Contexto

Policías de Honduras de brazos caídos ante posible fraude político

Agentes Cobra de la Policía de Honduras, el equivalente a lo que sería la Unidad de Operaciones Tácticas en Puerto Rico, se declararon en “brazos caídos” por la crisis política que vive el país y rehusaron arrestar a manifestantes durante las protestas de ayer en Tegucigalpa.

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“En estos momentos estamos de brazos caídos, para manifestar nuestra inconformidad por lo que está pasando. Nosotros somos pueblo y no nos podemos estar matando con el propio pueblo”, dijo un portavoz del grupo Cobra, según reseñan varios medios internacionales.

“Si los políticos no se ponen de acuerdo en resolver sus cuestiones, nosotros no podemos prestarnos para favorecer a un candidato, nosotros nos estamos rebelando porque no podemos estar trabajando en la calle y matándonos con la gente. Los políticos tomen la determinación de solucionar sus propios problema”, enfatizó el portavoz de los manifestantes, según resaltó el diario Panamá América.

Polémico conteo

La fase final del conteo de votos tras las elecciones presidenciales en Honduras mantenía el lunes una diferencia mínima entre los candidatos mientras la oposición aseguraba que existía un fraude y decía que se mantendría “firme en las calles”.

Las autoridades electorales informaron que aún no declararían un ganador, para permitir apelaciones.

El presidente y aspirante a la reelección, Juan Orlando Hernández, superaba con más de 52,000 votos a su rival, el opositor Salvador Nasralla, en unas elecciones envueltas en polémica por la demora de más de ocho días en el conteo.

Nasralla dijo ante periodistas el lunes que llevaría su caso ante la Organización de Estados Americanos (OEA) para realizar un nuevo conteo y aseguró que él era el presidente electo de Honduras y que había sido elegido por el pueblo.

Después de los comicios, era él y no Hernández, quien encabezaba los primeros resultados.

Por su parte, el expresidente boliviano Jorge Quiroga leyó un informe preliminar de la OEA en rueda de prensa y dijo que “el estrecho margen de los resultados, así como las irregularidades, errores y problemas sistémicos que han rodeado esta elección no permiten a la misión tener certeza sobre los resultados”, afirmó el expresidente boliviano Jorge Quiroga al leer el informe preliminar de la OEA en rueda de prensa.

Más temprano, el presidente del Tribunal Supremo Electoral, David Matamoros, afirmó que la oposición tenía dudas en más de 5,000 documentos electorales “pero seguimos resolviendo esas diferencias para traer la paz al país… la patria ha ganado”.

Nasralla, candidato de la Alianza Opositora contra la Dictadura, no envió representantes a examinar las actas insinuando que no reconocería el conteo.

En un mitin en Tegucigalpa, la capital de Honduras, Nasralla denunció el domingo que los magistrados del tribunal electoral son “empleados del presidente Hernández”, quien buscó su reelección a pesar de que la constitución lo prohíbe.

Por su parte, la jefa de la misión de observadores de la Unión Europea (UE), Marisa Matias, calificó de “razonables” las peticiones de los opositores para que el Tribunal Supremo Electoral revise más de 5.000 actas de los comicios del 26 de noviembre. “Consideramos que se debe cualquier cosa para garantizar la transparencia y respetar la voluntad del pueblo hondureño”.

Matias observó  que “no nos parece normal que (los partidos políticos) solo tengan dos días para hacer sus impugnaciones” y reclamó al tribunal “flexibilidad en el tiempo que tienen los partidos y candidatos para presentar sus peticiones e impugnaciones”.

Tanto Hernández como Nasralla se han declarado ganadores de la elección. Nasralla había liderado el conteo de votos hasta que se presentó una prolongada demora que interrumpió los informes de los funcionarios electorales, lo que provocó quejas de la oposición sobre irregularidades. Los funcionarios achacaron la pausa a problemas técnicos y negaron cualquier tipo de manipulación.

El gobierno de Hernández impuso un toque de queda de 10 días entre las 18:00 horas a las 06:00 de la mañana para sofocar las manifestaciones en apoyo del candidato opositor que en ocasiones derivaron en disturbios. Al menos una persona falleció en los enfrentamientos entre policías y manifestantes.

El escrutinio contó con la participación de centenares de observadores nacionales e internacionales, entre ellos enviados de la OEA y la UE.

En la sede de la OEA en Washington una decena de manifestantes alzaron el lunes pancartas que rezaban “Honduras no al Estado de sitio” y “Honduras no a la represión” para protestar que el secretario general Luis Almagro no se refiriera a la crisis hondureña al intervenir durante un foro del sistema interamericano de derechos humanos.

“No puede ser que guarden silencio frente a la represión, asesinatos, encarcelamientos”, dijo a The Associated Press Morena Herrera, una de las manifestantes e integrante de la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de Derechos Humanos.

Almagro compartió el panel con el presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el peruano Francisco Eguiguren, y el presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el brasileño Roberto Caldas. Ninguno de los tres abordó el caso hondureño.

La CIDH emitió la víspera un comunicado en el que expresó preocupación por la violencia post-electoral en la nación centroamericana.

Matias también se refirió a los incidentes y sostuvo que “es normal que las personas puedan manifestarse de manera pacífica en un proceso electoral. En este sentido, no es aceptable cualquier tipo de represión”.

En una conferencia de prensa el lunes por la tarde, el expresidente Manuel Zelaya aseguró que la alianza opositora había ganado la elección, no reconoció los resultados y prometió actos de desobediencia civil.

“El pueblo hará respetar el triunfo de Salvador Nasralla y se mantiene firme en las calles”, dijo.

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