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VIDEO: Exatleta narra su carrera contra el coronavirus

Hablamos con un joven de 27 años de edad, exatleta de pista y campo, que se contagió con el Covid-19.

Ese plato de viandas con bacalao de su mamá nunca habían sabido tan bien.

Acaba de cenar, y ahora Félix Andrés Morales Fontánez sale con mascarilla y guantes de su cuarto a fregar el plato en un baño que solo él usa. Lleva la barriguita llena y el corazón en sosiego, pues decir contento sería una hipérbole. Él sabe que tiene dos cosas más: la infección del Covid-19 y mucha suerte.

“Yo tengo mis propios platos en el cuarto. Luego de comer, friego el plato en el lavamanos del baño porque no puedo ir a la cocina. Los pongo en un sitio cuando mi madre no está. Mi mamá [Nancy Fontánez] regresa, lo coge con una mano con guante y con la otra me sirve la comida. Con la mano del guante pone la comida en el counter de la cocina y cuando ella me dice que está bien lejos, yo salgo con guantes y mascarillas y cojo el plato. Gente puede pensar que es como estar en una minicarcel, pero cool. Hay gente que la está pasando mucho, mucho peor”, expresa en conversación con Metro y El Calce.

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Como expusimos en el segundo párrafo, Félix tiene suerte. Desde niño practica deporte, enfocado en el atletismo, y hasta pudo competir en algún momento en las clasificatorias de 100 metros y 200 metros la Liga Atlética Interuniverstaria (LAI), defendiendo la franela de la Universidad del Este (UNE), de Carolina.

“Yo la he pasado como un rey en comparación con otras personas. Esto no es para todo el mundo”, explica, resaltando que “no sé cómo me hubiese ido” con un estilo de vida hubiese más sedentario, pues “desde los nueve años he practicado atletismo”.

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Félix, de 27 años de edad, aún no sabe cómo exactamente se contagió y así lo explicó en un post que se volvió viral en Facebook. Recuerda que el 17 de marzo fue diagnosticado con micoplasma y desde entonces ha estado en cuarentena auto impuesta. Tras recibir el tratamiento de micoplasma, “se me fueron algunos síntomas, pero el 28 [de marzo] por la noche me empecé a sentir mal, fatigado… por la noche era una porquería dormir… y también me había quedado sin olfato”.

“La garganta se me puso bien roja. Empecé a toser mucho, me faltaba la respiración. Con la micoplasma me faltaba el aire pero no a este nivel. Buscaba aire por la nariz y no podía, y cuando intentaba respirar por la boca se me quedaba pillao’ el aire aquí” – expresó, tocándose la boca del estómago -“sentía que tenía una persona sentada aquí” .

El 30 de marzo a mediodía llamó al número que ofrece el Municipio de San Juan y fue citado para hacerse la pruebaa las 2:00 P.M. del día 31 en la estación servi-carro del Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) de Río Piedras. El 8 de abril, “luego de días en los que no podía dormir, no tanto por los síntomas, si no más por la ansiedad”, recibió la llamada que le indicaba de su positivo al Covid-19 y los protocolos a seguir.

“Yo honestamente no te puedo decir cuándo me contagié. Trabajé hasta la semana del 16, que fue el día que me aislé yo mismo tras el positivo a micoplasma. Desde ese día solo salí dos veces, siempre con máscara y guantes. Mi salida fue a Walgreens a buscar algo y me quedé super lejos de la fila, porque me preocupaba. En la segunda, me bajé en un puesto de gasolina al lado de mi casa, también con mascarilla y guantes, a comprar un paquete de arroz y un pote de habichuelas, porque con eso yo resuelvo. Honestamente no me explico cómo fue”, acotó.

Félix aseguró que tanto su madre, que vive con él, como otra persona con la que había tenido contacto físico se hicieron la prueba del Covid-19, aunque aún ni han sentido síntomas ni conocen el resultado del examen. Al momento de la entrevista, era el sexto día desde que supo que dio positivo, y seguía el protocolo de dos semanas de aislamiento completo y total, en espera de que personal de Salud del MSJ lo vuelva a llamar, como se supone que hagan después de ese periodo de tiempo, para volver a examinarlo.

“Gracias a Dios me siento mucho, mucho, mucho mejor. Yo voy a mí”, destacó Félix, cuyo día se limita a “levantarme en la mañana, orar, ver cosas en el teléfono, leer mucho y tomar siempre las precauciones necesarias”.

Al cierre de esta edición, en Puerto Rico, el territorio de todos los Estados Unidos con la tasa más baja de pruebas de Covid-19 realizadas, habían 974 positivos y 51 víctimas fatales.

Para Félix, con que ese plato de viandas con bacalao de Nancy no falte es más que suficiente para sonreír ahora mismo. Batallar al Covid-19 está cañón, pero pudiese ser mucho peor.

Mira al entrevista aquí:

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