Contexto

Más de mil puertorriqueños huyeron del caótico sistema de salud tras huracán María

El gobierno recibió pacientes de islas vecinas luego de Irma... pero no trabajó como de suponía con los enfermos de Puerto Rico luego de María. Así sucedió.

El gobierno de Puerto Rico coordinó el recibimiento y atención médica de cientos de pacientes de las islas vecinas tras el huracán Irma. A su vez, no colaboró con el traslado ni tiene un registro de los boricuas con enfermedades crónicas que quedaron desprovistos de servicios y tuvieron que irse de la Isla durante los meses que siguieron al huracán María.

Tampoco solicitó al Departamento de Salud federal el traslado de pacientes a hospitales en Estados Unidos, a pesar de que existe un sistema llamado National Disaster Medical System (NDMS), que cuenta con un acuerdo con mil hospitales para recibir pacientes de zonas de desastre en los 50 estados y territorios. Mientras tanto, el sistema de salud en Puerto Rico seguía en precariedad, muriendo cerca 3,000 personas en los primeros cinco meses de la emergencia, la mayoría de ellos por problemas con servicios médicos y de salud.

En cambio, el gobierno de las Islas Vírgenes de Estados Unidos, impactadas tanto por Irma como María, sí solicitó ayuda del gobierno federal para el traslado de pacientes, sobre todo los de diálisis, según información ofrecida por la agencia federal.

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“Esta fue la primera vez en la historia que el gobierno federal evacuó a los residentes para un tratamiento de diálisis, y se hizo porque no había alternativas para estos residentes. Las personas que dependen de diálisis pueden morir después de unas pocas semanas sin el tratamiento”, sostuvo Elleen Kane, especialista en Asuntos Públicos del Departamento de Salud federal.

Luego de un desastre, el estado o territorio afectado es quien tiene que solicitar la intervención del NDMS.

“Un estado o territorio puede solicitar nuestra ayuda para mover pacientes antes de una tormenta o después de una tormenta, si las instalaciones de atención médica están dañadas, destruidas o sobrecargadas”, explicó Kane.

Durante la emergencia salieron más de 1,800 pacientes y cuidadores por problemas con los servicios de salud, y al menos 17 murieron en Estados Unidos o regresaron a morir en la Isla, añadiéndose a la lista de víctimas fatales del huracán, reveló una investigación del Centro del Periodismo Investigativo (CPI).

Desesperados y con temor a morir en medio del colapso del sistema de salud de Puerto Rico, estos pacientes, incluyendo niños y envejecientes, buscaron cómo salir hacia Estados Unidos a través de vuelos humanitarios organizados por organizaciones sin fines de lucro y buenos samaritanos, o por cuenta propia, durante los tres meses posteriores al paso de María.

Para muchos la situación se agravó con las dificultades que implica dejar atrás el plan médico de una jurisdicción, privado o público, y tratar de lograr cobertura en el estado destino. El gobierno de Puerto Rico y sus departamentos de Estado y de Salud, dependencias responsables de coordinar este tipo de situaciones, brillaron por su ausencia.

La Compañía de Turismo coordinó un crucero “humanitario”, pero recurrió a entidades filantrópicas, como Puerto Rico Relief Flight, para identificar a los pacientes necesitados, en vez de al propio Departamento de Salud que es el responsable de conocer el estado de los servicios de salud en la isla y las necesidades de la población. La presidenta de esta organización, Astrid Anduze Meléndez, aseguró que ayudó a 35 personas a viajar en el crucero humanitario de Royal Caribbean, que zarpó del muelle de San Juan con destino al estado de Florida durante el mes de octubre. Entre las personas que Anduze Meléndez ayudó a trasladar en este barco, figuran tres envejecientes, una madre con sus tres hijos, entre ellos un recién nacido, una mujer embarazada y un padre con dos hijos.

El CPI intentó obtener más detalles de este viaje en crucero, pero la Compañía de Turismo no contestó las preguntas que le fueron enviadas. Solo se limitaron a decir que Royal Caribbean, propietarios del barco, debía ser quien proveyera la información. La compañía de cruceros tampoco respondió al pedido de información.

La subsecretaria del Departamento de Estado (DE), María Marcano, confirmó que la agencia no cuenta con una lista de personas ni de pacientes que se hayan trasladado a Estados Unidos tras María con la ayuda de organizaciones sin fines de lucro. El DE tampoco tiene la contabilidad de las personas de las islas vecinas que llegaron a buscar servicios médicos a Puerto Rico luego del huracán Irma. Solo precisó que recibieron a 2,776 ciudadanos americanos provenientes de San Martín mediante el Programa de Repatriación.

