Comentario

Mi problema con Alexandra Lúgaro es....

No quería hacerlo. ¿Para qué meterme con una candidata que, al fin, logró darle relevancia a la situación política del país en una generación que parecía dada por vencida? Entiendo la pregunta y el asombro. ¿Por qué atacar o cuestionar a Lúgaro, si ella no es la culpable de nada? Los culpables son los otros. Es verdad. Llevan razón. No debería, en teoría, estar aquí escribiendo estas líneas cuestionado a Lúgaro, luego de lo que ha logrado, y tomando en cuenta con quiénes compite. No debería, lo sé. Pero igual lo voy a hacer. Y lo voy a hacer porque siento que el debate en torno a ella ha sido muy trivial y hay algo mucho más importante aquí en juego de lo que nadie (especialmente ella) parece haberse dado cuenta. Alexandra Lúgaro tiene una remota (sí, muy, muy, muy muy remota) posibilidad de ganar las elecciones de este país. Alexandra Lúgaro, muy seguramente, terminará en tercer lugar entre las opciones a gobernador, obteniendo más votos que ningún partido que no sea el PNP o el PPD en la historia reciente de estas islas. Alexandra Lúgaro, casi sin duda ninguna, se dispone a hacer historia. Algunos, los que se entusiasman con sondeos online, dirían incluso que Ya ha hecho historia. Podría ser. Partiendo de esa premisa es que escribo estas líneas con mucha frustración, pues mucho me temo que nadie en su equipo (del que desconocemos sus integrantes o, incluso, si existe :o) le ha dicho que esto es serio. Que esto está pasando. Que ya no se trata de ella, que ahora se trata de quienes creen en ella, que no son pocos. Intentaré explicar entonces, partiendo de esa base de pensamiento: de que ella tiene la oportunidad de hacer algo histórico, que resumiré mi problema con Lúgaro. A ver. Alexandra Lúgaro tiene ahora a miles de seguidores rozando en el fanatismo, casi igual de ciegos que quienes apoyan a los partidos con los que ella antagoniza. Ha logrado esto con cuatro videos de 4 minutos y con no más de 8 páginas con propuestas bastante generales.  Los ha cautivado además con una serie de videos en vivo, de contenido “orgánico”, en el que ella expedita, sin encomendarse a nadie, sus ideas y quejas sobre el trato desigual al que ella es sometida. Esto, los videos, las 8 páginas, y sus comparecencias en Facebook, componen la mayor parte de su arsenal en términos de promesas de campaña. Recordemos: esta persona podría, si las estrellas se alinean (y ella se entera), ganar las elecciones en 17 días. OJO. Seguimos. Alexandra Lúgaro ha presentado sus planes e ideas sobre los múltiples temas que requiere presentar un candidato a la gobernación, sin encomendarse ni una vez (o si lo ha hecho, yo no lo he visto, y yo la sigo en Facebook), a un gremio, organización o, al menos, a un individuo profesional que apoye o, al menos, valide sus propuestas. Esto es un problemita, porque resulta que ella no es, por ejemplo, ingeniera. Tampoco debería serlo. Tampoco lo era Barack Obama ni la mayoría de los gobernantes que han hecho propuestas y luego implementado medidas de, por seguir el ejemplo, energía. La diferencia ente la licenciada Lúgaro y su idea de dirigir un país, y Barack Obama y el resto, es que ellos presentaron en su momento sus propuestas de energía, con el apoyo y respaldo de miles de ingenieros que militaban en su partido (partido que estuvo años respaldando una idea particular y que por eso consiguió el adepto de todos esos ingenieros, no sé si me explico). El apoyo de dichos ingenieros le dio solidez a sus propuestas, y lograron que uno, el votante, (que tampoco es ingeniero, OJO), pensara que podía tener sentido. Más allá de eso, buscarían, él y el resto de los líderes en el resto del mundo, de conseguir la aprobación de algún gremio profesional, alguna asociación o grupo que, con su grupo humano, funcionara como una base para la idea del candidato que, como toda idea, vive en el aire. Luego están sus seguidores. Personas a quienes NO va dirigida esta columna, pues entiendo las motivaciones y frustraciones que provocan su intención de darle el voto a la primera persona que se les pare de frente con buenas intenciones. Yo los entiendo. El argumento de “cualquier cosa es mejor que el PPD y PNP”, aun con lo básico y simplón que es, yo, personalmente, puedo llegar a comprenderlo. Sin embargo lo que no comprendo es cómo puede un grupo tan grande y diverso de personas, muchos (¿la mayoría?) profesionales, aceptar sus propuestas así sin más. Por fe. Sin exigirle nada. Muchos, incluso, no son conscientes de que el grueso de su propuesta consiste en que el sistema actual es rescatable, y que el problema es que ha sido mal administrado. No propone un desajuste del sistema, como parecería desde fuera. No propone una revolución mucho menos. Propone, y para mi asombro muchos le creen, que el problema de este país es únicamente partidista y, lo que es más grande, que ella solita tiene la solución. Entonces (esta es la parte más importante de esta columna): parecería que a ella no le importa eso. O que no le interesa. O, lo que es aun más terrorífico, piensa que ella de hecho, no necesita ayuda, respaldo ni validación. Que su visión del “movimiento” que ella lidera no es más que la idea de que ella misma, sola, puede resolver los graves (gravísimos) problemas que viven estas islas. Que ella sí sabe todo lo que hay que saber. Que este problema no es realmente tan grave, y que realmente lo causó el hecho de que existen partidos políticos, y no las acciones de los que conforman estos partidos. No la mala planificación. No la improvisación. No el uso del gobierno como empresa privada. No el estatus político que nos limita y nos condena. No es nada de eso. El ELA, según Lúgaro, es rescatable, y lo que es mejor, ella solita puede rescatarlo. Y yo que me creía que el problema era más serio. Amigos míos, Puerto Rico no inventó los partidos. El PNP y el PPD son movimientos político sociales que nacen, como todo en el resto del mundo, orgánicamente. Alrededor de una idea. Así funciona el planeta entero. Más importante aún, si realmente a ella le interesa, como dice, liderar un movimiento nacional, y no solo adquirir atención mediática como sospecho, eventualmente TENDRÁ que hacerlo. El “lugarismo”, tendrá que reunirse alrededor de una idea, la que sea (alguna habrá, me imagino, más allá del “no partidismo”), porque ahora mismo funciona más bien como una coalición que carece de coherencia política e ideológica, puesto que su unión está basada en el “anti” antes que en acuerdos programáticos o políticas. Así se puede hacer ruido. Conseguir titulares. Pero no gobernar un País.

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Yo no sé si está a tiempo de caer en cuenta.

Espero que sí, porque la historia está llena de personas que estuvieron en el lugar indicado, en el momento indicado, pero se quedan deslumbrados con el momento, y se olvidan de que el “momento” es único lo que llega solo, pero si no se aprovecha, pasa totalmente desapercibido en la historia Yo espero que ella y sus seguidores empiecen a entender de qué se trata esto que están creando y que le den la seriedad que requiere. Una sola persona no puede, ni debe, hablar por todo un país. Se necesita más.

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