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Así fue cómo resurgió la vida después de la extinción de los dinosaurios

Cuando el asteroide se estrelló contra la Tierra eliminó el 75% de las especies vivas, incluido cualquier mamífero mucho más grande que una rata.

¿Cómo la vida se recuperó del impacto del asteroide que mató a los dinosaurios hace 66 millones de años?, esa ha sido una interrogante que a muchos les gustaría una respuesta certera, fácil y contundente.

Y en eso se esforzaron los científicos Ian Miller y Tyler Lyson, quienes decidieron mostrar al público general una visión completa de cómo surgió la vida en la Tierra, luego de la extinción total de los dinosaurios. Ellos eligieron el Museo de Naturaleza y Ciencia de Denver, usando el tesoro de fósiles de plantas y animales de la época prehistórica para mostrar una cronología detallada de las capas de rocas y así contar la historia trascendental de nuestra evolución.

Según ellos, las plantas y los animales regresaron mucho más rápido de lo que se pensaba, y las plantas estimularon a los mamíferos a diversificarse.

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“Entienden casi todo el panorama, lo cual es bastante emocionante”, dice la anatomista funcional Amy Chew, de la Universidad de Brown. “Este registro integrado de alta resolución realmente nos dice qué fue lo que pasó pasando”.

El asteroide eliminó 75% de las especies

Cuando el asteroide se estrelló contra la Tierra eliminó el 75% de las especies vivas, incluido cualquier mamífero mucho más grande que una rata. La mitad de las especies de plantas se extinguieron. Con la desaparición de los grandes dinosaurios, los mamíferos se expandieron y el nuevo estudio rastrea ese proceso con exquisito detalle.

La mayoría de los sitios fósiles después del impacto tienen lagunas, por lo tanto, el sitio conserva un registro completo de la vida antigua y el medio ambiente.

Miller, un paleobotánico, y sus colegas recolectaron 37.000 granos de polen y esporas, lo que reveló un claro marcador del impacto de los asteroides: un aumento en el crecimiento de helechos, que prosperan en entornos perturbados.

El sitio también incluye dos capas de cenizas de volcanes cercanos. La ceniza volcánica incluye minerales radioactivos cuya descomposición se puede usar como un reloj geocronológico preciso, proporcionando dos marcadores de tiempo. Los cambios conocidos en los polos magnéticos de la Tierra, que algunos minerales en las capas habían registrado, agregan detalles a la cronología.

“Tienen un marco geocronológico muy fuerte”, dice David Fastovsky, paleontólogo de la Universidad de Rhode Island en Kingston.

Los mamíferos invadieron la Tierra

El registro confirma la devastación causada por el impacto. Las especies de mamíferos del tamaño de un mapache habían invadido el sitio antes de la catástrofe, pero durante 1.000 años después, solo unas pocas criaturas peludas de no más de 600 gramos de ratas deambulaban por un mundo de helechos donde las plantas con flores, con sus nutritivas semillas y frutas, eran escasas.

Luego, 100.000 años después, el doble de especies de mamíferos deambulaban y volvieron al tamaño de un mapache. Estas criaturas se alimentaron en los bosques de palmeras que reemplazaron a los helechos.

“Es un mundo nuevo que regresó de la devastación total y absoluta”, aseguró Miller.

Durante los siguientes 200.000 años, lo que él llama el “período de la palma” dio paso al período del “pastel de nueces”, cuando surgieron las plantas parecidas a nueces. Nuevos mamíferos evolucionaron para aprovechar las semillas nutritivas. La diversidad de los mamíferos se triplicó y la mayor de las nuevas especies alcanzó los 25 kilogramos, el tamaño del castor.

Llegaron las legumbres

Después de unos 700.000 años, aparecieron las legumbres; sus vainas de guisantes fósiles son las más antiguas de América del Norte descubiertas hasta la fecha. Las especies de guisantes y frijoles del “período de la barra de proteínas” proporcionaron comidas ricas en proteínas que aumentaron aún más el tamaño y la diversidad de los mamíferos, dice Lyson.

Los mamíferos superaron los 50 kilogramos, un aumento de 100 veces sobre los que sobrevivieron al asteroide. Los bosques también se habían recuperado. “El mensaje más importante es qué tan rápida fue la recuperación y qué tan cerca están unidos la vegetación y la fauna”, dice Vivi Vajda, paleobióloga del Museo Sueco de Historia Natural en Estocolmo.

El equipo también clasificó 6.000 hojas, contando cuántas especies en cada intervalo de tiempo tenían bordes lisos o dentados. Las especies de bordes lisos son más comunes en climas cálidos.

Vajda piensa que no importa lo que sucedió con la temperatura y la vida de las plantas, la pérdida de dinosaurios por sí sola podría haber abierto la puerta a mamíferos más grandes y diversos.

Pero Jukka Jernvall, biólogo evolutivo de la Universidad de Helsinki, dice que el análisis del equipo de los ecosistemas antiguos muestra cómo se desarrolló la recuperación. “Estamos comenzando a obtener el tiempo y la resolución espacial para reconstruir el medio ambiente y lo que sucedió de manera que pueda vincularse con los procesos ecológicos”, apuntó.

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