A pesar de que el Departamento de Estado aseguró que apoyó a las organizaciones sin fines de lucro que se acercaron buscando orientación sobre el traslado de personas a Estados Unidos, la subsecretaria de la agencia no pudo mencionar el nombre de ninguna.

Con lo que algunos de estos pacientes no contaban, sobre todo los de diálisis y cáncer, era con que al llegar a Estados Unidos enfrentarían problemas para acceder a sus tratamientos y medicamentos, según encontró la investigación. Se desconoce cuántas personas adicionales a las documentadas por el CPI salieron en condiciones similares de manera individual, y cómo terminaron sus historias.

En el caso de los beneficiarios de Medicaid y Medicare, cada estado tiene sus propias reglas y burocracia, mientras que el costo de los planes privados en Estados Unidos es mucho mayor que en Puerto Rico.

Otros pacientes que se fueron con el apoyo de coordinación desde la Isla por parte de organizaciones como la Fundación PACIV y la Sociedad Americana contra el Cáncer (SAC) recibieron servicios médicos y hospitalarios sin contratiempos, al llevar cita previa con los hospitales donde iban a ser atendidos, según los directivos de estas organizaciones.

 

En decenas de ocasiones se evitó que se perdieran más vidas. En Puerto Rico, el panorama que existía en ese entonces era de falta de los servicios básicos, oficinas de médicos cerradas y hospitales en crisis, que redundó en un aumento sin precedentes modernos en la mortalidad de Puerto Rico. No obstante, en el caso de la Sociedad Americana del Cáncer, murieron cinco de los 60 pacientes que se fueron para Estados Unidos, cuyas condiciones de salud eran críticas cuando salieron de la Isla. La Fundación Stefano, que también ayudó a 500 enfermos y cuidadores a salir del país durante la emergencia, ha documentado cinco fallecimientos adicionales entre sus beneficiarios, pero su directora Zorimar Betancourt estima que son más.

La mayoría de las organizaciones que ayudaron en la coordinación y traslado de pacientes, obtuvo comunicación con éstos hasta diciembre de 2017. La SAC, sin embargo, los contactó durante este año para saber cómo se encontraban.

El CPI ha documentado seis muertes en los Estados Unidos a través de informantes y de su formulario en línea sobre muertes relacionadas al huracán María. Entre ellas, la de Eric Vélez Aymat, de 83 años y residente de Hormigueros, quien se fue a Atlanta, Georgia una semana y media después del azote de María. Su hija, Marieli Vélez, y su hermano Eric J. Vélez , tenían problemas para comunicarse con sus padres en Puerto Rico y vinieron a socorrerlos. Marieli sabía que su padre estaba “aturdido” por el calor y no había podido ponerse la insulina como le correspondía.

Vélez Aymat había sufrido una caída provocada por el agua de lluvia que entró a su casa tras María, golpeándose en la cabeza con la puerta. No fue al hospital por la “incertidumbre” que sentía al saber que los hospitales estaban trabajando sin electricidad en ese momento.

Enfrentan dificultades pacientes de diálisis

Los pacientes de diálisis que se fueron sin la coordinación necesaria para recibir su tratamiento en Estados Unidos, se enfrentaron a la situación de que su plan médico no les cubría y no tenían dinero para pagar. Incluso, tuvieron dificultades para adquirir medicamentos, según documentó Ángela Díaz, directora del Consejo Renal.

“Pensaban que iban a estar mejor, pero llamaban a Puerto Rico para ver cómo los ayudábamos”, dijo.

Luego del huracán María, 620 pacientes renales salieron de Puerto Rico buscando seguir con sus tratamientos en diferentes estados, siendo Florida el principal destino con 281 pacientes, según datos del Quality Insight Renal Network (QIRN3), que es la entidad que lleva el registro de pacientes renales en Puerto Rico. Estos pacientes partieron en muchos casos ante la preocupación que sentían sus familiares en la diáspora. También, los pacientes estaban preocupados por la irregularidad en la distribución de agua y diésel en los centros de diálisis. Díaz aseguró que toda la información que publicaron los medios de comunicación sobre el fallecimiento de pacientes de diálisis en Puerto Rico provocó desesperación.

El Consejo Renal no costeó ningún viaje, pero sí ayudó en la recomendación de los pacientes que debían irse por su condición.

Tratamientos interrumpidos

El doctor Gilberto Ruiz Deyá, urólogo y profesor de la Escuela de Medicina de Ponce, coincidió con Díaz en que el factor “desesperación” provocó que pacientes buscaran salir durante el primer mes del paso de María, y en que continuaran yéndose en los meses posteriores…

(MIRE EL REPORTAJE COMPLETO DEL CPI PULSANDO AQUÍ)

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