Activistas ambientales de Puerto Rico y Estados Unidos se manifiestan desde esta mañana ante la asamblea de accionistas de la multinacional AES Corporation en Arlington, Virginia, para denunciar las nocivas prácticas de su carbonera en el municipio de Guayama.
Asimismo, reclaman a los inversionistas qué harán con las dos millones de toneladas de cenizas tóxicas de carbón que AES descartó en al menos 12 municipios de Puerto Rico entre los años 2004 y 2011.
Fotos: Mabette Colón
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Desde ese período, colosales descargas del residuo gris permanecen expuestas o enterradas bajo urbanizaciones, centros comerciales, carreteras y fincas, sin barreras que impidan que sus componentes cancerígenos contaminen suelos, acuíferos, ríos y quebradas que alimentan pozos de agua potable.
Tan reciente como el pasado 4 de marzo, AES Puerto Rico reconoció por escrito ser responsable de las altas concentraciones de selenio, molibdeno y litio detectadas bajo su montaña de cenizas de carbón en el barrio Jobos de Guayama. Ese depósito ha acumulado hasta 430 mil toneladas del desecho por los pasados cinco años.