Comentario

Y la transparencia… ¿pa’ cuando?

Aún recuerdo, cuando esta administración, desde campaña, autoproclamó que sería un “Gobierno de Transparencia”. Nada más alejado de la realidad. Desde entonces, ha sido lo contrario. Veamos.

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Comencemos con el oculto presupuesto para el año fiscal 2017-2018. El contenido de las partidas presupuestarias (de un país en quiebra, no olvidemos) son un misterio. El senador Eduardo Bhatia radicó una demanda el pasado año, luego de que el primer ejecutivo se negara a entregar a la Legislatura el presupuesto que había sometido a la Junta de Control Fiscal. Dicha demanda culminó con una victoria para la transparencia.

No podemos dejar pasar el intento de desmantelamiento del Instituto de Estadísticas. En varias ocasiones, los tribunales han fallado en contra del gobernador, diciéndole que debe “cesar y desistir” de interferir con el funcionamiento del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico y ordenó la restitución de los cuatro directivos que el Gobernador destituyó el año pasado para nombrar a los suyos.

Así las cosas, hemos visto en múltiples ocasiones la información limitada y manipulada (en un país en bajo el Título III de PROMESA, no olvidemos). Ahora bien, el Instituto de Estadísticas tiene un director comprometido con los datos del Gobierno de Puerto Rico. En días recientes, Mario Marazzi, invitó al gobernador a colaborar, y puso a su disposición el instituto para ajustar los números y protocolos de las agencias. Exhortándolo, a ser una administración pública de rendición de cuentas a la ciudadanía, transparente, abierta y no una totalitaria.

 

No podemos olvidar, la escandalosa contratación del Pez Blanco (Whitefish). Siempre misterioso, desde cómo se contactó, la cuantía del contrato, cantidad de empleados y los términos. Esto, terminó siendo un fuerte golpe al gobernador con su respuesta “yo no sabía”.

Debemos mencionar; el estudio de Harvard sobre las muertes en Puerto Rico luego del huracán María. Todo asombrado sobre la cifra estimada de 4,645 muertes, cuando los datos gubernamentales dictaban que eran 64 las oficiales. Entonces, CNN y el Centro de Periodismo Investigativo recurren nuevamente a los Tribunales para que el Registro Demográfico entregue los datos públicos sobre las muertes en Puerto Rico durante ese periodo. Nuevamente, en un intento de manipular la información, la administración Rosselló presentó un recurso ante los tribunales  para retrasar la entrega de la información pública en controversia. Esta información tan sugerente que un juez había ordenado que fuera entregada a dichos medios. Posteriormente, incumplen con entregar la totalidad de la información.

Mientras, por otro lado el primer ejecutivo del Municipio de Toa Baja da catedra sobre transparencia al gobierno de turno. El pueblo Llanero, es el pionero en proveer acceso total a la ciudadanía sobre la chequera municipal (que no es otra cosa que el dinero de todos y todas). El Alcalde Betito Márquez firmó un acuerdo para integrar las cuentas municipales a la plataforma de transparencia financiera del Instituto, a partir del año fiscal que inicia en julio próximo. A través de esta plataforma, todas las  transacciones municipales, costos y beneficios estarán disponibles, permitiendo al público la fiscalización de toda la actividad financiera municipal. #ToaBajaSeLevanta

La transparencia es la verdad sin editar, sin marketing y sin manipulación. Y en Democracia, siempre es mejor presentarla sin importar las consecuencias. No presentarla es otro modelo de estado distinto a la democracia.

A su vez, podemos enumerar las consecuencias positivas que provoca. Directamente, debemos reconocer que la transparencia contribuye a la: participación ciudadana, mejores servicios públicos, promover la democracia, ayuda a los mercados, elimina la incertidumbre de los ciudadanos, podría combatir la emigración y las administraciones públicas podrían funcionar mejor.

Por ejemplo, pueden crear políticas publicas más eficientes, eficaces y muy importante las necesarias. Además, la transparencia en los datos públicos permite un mejor desempeño y un trabajo en equipo entre las agencias del gobierno.

En pocas palabras, nuestro problema es más grande. Hace un tiempo el pueblo dejó de creer en nuestra administración pública; pero ahora se suma a que el mundo tampoco le cree a Puerto Rico.

(El autor es estudiante de maestría en Gobierno y Políticas Públicas) 

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