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Carlitos Colón, el héroe que nos enseñó a luchar contra las adversidades del imperio

Contenido en colaboración con Lucha Libre Online.

La vida es compleja en este momento. Hay guerras en cada esquina, la inflación nos tiene pagando el triple en compra, los precios de las viviendas están por las nubes y la sensación de desesperanza tiene la moral del boricua por el suelo. El país está más dividido que nunca mientras Luma juega a la doctrina del shock con millones de personas, torturando puertorriqueños en días que hay 120 grados de índice de calor. La adultez no fue lo prometido en American Pie. En medio de las múltiples crisis, el boricua busca refugio en su televisores y teléfonos, urgiendo esa necesidad de “distraer” la mente del caos cotidiano y consistente.

Muchos de ellos han encontrado refugio en la industria de la lucha libre profesional. Esto ha marcado el renacimiento de lo que históricamente ha sido conocido como “el entretenimiento del pobre”. Tu viejo tenía la semana más horrible en el trabajo, pero todo iba a estar bien, pues los sábados y domingos encendía la televisión en Las Súper Estrellas de la Lucha Libre, y por una hora de su tiempo, podía ser él. Amaba ver a la abuela Iris gritándole al televisor mientras mi abuelo la miraba con orgullo y decía: “Yo me casé con ella”. De momento, salía un anuncio de la próxima cartelera, y era ahí en donde tus viejos te daban el anuncio: “Si te portas bien, vamos a ver la lucha libre el wikén”. ¿Ustedes han visto el rostro de placer y paz de Pedro Pierluisi cada vez que le dicen que hay gente muriendo por complicaciones en el sistema eléctrico en la isla y que la sangre está en sus manos? Eso mismo sentía yo cada vez que mi abuela me decía que íbamos a ver lucha libre profesional, pero a diferencia del incumbente con rostro de escroto, el único dolor ajeno que me daba placer era ver a Carlitos Colón partiéndole la vida a Abdullah The Butcher a nombre de un país entero.

El propósito de este artículo es hablar de la lucha libre profesional, pero no podría dormir en paz si no les explicara a ustedes algo que llevo en el pecho. Carlitos Colón es la máxima leyenda de la industria de la lucha libre puertorriqueña. El integrante del Salón de la Fama de la WWE y co-fundador de WWC nos dio su última misión en el evento Aniversario 51. En lo que marca su última aparición en su histórica carrera de 58 años en múltiples roles, Carlitos salió ante una mega ovación ante más de 7,400 personas. No hubo un alma que se quedó sentada, pues hasta lo más jóvenes se pusieron de pie y le dieron a nuestro comandante del ejército de la justicia la ovación más grande de su carrera.

Ahora como adulto, hay algo que puedo ver y deseo compartir con todos ustedes. ¡Carlitos Colón era un activista político! ¡Piénsalo! Carlitos, negro, de humildes orígines, procedente de Santa Isabel, a nombre de Puerto Rico, le hacía frente a las grandes adversidades impuestas por el imperio. Carlitos se fue al puño con Abdullah The Butcher. No importa que jugara sucio utilizando un tenedor y que lo doblegara en peso, Carlitos se amarraba las botas, salía con “soy boricua” y mientras la monoestrellada ondeaba, Carlitos se iba al cocotazo con las adversidades más grande y peligrosas para proteger su gente.

Carlitos Colón me enseñó a luchar por lo que creo. El Acróbata de Puerto Rico derramaba su sangre por su pueblo y despertaba pasiones que motivaban a miles de personas a llegar semana tras semana a respaldarlo en su misión semanal, poner el nombre de Puerto Rico en alto. Carlitos representaba al puertorriqueño promedio en sus batallas diarias, enseñándonos que nadie podía ponerse de rodillas ante la adversidad, y que había que luchar lindo y bello para enorgullecer su gente y sacar un país entero adelante. Carlitos nos dio la fe de que todo mejoraría y que, aún en los días más oscuros, debes amarrarte las botas y luchar por eso que amas.

Carlitos se daba la fría con Don Yuyo en el colmado de Tato en El Tuque en cortos y polito; pero también se ponía su gabán y bebía Macallan con la gente más pudiente de la isla. A Carlitos no le importaban las clases sociales, pues él luchaba a nombre de todo Puerto Rico, sin importar si tu apellido era Magraner o Pérez. Carlitos nos educó para no dejarnos meter las cabras y “tirar pa’ lante” en todo momento, sin importar de donde viniera la adversidad y cuán grande fuese. Carlitos pudo ganarle a Abdullah, ustedes pudieron sacar a Tulio de 31 Minutos en el 2019 y por amor a la vida, pueden continuar guerreando con quien sea. El boricua destaca en todo lo que sea, pero como país, no somos arrodillados, pues tenemos héroes nacionales como Carlitos que nos enseñaron siempre a caminar hacia adelante y con la frente en alto.

Benito hizo el llamado en la entrevista de El Tony. Carlitos nunca olvidaba lo que le hizo Abdullah, y ustedes no deben olvidar el mal hecho a un pueblo entero por décadas. El comandante salió una vez más a darnos las fuerzas que necesitamos para dejarnos saber que, aún con sus condiciones de salud, él está ahí para nosotros. Es hora de cambiar un país entero y una cultura generacional derrotista.

Carlos Colón merece ser exaltado al Salón de la Fama del Deporte puertorriqueño en vida. Santa Isabel necesita ponerle su nombre a una cancha como mínimo. Y Puerto Rico necesita hacer una estrella y aplicarle una figura 4 a los que tienen el país destruido. Hagan honor a Don Carlos y no permitan que sus décadas de guerra sean en vano. ¡Por Puerto Rico!

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