El luchador que cose máscaras para combatir el Covid-19

Hasta el mes pasado, Hijo del Soberano se metía su buen pesito brincando y saltando por el circuito independiente de lucha libre mexicana. Al menos cuatro veces a la semana, a veces más, se ponía su licra verde y dorado, con su máscara y botas de igual color para patearle el trasero a su rival y así complacer a la afición.

Pero vino un rudazo que este luchador científico no esperaba: el maldito coronavirus. Adiós, arena de lucha libre. Adiós, fanáticos. Adios, cuadrilátero.

“Hacemos todo lo que tiene que ver con la experiencia de la lucha libre en nuestro taller”, le dijo el Hijo del Soberano a nuestros grandes amigos de NPR, una de las mejores páginas que usté puede seguir si le interesa el periodismo serio, como a nosotros.

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Ante la encrucijada de llave de rendición que le puso el Covid-19, estrangulando la vena carótida que va hacia sus ingresos económicos, la máquina de coser se volvió su compañera de mancuernas en la batalla por el campeonato de la supervivencia.

“Un día por la mañanita, yo escucho un ruido que viene del cuarto de coser”, dijo su esposa, Marissa Espinoza. “Cuando me levanté había cosido distintas máscaras, con distintos diseños”.

“Pos yo me dije haré máscaras a la medida [que cubran la cara completa]. Solo alteré mis destrezas un poco e hice la máscara de la nariz a la quijada”, roncó el Hijo del Soberano, directo desde Torreón, pues él puede, él es el que sabe: cada máscara se vende por más de 150 pesos mexicanos ($6.26) con órdenes que llueven en su página de Facebook y las ventas, que se han salido fuera de control, tienen al Hijo del Soberano y su esposa cosiendo más de 200 caretas a la semana.

“Ya no estamos necesitados de dinero. Ahora solo necesitamos más manos para coser más máscaras”, resumió, recordando que la idea de esto fue de su hermano, el perspicaz y marrullero Euforia, quien vive en Ciudad de México.

Aquí nuestros GRANDES HERMANOS Y COLEGAS de México de TV Moticias con un reportajito de lo más aquel. Que duros, “Moticias”, damn…