Contexto

¡Los 25 de 2017! #7 Oscar López Rivera y la polarización política

2017: #FreeOscar is done

 

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JEJEJE no sufras tanto, fotut@…

 

 

A Oscar López Rivera –como a Nelson Mandela– lo liberaron después de más de tres décadas tras las rejas. Ser “terrorista” se había vuelto una tendencia cuando estalló el pánico rojo de la llamada Guerra Fría. Y esa fiebre de miedo, que se hacía del control de los riquitos bonachones que gozaban de poder en el siglo 20, en el nuevo milenio se convertiría en una lógica social para lavar cerebros y producir fotutos con problemas crónicos de identidad, no solo en Estados Unidos, sino también en Puerto Rico y otros lugares bendecidos del mundo americanizado.

López Rivera cumplió 36 años en una cárcel estadounidense de los 70 a los que fue sentenciado por conspiración sediciosa, según el tribunal que lo condenó en 1981 tras acusarlo de ser parte de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Puerto Rico (FALN), una organización clandestina que luchaba por la independencia de la isla de Estados Unidos. Nunca se le pudo vincular con evidencia a crimen alguno que se le adjudicó a la FALN, algo que a sus ’’ enloquece y a quienes no saben usar el buscador de Google confunde.
 

Mandela –terrorista hasta el año 2008, según las listas gringas– fue liberado en 1990 y tres años más tarde era presidente de Sudáfrica. Seguramente Oscar no correrá esa misma suerte, casi digna de un cuentito de hadas.

Y es que en el caso del boricua se trata de un viejito que intimida por haber sido parte de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), pecado comunistoide que en Puerto Rico, una pobre colonia que no conoce otra cosa que el amor al yugo politiquero del limbo y del arrodillamiento mórbido, lo convierte en el Kim Jung Un de la cuenca caribeña.
 

Desde que este Mesías del independentismo fue liberado gracias al presidente Barack Obama y al reclamo de otro combo de sicarios terroristas del patio, donde también se colaron varios penepos buena gente – como Mayita Meléndez y Norma Burgos – los espíritus de las turbas republicanas no han podido continuar su pacífico descanso. De hecho, se dice que en Guaynabo, por ejemplo, hubo que cazar 15 mujeres para que la alcaldía no quedara descabezada por el miedo al brote de cólera humanista.
 

Oscarito también es veterano de Vietnam. Eso hay que entenderlo. Eso no es cáscara de coco y por eso a los fotutos les duele. Tras Oscar pisar tierra santa borincana hasta en la ONU quisieron darle su espacio pa’ que la dejara caer como Dios manda.

Aquí el anticristo del fotuteo en la ONU

 

Desde la llegada de Oscar a Puerto Rico, el Yulingrado sanjuanero ha solidificado sus bases a tal punto que le ha declarado la guerra mediática al fotuteo y a cuanto cangrimán político se le presenta de frente. Ya se acabaron los mangós bajitos para los riquitos del anexionismo criollo. Imagínese, que hasta el congresista Luis Gutiérrez colgó los guantes congresionales para las próximas elecciones y se dice que coquetea con una posible candidatura en el archipiélago nacional.
 

Todo apunta a que de cara al futuro la suma de este pilar del guerrillerismo patriótico quedará sentenciada en la unión de unos cuantos caballos de la Troya melona. Y eso no es poca cosa, señoras y señores. Eso no es poca cosa.
 

 

¡¡¡Hasta la victoria!!!

 

 

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