Otros tres partidos de la NBA fueron pospuestos el viernes, incluido uno en Minnesota, apenas un par de horas antes de que comenzara, en momentos en que la liga sigue tratando de controlar los brotes de coronavirus en los equipos.
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Entre los casos revelados el viernes se destacó el de Karl-Anthony Towns, quien dijo que había dado positivo de COVID-19. La dominicana Jacqueline Cruz, madre de Towns, falleció en abril debido a la enfermedad.
Towns perdió a otros seis familiares por el coronavirus.
Los Wizards de Washigton informaron en tanto que seis de sus jugadores dieron positivo. Inhabilitaron a otros tres integrantes, tras rastrear sus contactos y determinar que probablemente estuvieron expuestos al virus.
“Rezo cada día para que cese esta pesadilla del virus y para que todos se la tomen en serio, tomando todas las precauciones necesarias”, escribió Towns en las redes sociales.
El partido entre los Wolves y los Grizzlies de Memphis quedó aplazado, lo mismo que los encuentros en que los Wizards hubieran recibido a los Cavaliers de Cleveland el domingo y el lunes.
“La NBA había considerado desde hace tiempo que este periodo sería muy difícil”, reconoció Tommy Sheppard, gerente general de los Wizards. Y no estaba bromeando”.
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El total de partidos pospuestos ascendió a 13 desde el comienzo de la temporada. De esa cifra, 12 se aplazaron tan sólo desde el domingo, involucrando a 16 de los 30 equipos de la NBA.
Cuatro partidos de Washington se han postergado. Boston y Phoenix han sido afectados por tres aplazamientos cada uno.
Los Celtics volvían a la cancha el viernes por la noche, frente a Orlando. Es el primer duelo de Boston en una semana.
“Todos estamos muy agradecidos de estar aquí, tener la oportunidad de jugar y competir”, dijo el entrenador de los Celtics, Brad Stevens.
Miami, que perdió dos duelos en Filadelfia esta semana con apenas ocho jugadores disponibles, tendría de vuelta el sábado incluso a seis de sus ocho jugadores afectados por el COVID-19. Se han perdido tiempo esta semana, principalmente por el rastreo de contactos.
El Heat enfrentará a Detroit. Jimmy Butler seguirá fuera, lo mismo que Avery Bradley, informó el equipo.
Los Wizards esperan simplemente contar con sus jugadores de vuelta para reanudar los entrenamientos. No se ha jugado basquetbol en sus instalaciones durante buena parte de esta semana.
Washington tiene apenas a seis jugadores disponibles, afectado por problemas que han ido de los relacionados con el coronavirus a las lesiones de Russell Westbrook y Thomas Bryant.
Los Wizards jugaron por última vez el lunes, ante Phoenix. Cuando muy pronto, jugarán de nuevo el miércoles en Charlotte, pero incluso ese cálculo parece optimista, ante las pocas oportunidades de practicar en los próximos días.
Una estadía de tres duelos de los Suns en casa fue pospuesta porque no tenían a suficientes jugadores disponibles.
En tanto, la NBA buscaba redoblar las medidas para evitar que continúen los contagios. Contactó recientemente al coach Steve Clifford, del Magic, para indicarle que debía prestar más atención en su uso de mascarilla durante los partidos.
La respuesta de Clifford fue concisa.
“Sí, señor”, dijo.
No discutió. Conoce las reglas y qué tan importante es acatarlas.
Ha sido una semana complicada para la NBA. Junto con el sindicato de jugadores, endureció esta semana los protocolos que los jugadores deben respetar durante este periodo delicado, y los entrenadores también necesitan ser más cuidadosos en cuestiones de seguridad —particularmente cuando se trata del uso de mascarillas.
El uso correcto de cubrebocas forma parte de la vida en la actualidad, no solo de la NBA, como parte de los esfuerzos por frenar la propagación del coronavirus. Pero cuando los entrenadores sienten la necesidad de gritar —que, siendo honestos, es muy frecuente— muchos aún son vencidos por el deseo de retirarse la mascarilla y asegurarse de ser escuchados sin la confusión que pueda causar un delgado trozo de tela.
“No siempre es fácil”, sostiene el coach de Toronto, Nick Nurse, sobre el uso de mascarillas durante el partido. “A veces estamos planeado jugadas o en la cancha, y estoy haciendo de todo por tratar de mantenerme la mascarilla puesta y lograr que mis jugadores me entiendan, y después de intentarlo por tercera vez me dicen ‘coach, no puedo escuchar lo que dice’, por lo que uno trata de retirársela rápido. Pero debo tratar de limitarlo lo mejor posible. Y en ocasiones, al calor de la batalla, es difícil”.