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Luis Joel, de cara a la historia: "Puerto Rico, en mí van a tener una representación digna"

Luis Joel Castro habló largo y tendido con El Calce. Aquí la primera parte de nuestra conversación.

A eso de las tres de la tarde del miércoles, en Catar, Luis Joel Castro reflexiona sobre lo que fue el día anterior en el Mundial de la Federación Internacional de Atletismo. También pasa revista de lo que será el próximo viernes.

“Contra, ahora tengo que meterme en los primeros cinco. Este Wesley me ha puesto la presión, ¡claje’ tipo! Yo no me voy a dejar, nosotros somos de la generación que no se deja”, bromea por teléfono el saltador Castro, aludiendo al honroso quinto puesto que se agenció el corredor Wesley Vázquez en la final de los 800 metros el día anterior, siendo el primer puertorriqueño en alcanzar una gesta así.

Castro, por su parte, también hizo historia al convertirse en el primer boricua en pasar a una final mundialista en salto a lo alto. Clasificó a la final de Mundial de Atletismo de Doha 2019 con altura de 2.26 metros.

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Ahora hay que ver si el gas pela. O sea, ya pasó el tiempo de las sorpresas, porque “sí, sorprendimos ayer, pues de 32 clasifican 12, y a mí no mucha gente me daba para estar aquí”. Pero, vamos, Castro es un gallito castao’ en Sabana Hoyos, Carolina y en la pista del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Entiende que puede también posicionarse entre los primeros cinco en Doha. Tiene metas con números claros.

“Primero, mi meta sería ver si subo a los 2.30 metros, 2.31, 2.32. Para que la gente tenga una idea, la marca olímpica para clasificar es de 2.33, y aunque ahora, por el sistema de puntos, estoy más adentro que afuera para Tokío, hacer 2.33 sería genial. O sea, con 2.33 se ganó plata en Río. Pero claro, estamos a principios de octubre, para las Olimpiadas falta”, expresó en una frondosa plática con El Calce.

“Y por otro lado yo me quiero quedar con la marca nacional. Ahora mismo, esa marca la tenemos el puertorriqueño que se crió en Estados Unidos, David Smith, y yo. Ambos saltamos 2.29. Saltar 2.30 o más me daría esa marca nacional que tanto busco”, subrayó Castro.

La señal va y viene, pues la conversación fluye a través de llamada de Whatsapp y “muchacho, aquí en Doha la señal está mas o menos”. Castro nunca se va de la línea, se nota el afán de comunicarse con los suyos. Ya clasificó a la final “estoy más tranquilo, mas relajado. Estoy como que feliz… porque es que ya se está acabando la temporada”.

El miedo va bajo llave en la gaveta, aunque no niega que la clasificación a la final fue algo agotador.

“En el día de hoy, después de la batalla de ayer [martes], pues estoy un poco drenado, con sueño, cansado. Es que, emocionalmente, uno se descarga, es mucha la energía que uno suelta en el proceso”, señaló.

Castro confiesa que por su mente ha pasado una infinidad de recuerdos. Entre ellos, rememora con cariño su tiempo en la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI), con los Gallitos de la UPR-Río Piedras. Allí se batió con los mejores de Latinoamérica, pues su participación finalizó en 2013, cuando en la LAI aún no se atemperaba el reglamento que correspondía a las elegibilidad de los atletas extranjeros.

Agradecido de enfrentar la crema regional en la LAI

“En la LAI fue la primera vez que me enfrenté a saltadores de alto calibre. Para ese tiempo la regla de los extranjeros no estaba, y yo enfrenté los mejores de la región: salvadoreños, colombianos, dominicanos, entre muchos más. Gracias a eso tuve la oportunidad de tener esa experiencia internacional dentro de mi propio país”, recordó.

“Ya yo no estoy tan familiarizado con lo que es la LAI ahora mismo, y entiendo que se atemperó para que dentro de los propios atletas puertorriqueños hubiese más oportunidad de triunfo. Pero yo agradezco que hubiesen extranjeros cuándo yo estaba, porque luego esos mismos atletas yo me los encontraba en los diferentes campeonatos del área, en los Centroamericanos, hasta en los mundiales. Fue una gran ayuda para mí, en el aspecto emocional y mental, enfrentar tan temprano en mi carrera a esos baluartes de otros países. Siempre lo tomé como un fogueo importante más que cómo irme de tú a tú a ganarle a los extranjeros dentro de mi país. Me ayudó mucho, por ejemplo, mi último año salté 2.15 y, no estoy seguro, pero no creo que nadie haya saltado más que eso en la LAI desde entonces. Fue una etapa muy importante para mi carrera”, apostilló Castro.

El fruto de lo que hasta ahora ha sido una ecuánime carrera, con aún mucho potencial por alcanzar, podrá apreciarse este viernes, cuando Castro salte con Puerto Rico en el pecho.

“Estamos con miras a divertirnos y cuando acabe la final, será una celebración, pues pudimos cumplir con las expectativas este año. Terminé saludable, sin mayores lesiones. Esa ha sido la clave, y así vamos pa’ las olimpiadas en Tokío: feliz y positivo”

“El viernes, que estén pendiente y se sienten a disfrutar. Ya lo mas malo paso, que era la clasificación. Ahora es la final y yo prometo dar un buen espectáculo a la gente. Puerto Rico, en mí van a tener una representación digna, para que se disfruten un fin de temporada histórico. Ya hicimos historia y dejamos ver que cualquier cosa puede pasar”, finalizó.

 

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