La mujer no provendría de una costilla del hombre, sino de un hueso cercano al miebro viril. Eso postula Ziony Zevit, profesor de la American Jewish University de Estados Unidos, quien refiriéndose a la versión bíblica, asegura que durante años se confundió la palabra “tsela”, traduciéndola como “costilla”.
Según el fragmento del libro de Zevit, “lo que realmente sucedió en el Jardín del Edén” publicado en la revista Biblical Archaelogy, la palabra “costilla” en las traducciones canónicas del libro del Génesis no refleja exactamente la fuente original en el hebreo.
El experto también indica que sería más correcto atribuir la palabra que se encontraba en la fuente original al hueso que la ciencia moderna conoce como báculo, que se encuentra en el pene de muchos mamíferos, incluyendo en el de monos, pero no en los humanos. Este hueso permite la penetración sin necesidad de erección.
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Ahora bien, los especialistas en anatomía podrían precisar que el báculo no está presente en la anatomía humana. Pero frente a ese punto Zevit plantea que precisamente la creación de la mujer a partir de él sería la causa de la ausencia de éste en los hombres.
El postulado del académico estadounidense generó inmediatamente críticas de parte de otros especialistas estudiosos de la biblia, muchas de las cuales fueron reacciones de los lectores de la propia revista Biblical Archaelogy. Así por ejemplo, el reverendo Randall L Krabill, escribió: “¿De qué manera el artículo de Ziony Zevit tiene que ver con la arqueología bíblica? Nunca he comprado una revista sensacionalista en mi vida y no tengo ninguna intención de hacerlo. Desde luego, no me di cuenta que eso era lo que estaba haciendo cuando me suscribí a Biblical Archaelogy”.
En tanto que otro hombre estudioso de la religión, el reverendo Don Brubacher, de Canadá, desestimó la teoría al considerarla “ridícula” y “extravagante”.