La visita de Bill Clinton para muchos es lo mas esperado por el turismo de la Isla del Encanto en medio de la histeria del supuesto apocalipsis zombie provocado por el Zika. A don William, nombre de pila del pizpireto ex presidente, lo tienen de tour para probar varias delicias caribeñas en el centro y sur de la Isla.
No sabemos si Kenneth McClintock está pagando las cervezas y los gustitos del presidente, pero aquí tenemos siete cositas que podría hacer Clinton, antes de irse de la Isla, aprovechando que está solo.
- Tirarse pa' Piñones
El queridito William, quien se supone esté a dieta, se puede dar la vuelta por Piñones para comerse una fritura a escondidas, más específicamente un bacalaíto. Y si quiere acumular puntos, que se lleve un sorullito bien rellenito de queso para llevarle a su esposa.
- Ver la estatua de Colón
La estatua más controversial que tiene Puerto Rico por fin se está montando en Arecibo. Bill Clinton debería escapársele del castillo antiguo de los Hernández Colón en Ponce, coger la PR-10 para que sienta las curvas de verdad y llegar hasta Arecibo. Allí está el homenaje al imperialismo mas grande del País, muy probablemente se sentirá a gusto y se podrá tomar un selfie, sin miedo a que piensen mal de él.
- Montarse en El Monstruo
El zipline más largo del mundo le pertenece a Barranquitas y tiene una velocidad máxima de 95 millas por hora… lo suficiente para juyirle a Hillary (o a Trump) si gana la presidencia.
- Hospedarse en un motel de la PR-1
No has tenido una experiencia boricua completa si al menos no te paseas por alguna de nuestras exquisitas hospederías ubicadas en la carretera número 1 de San Juan a Caguas. William, piénsalo.
- Visitar a Anuel AA en la cárcel federal
Uno de los más “grandes exponentes exponentes” del “genero” (dijo sarcásticamente) está encarcelado “injustamente” (según sus fanatic@s) por posesión de armas ilegales (dito). Este sería el momento perfecto para que Bill Clinton lo visitara en la cárcel, conociera su historia prometiera que si su esposa gana, lo indultaría. Sería una movida perfecta para capturar el voto de los reguetoneros millenials y quitarle un poco de impulso al #FeelTheBern.
- Irse de jangueo por Santurcia
La vida nocturna en Santurce tiene de todo, pero la gente lo asocia más por sus gentleman’s club. Claro, que hacer campaña por su esposa cansa mucho y pa’ eso le recomiendo visitar uno de los varios negocios exóticos de Santurce para calmar la tensión… sin que Hillary se entere, claro.
- Irse de compra pa’l Viejo San Juan
Antes de que regrese a los brazos de su amada esposa para continuar la campaña presidencial, Bill debería pasar por los comercios locales de la ciudad adoquinada y comprarle una t-shirt, chancletas metedeo', cartera, wallet, gorra, pañuelo, y llavero todos con el nombre de Puerto Rico, sumando casi $50 en mercancía turística bien cara…
Meta mano Bill, su jangueito borincano nos sacará de la crisis.