Esta columna la escribo con rastros de mascara en los ojos y una pelota de sueño increíble por la pachanga de anoche, pero hey, sarna con gusto no pica. Es más, a lo mejor debería estar durmiendo ahora mismo. Sin embargo, siento la necesidad de hablar con ustedes en relación a esta sequía infernal.
Esta semana se anunciaron dos cosas. La primera es que si en las próximas tres semanas la cosa no mejora, los que dependemos de Carraízo estaremos cuatro días sin agua. Lo segundo que se le comunicó a los ciudadanos esta joya caribeña es que, por la falta de agua, 476 escuelas ofrecerán clases solamente de lunes a jueves, de 8:00 a.m. a 1:15 p.m.
Lo sé… Estas dos noticias dan ganas de empezar a tirar puños al aire como el gran Wilfredo Vázquez, Jr. Entiendo que la situación es difícil y que cuando la cosa está mala da placer culpar a alguien. Pero hoy Dios me envió para compartirles una verdad: ya es muy tarde para echar culpas.

Asimismo, el secretario del Departamento de Educación, Rafael Román, tiene la culpa de muchas cosas. Es más, cada vez que él habla yo me estreso porque siento que no dice na’. Pero a ese caballero no lo podemos culpar por tomar la decisión de ajustar el horario escolar. Mis niños, es importante que la desesperación de tener que hacer ajustes para buscar a sus hijos no los ciegue. Un plantel escolar no puede tener miles de muchachitos corriendo por ahí si no hay agua.


Boricua, el problema es que usted no coge nada en serio. Se cree que si llovizna se llena Carraízo y que con tres gotas La Plata se va a desbordar… Déjeme explicarle una cosa, esto es bien serio y las noticias más leídas de los periódicos siguen siendo las Kardashians.
A mí no me importa si se le mueren las gardenias que tiene en el patio, estamos en un momento histórico en el que no se puede desperdiciar agua. Entiéndalo. Podría llegar el momento en que no tengamos agua para tomar y nadie tiene el control de esto ahora mismo.
Haga el baile de la lluvia si quiere. Récele a todos los santos que conoce. Haga brujería. Invoque a sus ancestros. Engánchese collares bendecidos. Ore. Esas son las únicas opciones que tenemos hoy mismo para que llueva. Quizás mañana tengamos más alternativas, pero, mientras tanto, racione el agua, coja esto en serio y deje de echar culpas.