Los Cavaliers y los Warriors tuvieron que esforzarse al límite esta vez en las finales de conferencia. Por lo tanto, han tenido poco tiempo a fin de recuperarse y prepararse ante de su cita más importante del año: la final de la NBA.
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Stephen Curry ha reconocido que temió la posibilidad de que las esperanzas de su equipo quedaran destrozadas, en el segundo cuarto del séptimo partido de la final del Oeste ante Houston. Los Warriors libraron un emocionante duelo antes de doblegar a los Rockets.
Prensa Asociada
En el momento más complicado del encuentro, los jugadores de Golden State sostuvieron una conversación y encontraron la forma de definir la serie.
Por su parte, LeBron James no dejó de mostrar una voluntad de acero para sacar adelante a los Cavs. En momentos en que Kevin Love estaba fuera de combate, el desempeño de James bastó para que Cleveland acudiera a la nueva cita con los Warriors.
“Fue un momento especial para nosotros, y creo que lo recordaremos particularmente si completamos la tarea durante las próximas dos semanas. En esos momentos uno vuelve apreciar todo lo que se requirió para ganar un campeonato”, dijo Curry el miércoles. “Hemos trabajado como un equipo, nos hemos asegurado de que cada jugador, independientemente de si está o no o de si las cosas salen o no, aporte algo para llevarnos a nuestra cuarta final seguida”.
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James y los Cavs, así como Curry y los campeones defensores, se encuentran en territorio conocido. Es el cuarto capítulo consecutivo en la película Cleveland-Golden State dentro de la final de la NBA.
Pero ahora, ninguno de los dos equipos ha tenido un desempeño arrollador en la campaña regular ni en los playoffs. Han enfrentado desafíos y debieron disputar un séptimo partido como visitantes para llegar.
James parece el único obstáculo para que los Warriors repitan como campeones. Hace dos años, ya se los impidió, para que los Cavs se coronaran en siete partidos y en la casa de Golden State, donde los Warriors han ganado 17 de sus últimos 18 compromisos de postemporada.
De acuerdo con James, nunca dudó que Golden State fuera su rival de nuevo.
“Tan sólo por haber enfrentado a los Warriors en los últimos tres años en la final, yo sabía o pensaba en cierto modo que ellos podían lograrlo”, comentó. “Sólo por los 18 de 21 partidos posibles de final que he jugado contra ellos en los últimos tres años, yo entendía que ellos podían llegar”.