¡¡¡Clemente vive!!!
Ocho días antes de la partida de Roberto Clemente aquel 31 de diciembre de 1972, la muerte se había encargado de dejar su huella en una Nicaragua sometida al yugo de una Junta Nacional de Gobierno. Aquella Navidad en Managua quedó enmarcada en la sangrienta imagen de una capital devastada por un terremoto de 6.2 grados de magnitud y por el sufrimiento de un pueblo sumido en una profunda agonía.
Aquel fenómeno natural cobró la vida de sobre 4,000 personas. Y dicen los que saben que el eterno número 21, además de ser una leyenda del diamante, gozaba de un envidiable don de gente que lo obligó a mover sus fichas humanitarias para atender la crisis del país latinoamericano o, al menos, aportar su granito de arena en los procesos de recuperación. Por eso, de acuerdo con el historiador Jorge Colón Delgado la figura de Clemente sigue muy presente, más aún cuando la ubicamos en el ejemplo de los atletas y artistas que dijeron presente para meter mano durante y después del huracán María.
“Roberto Clemente sigue presente. Recuerdo que lo tuve en mente durante el huracán María cuando veía la entrega de los artistas y deportistas, que intentaban hacer todo lo posible porque llegaran sus ayudas. Y pensaba yo en el desespero de Clemente cuando envió su primer cargamento a Nicaragua. Las ayudas no estaban llegando y decidió ir él mismo para hacer llegar las ayudas al pueblo”, sostuvo Colón Delgado, a la vez que añadió que aquel 31 de diciembre Puerto Rico perdió un gran hombre, pero ganó un héroe que todavía hoy, luego de 45 años, continúa contribuyendo con su legado.
Clemente fue el primer latinoamericano en conectar 3,000 hits y el undécimo grandesligas en la lista histórica.
Clemente dio su vida en la misión de contribuir en pro de ayudar a los más necesitados. Ante eso, algunos grandes del béisbol nacional lo recuerdan.
Hablan los caballos
Cuando El Calce se comunicó con el dirigente nacional, Edwin Rodríguez, para hablar de Clemente, el líder se apuntó otra rayita positiva.
“Roberto Clemente es una figura que reúne muchos elementos importantes. Su ejemplo, no solo como deportista, sino como ser humano, lo ubica en una posición bien importante. Yo creo que como sociedad todavía falta mucho por hacer con el ejemplo de Clemente. Roberto se ha convertido en una imagen casi mítica, una leyenda, pero entiendo que lo importante de su figura no ha sido tratado de la mejor manera”, soltó por el medio del plato el primer dirigente boricua en las Grandes Ligas.
“Me refiero a que Clemente y su legado deben servir para impulsar un proyecto educativo en Puerto Rico. Hay que utilizar la figura de Clemente para formar nuestros niños y jóvenes en las escuelas y que los currículos incluyan esa otra cara del atleta. Eso sería lo ideal para hacerle justicia a lo que representó Clemente”, por la goma Rodríguez.
Por su parte, para el recién nombrado dirigente de los Medias Rojas de Boston, Alex Cora, el eterno número 21 debe ser recordado como ejemplo de perseverancia, dadivosidad y heroísmo, “en ese orden”, le puntualizó a El Calce, a la vez que subrayó que la memoria de Clemente tiene un impacto muy especial en el béisbol.
De otro lado, el coach de los Cangrejeros de Santurce en la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico, Mako Oliveras, entiende que el legado de Clemente es inigualable y, por tanto, considera que es momento que se retire su número 21 de todas las organizaciones que componen Las Mayores.
“Roberto dejó un legado muy difícil de igualar. Puso el nombre de Puerto Rico en un lugar que muy pocos han logrado. Creo que aún no se le ha dado el respeto que se ganó. Espero que pronto se le reconozca su legado retirando su número 21 como lo hicieron las Grandes Ligas con el número 42 de Jackie Robinson”, sentenció en referencia a la intensión de que el nuestro se una a quien comenzó a romper con la barrera del racismo en el mal llamado “juego de hombres blancos” en 1947.
Clemente firmó en las Grandes Ligas con los Dodgers de Brooklyn en 1954. Sin embargo, en 1955 pasó a los Piratas de Pittsburgh, donde en abril debutaría en Las Mayores con apenas 20 años. El jibarito del barrio San Antón de Carolina jugaría para la franquicia hasta el año de su fallecimiento. Un año más tarde, en 1973, Clemente se convirtió en el primer latinoamericano en ser exaltado al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown, mediante un proceso especial. Ese año se tomó la decisión de pasar por alto el protocolo de esperar cinco años luego del retiro de un jugador para ser elegible e ingresar al llamado Recinto de los Inmortales.
DATOS
- Cuatro títulos de bateo
- 15 Juegos de Estrellas
- 12 Guantes de Oro
- Jugador Más Valioso en 1966
- Dos Series Mundiales con los Piratas de Pittsburgh (1960 y 1971)
- Jugó 18 temporadas
- Exaltado al Salón de la Fama en 1973