Estados Unidos se volvió más diverso y urbano en la última década y la población blanca bajó por primera vez desde que se guardan registros, informó el jueves la Oficina del Censo al dar a conocer una serie de datos demográficos que serán utilizados para trazar los nuevos mapas políticos del país.
Las nuevas cifras ofrecen el panorama más detallado hasta ahora de cómo ha cambiado el país desde 2010 y seguramente desatarán una intensa batalla partidista sobre representación en un momento de profundas divisiones nacionales y peleas sobre el derecho al voto. Los números pudieran ayudar a determinar el control de la Cámara de Representantes en las elecciones de 2022 y proveer una ventaja electoral por varios años. Los datos además ayudan a decidir la manera en que se distribuyen 1,5 billones de dólares anuales en gastos federales.
Las cifras muestran una migración continua hacia el sur y el oeste a expensas de condados en la región centro-norte y el noreste del país. La proporción de la población blanca cayó de 63,7% en 2010 a 57,8% en 2020, la más baja de la que se tenga registro. En California, los hispanos se convirtieron en el mayor grupo étnico o racial, al pasar de 37,6% a 39,4% en la última década, mientras que el porcentaje de blancos se redujo de 40,1% a 34,7%.
“La población estadounidense es mucho más multirracial y con mucha mayor diversidad étnica y racial de lo que hemos registrado en el pasado”, dijo Nicholas Jones, funcionario de la Oficina del Censo.
Los datos provienen de la compilación de formularios que decenas de millones de personas llenaron en Estados Unidos el año pasado, con ayuda de entrevistadores del censo y expertos en estadísticas del gobierno para llenar los espacios en blanco de algunos formatos que no fueron entregados o con preguntas sin responder. Los números reflejan incontables decisiones tomadas en los últimos 10 años por individuos, para tener hijos, mudarse a otras partes del país o venir a Estados Unidos desde el exterior.
La publicación les ofrece a los estados la primera oportunidad de volver a demarcar nuevamente sus distritos políticos en un proceso que se espera sea especialmente disputado, toda vez que están en juego escaños en el Congreso federal y las legislaturas estatales. El documento provee además la primera oportunidad para ver, de manera limitada, que tan bien la Oficina del Censo cumplió con su objetivo de contar a todos los residentes de Estados Unidos durante lo que muchos consideran el censo más difícil de la historia reciente.