Un extraño fenómeno sucedió en el parque nacional de las Cataratas del Niágara, en la zona noreste de América del Norte, en Canadá. Una fuerte corriente de agua hizo que reapareciera y emergiera a la superficie un barco desaparecido hace más de 100 años.
El barco milenario se trató del Iron Scow, la cual estaba enganchado a un remolcador cuando estaba siendo dragado el 7 de agosto de 1918, pero en esa oportunidad una mala maniobra envió los dos navíos al fondo de las cataratas y puso la vida de dos marineros en peligro.
Las lluvias movieron el barco
Las fuertes lluvias y el viento lograron mover el barco, que estuvo atrapada en una percha rocosa cerca de las Cataratas del Niágara durante más de un siglo.
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En 1918, para rescatar a los marineros del Iron Scow tuvieron que descartar hacerlo a través de botes porque no se consideró seguro, así que lanzaron boyas pero se enredaron hasta que un valiente hombre llamado William “Rojo” Hill desenredó las cuerdas y los hombres pudieron ser rescatados.
La valentía de Hill
El valiente William Hill fue un residente de la zona que recién había llegado de Francia, herido, tras servir en la Primera Guerra Mundial. Él se ofreció a llegar hasta la boya y desenredar las cuerdas, lo cual hizo a primera hora. Hacia las 10 de la mañana, tanto los marineros Lofberg como Harris ya estaban en tierra.
Desde aquel año, el barco se había mantenido muy sujeto al conjunto rocoso hasta que las potentes ráfagas de viento y oleaje movió los restos de la barcaza.
El personal de los Parques del Niágara continúa monitoreando la actividad de la embarcación, en caso de que se mueva nuevamente. Y se informa que los restos podrían estar atrapados en un nuevo lugar rocoso “durante días o años. Nadie lo sabe”.