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¡Pícalo gallo! Seria la amenaza contra la industria gallera

En Puerto Rico las peleas de animales están prohibidas desde 2008, cuando se aprobó la Ley para el Bienestar y la Protección de los Animales (Ley Núm. 154). Sin embargo, aunque el Artículo Ocho de esta medida establece que “ninguna persona causará, patrocinará, organizará, llevará a cabo, o promoverá que cualquier animal pelee, amenace o lesione otro animal con propósito deportivo, de entretenimiento, ganancia económica o cualquier otro propósito”, las peleas de gallos son una excepción a la regla, gracias a la Ley Núm. 98 de 2007.

En ese sentido, en Boriqnuen las peleas de gallos son interpretadas, según estipulado en la Ley 98, como “Derecho Cultural de los puertorriqueños”.

No obstante, el 1 de noviembre del año pasado el representante republicano por el distrito seis de Illinois, Peter Roskam, presentó el proyecto H.R. 4202, medida que pretende enmendar el Animal Welfare Act, a los efectos de extender la prohibición de las peleas de animales a los territorios.

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Ya el Congreso dio un paso contundente prohibiendo la centenaria práctica en todos los estados. Por tanto, la paridad en el acta sobre crueldad animal podría poner fin a la legalidad de la tradición en Borinquen, donde –más allá de la cultura– también valen los espuelazos legales.

“Nosotros preparamos fue una resolución concurrente, es decir, una expresión de ambos cuerpos, del Senado y la Cámara, para repudiar las intensiones de este congresista. Esa resolución se traducirá al inglés y se enviará al Congreso con una serie de cartas y también con los reclamos de los galleros de Puerto Rico. Obviamente, la meta es que los galleros tengan la oportunidad de llevar el mensaje al congresista y al resto de los que apoyan la medida para que desistan”, le dijo a Metro el senador por el Distrito de Guayama Axel ‘Chino’ Roque, quien aseguró que defiende las peleas de gallos porque hay miles de empleos en riesgo y porque –a su modo de ver– son parte del patrimonio de Puerto Rico.

“Esto es un deporte que lleva más de 100 años en Puerto Rico y que en 1933 se convirtió en ley. Por eso es un deporte. Nosotros estamos combatiendo ese tipo de legislación como debe ser. Aquí en Puerto Rico no tenemos que hacer mucho, porque las peleas son legales y es en Estados Unidos, a través del Congreso, que las quieren prohibir. Así que yo lo que le he dicho a los grupos de galleros es que se comuniquen con los congresistas, ya sea por correo electrónico, teléfono o hasta por familiares que tengan en la diáspora. La meta es lograr que el Congreso de los Estados Unidos deje en letra muerta ese proyecto o que simplemente no lo apruebe. El que fue presidente de los Estados Unidos, que liberó a los negros de la esclavitud, Abraham Lincoln, fue juez de valla antes de ser presidente”, manifestó ‘Chino’ Roque.

Una industria en decadencia

Sepa usted que de acuerdo con la Oficina de Asuntos Gallísticos, al 1 de septiembre de 2017 la industria de gallos en Puerto Rico generaba unos 1,179 empleos directos, distribuidos entre auxiliares de galleras, jueces de valla, jueces de inscripción, asistentes, operadores y propietarios de galleras. Ese total, según detalla el informe circulado por el Departamento de Recreación y Deportes (DRD), se complementa con la suma de galleros (8,000 aproximadamente), castadores, mayoristas, distribuidores de alimentos y medicamentos, así como con el total de curadores de gallos, empleados de centros agrícolas y operadores de medios de comunicación especializados.

Según los datos ofrecidos, de 1984 al 2016 se celebraron más de cuatro millones de peleas de gallos en Puerto Rico, (4,037,074 sin contar el 2009). Y vale la pena destacar que, más allá de esos números, en los desgloses anuales no se presenta información que arroje luz sobre las muertes de gallos. Con relación a ese particular no se ofrece ningún dato.

Asimismo, es preciso señalar que para el 2016 las postas totalizaron poco más de $18 millones y medio. Dicho monto representa una reducción de al menos 65% en comparación con los $40 millones alcanzados en el 2000. En esa línea, es preciso añadir que las galleras en Puerto Rico, según los números oficiales, han ido desapareciendo con el pasar de los años. De 132 galleras certificadas en 1984, solo quedaban 81 para el 2016. Luego del paso del huracán María, ese total todavía no ha sido especificado.

Igualmente, la asistencia a los clubes gallísticos del país ha registrado una merma mayúscula. Por ejemplo, en el año 2000, con 110 galleras certificadas, se registró una asistencia anual de sobre un millón de personas (1,112,098). Sin embargo, en el 2015 esos números disminuyeron a 344,451 visitas a nivel isla.

En noviembre el proyecto H.R. 4202 fue referido al Subcomité de Ganadería y Agricultura Extranjera. Al presente, la medida continúa bajo el análisis del Comité de Agricultura del Congreso.

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