La candidata a la gobernación por el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) Alexandra Lúgaro señaló ayer en sus redes sociales que “fue un error” calcar el anuncio argentino que tanta polémica ha causado en los pasados días y que el publicista que indica haber creado el mismo busca extorsionarla tras varias conversaciones que ha sostenido.
Por si aún no sabes, Lúgaro y el MVC anda bajo fuego en las redes sociales hace ya varios días tras calcar un anuncio de Francisco De Narváez, en el que recreó básicamente frame by frame un llamado a la acción para que voluntarios se unieran a trabajar en los colegios durante las elecciones. Lúgaro aceptó el copiete antes incluso de lanzar el anuncio. So… ya tú sabes, olvídate del mensaje… el enfoque se quedó en el plagio del anuncio. En un giro muy difícil de entender, se ha indicado que la campaña de Lúgaro no previno que este plegoste traería más plegoste, aunque existen teorías callejeras y tuitísticas que postulan la posibilidad de que haya sido a propósito.
Anyways…. Lúgaro expuso su lado de la moneda de lo que han sido sus conversaciones con Ramiro Agulla. En entrevista con el excelente periodista Ricardo Cortés Chico del diario que no se debe mencionar, Lúgaro abundó sobre lo que ella entiende que han sido técnicas de extorsión utilizadas por el publicista Ramiro Agulla.
Ramiro Agulla
“Durante los pasados días, la discusión del país no ha girado en torno a las deficiencias en la Comisión Estatal de Elecciones, a los arrestos de legisladores, a las filas e ineficiencia del Departamento del Trabajo o a la falta de continuidad en los servicios educativos; sino alrededor de un video que publiqué la pasada semana en esta misma página para buscar funcionarios de colegio”, expresó en Facebook.
“En entrevista… [con Cortés Chico] …detallo los esfuerzos que se hicieron para solicitar el permiso correspondiente, el reclamo que se ha hecho público, las conversaciones que se han tenido con las partes y los documentos que les han sido requeridos”, agregó.
“Grabar esta adaptación sin contar con el permiso correspondiente fue un error por el cual asumo completa responsabilidad. El mismo no fue grabado por ninguna casa productora o publicista, sino que se trabajó enteramente con voluntarios. Los errores se pagan y estoy dispuesta a enfrentar las consecuencias del mismo pero conforme a lo que establezca el derecho y mediante conversaciones que no rayen en la extorsión”, prosiguió.
Además, subrayó que en la primera conversación que sostuvo con Agulla, “con miras a llegar a un acuerdo”, el publicista supuestamente “solicitó fungir como director de mi campaña hasta noviembre por el módico precio de $1.2 millones”.
“Al decirle que no podía costear eso me envío una solicitud de $300,000 por el permiso para adaptar la pieza. Posteriormente, a un día de habernos enterado de todo esto me dijo contar con unos estudios de la UPR y la Caribbean University que valoraban los daños en cientos de miles de dólares pero que solo me pedirían $100,000 para alcanzar un acuerdo”, acotó.
“Al día de hoy, no me han provisto documento alguno que evidencie que son quienes dicen ser o que demuestre que son los titulares de los derechos sobre la pieza. Tampoco me han permitido ver los informes de daños que la UPR y la Caribbean University, alega él le prepararon de domingo a lunes”, señaló.
“Siempre he estado totalmente dispuesta a resolver esto de forma amistosa y si no hablé antes fue en consideración al Sr. Agulla con quien me comprometí en no hacer expresiones hasta tanto llegáramos a algún tipo de acuerdo. Ante las expresiones que él ya ha hecho, ustedes merecen saber la totalidad de lo ocurrido”, finalizó.
Ah, por si acaso, el tipo de quien Lúgaro se copió el anuncio es tremendo neoliberal de derecha de Argentina, que allá fue denunciado por el Comité Federal de Radiodifusión (Comfer) por ocultamiento de su participación accionaria en el canal América 2. El publicista, pues dele un search en Google y díganos que encuentra que acá ya andamos tarde para hacer el desayuno. Nada, esperamos que esta nota corra downhill por la cuesta de Cibernia como bola de mierda en día de nieve neoyorquino.