunny se le ocurrió una gran idea: fila presencial.

Esto lo que provocó fue un cagaero en la zona de Hato Rey que paralizó el área de jueves a sábado cuando finalmente se vendieron los boletos. Corillo, el equipo de Badbo merece un artículo aparte para analizar su ‘try and error’ cada vez que ejecutan… bueno, después que lean esto entramos en la lista negra de RIMAS -encabezada por Molusco- para no darnos entrevistas.

Bad Bunny en la WWE

Algo hay que reconocerle al conejo y es que ha sido multifacético, muchas de las cosas que ha hecho le han salido bien y una de estas es su incursión en la lucha libre. Pero, lo que más nos sorprendió de esto fue como se ganó el corazón de los rockeros con camisas negras abombás y esbembás que lo aplaudieron como focas cuando este hizo su entrada a Backlash en el Choliseo. No solo eso, cantaron a coro el tema “Chambea”, algo que el demográfico Gen Xer consideraba mera cacofonía y “música” sin sentido para brutos.

La novela de Gabriela, Kendall y Bad

Que mucho sus fanáticos se han querido involucrar en esta novela. Que si son novios, que si no, que si Bad lo mismo raspa que pinta…en realidad no sabemos. Lo que sí sabemos es que aquí la única ganadora ha sido Marena Sofía, la mejor amiga de Gabriela, que con solamente estar en el círculo de amigos de Benito está guisando con cuánta marca existe. Hay que añadir que los amigos de Gabs tuvieron el mejor verano de sus vidas cacheteando en alta mar, y que la modelo al menos tuvo un besito de Mario Casas por un segundo y medio a petición de Bad, quien -siguiendo los consejos de Alex Gárgola- siempre la imaginó besando a un tipo más lindo que él.

“Rocky The Kid, una porquería”

La etapa más reciente de Bad Bunny ha sido dura. Luego del éxito de “Un verano sin ti”, este decidió volver a capturar a sus antiguos fanáticos -los OG-, a ver si se liberaba un poco de los acomplejados grupos wokes que hasta hicieron tesis de “Yo perreo sola” para dar su versión académica sobre lo que sencillamente debe ser joda, vacilón y sandunga. Al involucrarse tanto con gente monga, su street cred disminuyó demasiado -aunque la realidad es que nunca lo tuvo-, tanto así que intentó montársela al locutor con piernas de guinea y que -superando a Ñengo- ostenta el récord de tener braces por 22 años, Rocky The Kid. Esa línea fue debido a la presión tuitera, ya que Benito le suplicó hacer el segmento de “Radio Queja” cuando este estaba comenzando en la música. Nadie vio venir el que Roque le virara la tortilla, porque antes de que el locutor fuera el Robin de Bat Kobbo, ya este “era injodible”. Rocky utilizó a su favor la barra “Rocky The Kid, una porquería” del tema “Mónaco”, al punto que Bad Bunny ha tenido que dejar de mencionar al animador en sus conciertos, casi como cuando René no mencionaba a Coscu con la excusa de “no hacerte famoso en los países donde nadie te conoce”; demostrando que hasta un enclenque rockero con cero calle de Fajardo, se la monta al “rey del trap”.

Corillo, esperamos que hayan disfrutado los conciertos vestidos como los mexicanos que hasta hace un tiempo se burlaban, y que sepan que los seguimos analizando. Oye, también nos hemos dado cuenta que ustedes a veces son Feid, otras veces Rauw, ninguna de las veces Anuel, y todo depende del FOMO que le provoquen las redes y el Choli… ah, y también sabemos que Bad tocó el techo con “Un verano sin ti”, pero de eso hablaremos otro día, cuando vomiten la borrachera de nostalgia con el Michael Jackson de Vega Baja.

Oye, Bad, nunca pensé decir que en el 2024 quieren a Maripily de la misma forma que a ti en el 2017. ¡'Tamos bien, papeh!

*En esta nota, el reggaetonólogo Alexis Zárraga hizo algunas correcciones. No sabemos si escribió la verdad, pero usted solamente tiene que leer y dejarse llevar.

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