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Razones por las que Aníbal Salvador debe ser el presidente del PPD

Porque luego de que el pueblo le diera la pela más grande en la historia del PPD, él viene por más.

Aníbal Salvador Acevedo Vilá, aquel flamante exgobernador que se se cogió un caso federal y que ahora degusta Medalla en fiestas patronales, anunció que aspira a la presidencia del agonizante Partido Popular Democrático. ¿Pero qué tiene que ofrecerle Aníbal al partido que le tiene el mismo cariño que Brenda Robles le tiene a Melina León?

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Bueno, al parecer nadie quiere tirar un pie al bote, excepto Héctor “No me rendiré” Ferrer, ya que en ese partido solo hay una cosa clara: que la salvación es individual. A falta de candidatos valientes, decidieron abrir el sarcófago y el único que se asomó fue Salvito -como cariñosamente le llaman a Aníbal en la playa en Vega Alta- pues este estaba dedicando sus horas de ocio a pasear a sus perras al atardecer y a coger sol en sus senos en Cerro Gordo.

A Salvito no lo quiere mucha gente, pero hoy te vamos a decir las razones por las que “El alacrán de gelatina” debe ser el presidente del PPD.

5. No ha dejado de comunicarse con la gente… desde su oficina en Facebook

Aquí vemos a Salvito esperando un inbox en Facebook donde le están contando un chisme de Agapito

Desde que Aníbal cogió la pela más desastrosa a manos de Luis Fortuño, se ha dedicado en barriga y alma a “ofrendarle al pueblo con su conocimiento” sobre lo que se debe hacer para echar el país hacia delante. Es curioso que esas ideas “parapelos” que propone Aníbal se le ocurrieron luego de culminar su mandato, no durante el cuatrienio que era gobernador. El señor Acevedo lleva años orientando a la gente desde la comodidad de su sofá, aunque sus artículos a duras penas sobrepasan los 8 likes (mismos likes que solo le da su familia) y su post más viral fue una imagen donde aparecía bebiendo ron con su amigo Luisito “La cirrosis no puede conmigo” Vigoreaux.

4. Conoce a la perfección cómo reavivar las huestes populares: usar una guayabera

En un hermoso gesto de hipocresía, ambos candidatos juntan las caderas como acto simbólico de unión

Los populares son unas extrañas criaturas que creen que la mejor forma de demostrar que “son de pueblo” es usarando la guayabera. Ustedes saben, una prenda de vestir “baratísima” que usaba la gente del campo en las bodas entre primos en el 1955. Lo curioso es que los populares disfrutan combinar esta pieza con zapatos carísimos, porque somos del campo y toda la cosa, pero conservando la mancha de “estudié en colegio privado y no puedo dormir sin aire acondicionado”. Si hay alguien que conoce cómo resucitar las filas del PPD (cuya matrícula reside en asilos y ven “Pégate al mediodía”) es Aníbal, pues cada vez que se metía en un lío y hacía una reunión, iba con la bendita guayabera con el área de las axilas color amarillo. Sin duda alguna, Salvito es todo un Leonidas de la política.

3. Al igual que una mujer cuando está perdiendo una discusión, Aníbal también sabe virar tortillas

En el año 2008, el señor Acevedo fue acusado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos por 19 cargos relacionados irregularidades en el financiamiento de sus campañas electorales. Con estos cargos en el pecho, Aníbal buscó la forma en que el pueblo creyera que era algún tipo de pelea entre Estados Unidos y Puerto Rico. No, él no aceptó que era posible que hubiese metido las patas (aunque al final salió “no culpable”), sino que quiso hacer de su juicio algún tipo de conspiración contra los boricuas. El señor Acevedo sin que le temblara el pulso logró que tres zánganos le creyeran y sintieran culpa porque él se puso aquellos trajes carísimos y se viera obligado a hacer uno que otro truco. Si alguien es capaz de virar tortilla contra los federales, imaginen lo que puede hacer contra el PNP.

2. Héctor Ferrer habrá competido en la carrera del saco y el aguaje ese del triatlón, pero Aníbal sabe lo que el verdadero deporte

Desde que Salvito se criaba en San Juan, disfrutaba ver los nenes jugando pelota, pero como su mamá no lo dejaba salir de la casa para que no se pelara las rodillas, este nunca pudo aprender a jugar baseball. No fue hasta que tuvo la tierna edad de 44 años que fue invitado a lanzar la primera bola de un torneo de baseball, donde demostró que -como dirían los gringos- era un “natural”. Miren en la imagen de arriba cómo demuestra que el arte de una buena recta es tirar como si la bola fuera un mangó. El señor Héctor Ferrer no tiene nada que buscar aquí.

1. Es panita de Donald Trump

El mundo está asusta&#39o al saber que Donald Trump es quien tiene el passcode para empezar una guerra nuclear. Digo, el mundo entero lo está, excepto en Puerto Rico que estamos más preocupados por afinar nuestros rasgos para que no nos confundan con los mexicanos. Aquí Salvito podría ayudarnos a mantener al loco calmado, ya que ambos son panas desde el 2008 cuando el magnate le compartía sus trucos para mantener una hermosa cabellera. Es harto conocido que los penepés no saben hablar inglés y no pueden comunicarse sin bajar el lomo frente al presidente de los Estados Unidos, así que es el momento para que el PPD tire al medio su mejor carta y vuelva a tener break en ganar unas elecciones… ¡claro que sí!

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