EL PASO, Texas, EE. UU. — La masacre de 20 personas en una tienda de departamentos en El Paso será manejada como un caso de terrorismo interno, informaron el domingo las autoridades federales mientras sopesan la posibilidad de presentar cargos por crímenes de odio que podrían conllevar la pena de muerte.
Un fiscal local anunció que presentaría cargos de asesinato capital, y declaró que el supuesto agresor “perdió el derecho a seguir entre nosotros”.
Menos de un día después del ataque del sábado, otras nueve personas murieron en otro tiroteo en una zona de centros nocturnos de Dayton, Ohio. La policía mató al que lo hizo. Entre los dos agresores hirieron a más de 50 personas, algunas de ellas de gravedad, y dejaron en shock a una nación que se ha acostumbrado a los episodios regulares de violencia con armas.
Los investigadores se centraron en la posibilidad de que el ataque en El Paso fuera un crimen de odio después de que saliera a relucir un manifiesto racista y antiinmigrante publicado en línea poco antes de la masacre. Los detectives intentan determinar si fue escrito por la persona que tienen arrestada. La ciudad fronteriza ha estado muy presente en el debate migratorio y es hogar de unas 680.000 personas, en su mayoría de origen latino.
Armado con un fusil, el agresor de El Paso abrió fuego contra los clientes durante el periodo de compras para regresar a clases.
El ataque ocurrió en un Walmart y no se extendió a otras áreas comerciales cercanas, dijo el sargento Robert Gomez de la policía de El Paso.
La mayoría de las víctimas fueron baleadas dentro de la tienda. Para el domingo por la tarde ya habían sido retirados todos los cuerpos del lugar y del estacionamiento, indicó la policía, sin que se dieran a conocer nombres ni edades.
A pesar de los reportes iniciales de la posibilidad de que fueran varios agresores, se cree que el hombre detenido fue el único involucrado, dijo la policía.
Los agentes lo identificaron como Patrick Crusius, de 21 años y originario de Allen, un suburbio de Dallas ubicado a casi 10 horas por carretera de El Paso. Fue arrestado sin la necesidad de que la policía realizara un sólo disparo y encarcelado sin derecho a fianza, indicaron las autoridades.
Se desconoce de momento si cuenta con un abogado.
Crusius se rindió tras ser confrontado por agentes en una acera cercana. La policía no sabe cuántas balas disparó ni por qué dejó de hacerlo, señaló Gomez.
“No tenemos información acerca de qué hizo que dejara de disparar”, agregó.
El jefe de policía de El Paso, Greg Allen, dijo que el sospechoso coopera y está “abierto con información”.
“Básicamente dijo todo. Se le hicieron preguntas en particular, y respondió de la manera en que debía”, comentó Allen.
La policía de El Paso señaló que desconocen en dónde fue comprada el arma. Allen reconoció que las leyes de Texas permiten portar un arma larga abiertamente en espacios públicos.
“Desde luego, los individuos normales que ven ese tipo de armas podrían alarmarse”, pero antes de que empezara a disparar, técnicamente el sospechoso “estaba respetando la ley”, dijo Allen.
El ataque ocurrió a unos 8 kilómetros (5 millas) del principal punto fronterizo con Ciudad Juárez, México.
“Fue una escena horrenda”, declaró Allen.
Entre las víctimas fatales se encuentra una mujer de 25 años que fue baleada mientras aparentemente intentaba proteger a su bebé de 2 meses, informaron sus familiares. Las autoridades mexicanas informaron que entre los fallecidos hay seis ciudadanos de México.
México planea emprender una acción legal contra el vendedor del arma involucrada, dijo el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. La tenencia de armas está sumamente restringida en el país latinoamericano, donde se requieren permisos especiales para portarlas, y las tiendas de armamento son raras.
El presidente Donald Trump denunció ambos tiroteos y declaró que “no hay lugar para el odio en nuestro país”.
Durante un encuentro con los reporteros en Morristown, Nueva Jersey, el mandatario dijo que “vamos a atender” el problema. Añadió que ha estado en comunicación con el secretario de Justicia, el director del FBI y miembros del Congreso y el lunes realizará comentarios adicionales.
Trump también destacó que en Estados Unidos hay un problema de salud mental, y dijo que los perpetradores “estaban muy enfermos mentalmente”.
Las autoridades buscaban cualquier conexión entre el sospechoso y el documento publicado en internet poco antes del tiroteo, incluyendo la preocupación del autor de que el flujo de hispanos hacia Estados Unidos reemplazará a los votantes blancos de edad avanzada. Eso podría convertir a Texas en un estado demócrata e inclinar los resultados de las elecciones presidenciales.
El autor también criticó a los republicanos por lo que dijo son sus estrechos vínculos con las corporaciones y el deterioro ambiental. Aunque una cuenta de Twitter que aparentemente pertenecía a Crusius incluía mensajes a favor del plan de Trump para construir más barreras fronterizas, el autor del manifiesto en línea señala que sus posturas raciales preceden a la campaña del mandatario y que cualquier intento por culpar a Trump de los actos del autor sería “noticias falsas”.